Los votos

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Ya no puedo contener las lágrimas. Y hasta cierto punto agradezco que nadie tenga su atención sobre mí, porque bastaría con mirarme detenidamente por un segundo para notar que mi llanto no contiene nada de felicidad, por el contrario, está cargado de las emociones que llevo reprimiendo por años, y no todas son positivas.

-Estamos aquí reunidos hoy para celebrar ante Dios y ante los hombres la unión entre Wen Junhui y Kim Eunji -comienza a decir el hombre que oficia la ceremonia.

No quiero escucharlo, no quiero que diga mas nada. Ya se por qué estoy donde estoy. Todos los sabemos. ¿Alguien alguna vez se puso a pensar en lo inútiles que son los discursos de estas ceremonias? "Estamos aquí reunidos para...". Somos conscientes de eso, no lo digas. "¿Aceptas por esposo?". Si, claro, ¿por qué estarían en el altar si no aceptaran? Es estúpido preguntar. "Puede besar a la novia". Si, claro que puede, no es como si necesitara tu permiso.

Respiro profundo por un momento y pienso que quizás el problema no es la ceremonia, soy yo, que estoy tan lleno de odio como el resto de los invitados están llenos de amor. Y me duele sentirme de esta manera. ¿Por qué tengo que cargar con tanto enojo? ¿Por qué no puedo simplemente dejar de amarla? ¿Por qué mi corazón tiene que ser tan mezquino? ¿Por qué no puedo disfrutar de su felicidad? ¿Por qué de todas las personas en el mundo, tenían que ser ellos dos?

Se que la ceremonia continúa, pero no puedo, ni quiero prestarle atención. Siento que si me dedico a escuchar lo que está pasando, así sea por un momento, voy a enloquecer. Y lo último que necesitamos es ensuciar una memoria tan hermosa para los novios con un mal momento ocasionado por el egoísta padrino.

Sin embargo, mi atención se centra casi instintivamente cuando escucho que se acerca el momento de los votos. Recuerdo que Junhui estuvo luchando con sus propias palabras hacía poco y, aunque deseo que flaquee, deseo mucho mas que haya logrado expresar todo lo que siente. Porque ella lo merece.

-A continuación, los novios compartirán sus votos, así como intercambiarán las alianzas matrimoniales.

-Wen Junhui -comienza ella tomando su mano- recuerdo haberme sentido sola durante muchísimo tiempo. Y aunque en el camino de mi vida fui aprendiendo a resolver mis problemas y a lidiar, o hasta disfrutar de la soledad, ella nunca se iba, hasta que un día te conocí -afirma.

-Siempre me sentí bastante sola, hasta ahora, que te tengo a vos -dijo con nostalgia-. Se que también tengo a mi hermano, y lo adoro. Desde que mis padres fallecieron somos mucho mas cercanos, pero no es lo mismo. Nunca había tenido un amigo que me hiciera sentir tan cómoda como vos, y no te das una idea de lo mucho que agradezco tenerte en mi vida, Hao.

-Ni siquiera me di cuenta en qué momento empecé a amarte, porque para cuando fui consciente, ya estaba completamente perdida -continúa-. Y nunca había estado tan contenta de perderme, porque cualquier camino con vos es una aventura.

-Aunque no lo creas -dijo- hay riesgos que prefiero no correr. Si Jun tiene que volver a China, elijo que las cosas entre nosotros se queden dónde están. Incluso si se me parte el corazón en el proceso.

Debería haber dejado que se separaran, pero yo no podía permitir que a ella se le partiera el corazón.

-El que no arriesga no gana, Eunji, vos me enseñaste eso -le recordé. Tonto.

-Y aunque en el proceso cambiamos, peleamos, tuvimos encuentros y desencuentros, crecimos juntos -afirma, y noto como poco a poco pierde la compostura. Está a punto de llorar otra vez. E incluso así se sigue viendo hermosa.

-A veces me harta con esa actitud tan relajada. Pareciera no tomarme en serio -se quejó.

-Te toma en serio, Eunji, creeme, lo conozco. Tienen que aprender a tenerse un poco mas de paciencia, nada mas -aconsejé.

