Casate con mi marido

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Si alguien dice que aún no ha sucedido, no hay nada que decir. La terrible y miserable vida matrimonial, la batalla contra el cáncer, los deseos de Toneri y Shion y el homicidio solo existían en la cabeza de Hinata.

Ahora estamos en 2013. Todavía no habían saltado al pozo de fuego, y los dos estaban saliendo oficialmente en el trabajo. Sentía que para cambiar el futuro, primero tenía que terminar esta relación de manera ordenada.

¬¿Hola?