-Por eso es que hoy, ante toda esta gente que nos ama -dice tomando la alianza con manos temblorosas- te ofrezco este anillo como muestra de mi amor y compromiso. Y prometo amarte y respetarte en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, todos los días de mi vida, hasta que la muerte nos separe.

-¿No te parece muchísimo prometer un "hasta que la muerte nos separe"? -dijo ella cuando finalizó la ceremonia de uno de nuestro amigos-. Yo dije que me gustaría casarme, pero no se si algún día voy a poder prometer semejante cosa.

-Cuando amas a alguien de manera profunda, el resto de la vida junto a esa persona no suena pesado -contesté-, de hecho, parece poco tiempo.

-¿Cómo sabés eso? -preguntó-. ¿Amás a alguien, Hao?

-Puede ser.

-Kim Eunji -dice el novio- quizás vos no sepas en qué momento comenzaste a amarme, pero yo se que te amé desde el instante en el que te ví -afirma. Y soy consciente de que dice la verdad, porque aunque hubiese deseado estar lejos en ese momento, me tocó ser testigo.

-¿Por qué no me dijiste que tu amiga era tan hermosa? -preguntó mi hermano.

-Porque no importa.

-A mí me importa.

-No tiene por qué -respondí.

-¿Te molesta si la invito a salir?

Me giré dispuesto a decirle que sí. Pero Junhui me miraba con esos ojos de cachorro herido que usaba cuando quería conseguir algo sabiendo que no podía negarle nada.

-No, claro que no -respondí creyendo que aquella relación ni siquiera superaría la primera cita.

Me equivoqué.

-Desde que estamos juntos el mundo parece ser mucho mas hermoso, la vida se hace mas fácil de vivir, las penas son menos pesadas -continúa-. A tu lado me siento mas fuerte, mas seguro, pero sobre todo, mas feliz.

-Siempre tiene esa sonrisa en el rostro que automáticamente me pone de buen humor, ¿cómo hace para sonreír tan lindo? -preguntó.

-Ella es así -contesté-. Supongo que es su don ser tan cálida.

-No es solo cálida, es el mismísimo Sol -me corrigió.

-Tenés razón -afirmé-, ella es el Sol.

-Tengo que confesar que nunca creí en las almas gemelas, ni en el destino, ni en el "para siempre" -dice-, pero cada vez que te veo pienso en que si existe tal cosa como el amor eterno, entonces eso es lo que siento por vos -la palabras de Jun hacen que la novia explote en llanto, así como todos los demás.

Y yo también vuelvo a llorar, porque se cómo se siente, porque solo Eunji podría generar sentimientos tan hermosos en otra persona, porque hay días en los que ella me hace sentir igual.

Sin embargo, esta vez encuentro algo de calidez en mi corazón, porque a pesar del dolor y la envidia que no puedo evitar sentir, se que ambos se merecen este momento. Aunque me duela admitirlo, Eunji y Junhui juntos parece ser lo correcto.

-Por eso, y por mucho mas, te ofrezco este anillo como muestra de mi amor y compromiso -dice colocando la alianza en el dedo de Eunji-. Y prometo amarte y respetarte en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, todos los días de mi vida, hasta que la muerte nos separe -finalizó.

-¿Seguro que querés hacer esto? El resto de tu vida puede ser mucho tiempo -traté de persuadirlo.

-Claro que quiero -afirmó-, con ella quiero pasar el resto de mi vida y de todas las vidas que me queden por delante -respondió Junhui sosteniendo el anillo de compromiso.

-Si alguien se opone a esta unión, que hable ahora o calle para siempre -dice una voz profunda.

Y yo se que, aunque quiero desgarrar mi garganta gritando que me opongo, me tocará callar para siempre.

-Siendo así -continúa-, que lo que hoy ha unido Dios, no lo separe el hombre. Los declaro marido y mujer. Puede besar a la novia.

El esfuerzo que hago para sonreír y aplaudir cuando Junhui toma la cintura de mi amada y la besa, es sobrehumano. Y quiero convencerme de que ya pasó lo peor, y de que sobreviví, y eso es un logro enorme. Pero en el fondo, se que todavía me queda una vida entera de dolor.

Elijo ignorar las voces en mi cabeza y limitarme a abrazar a los ahora esposos y felicitarlos.

Me preocuparé por el resto de mi vida en otro momento.

Story of Another Us | MinghaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora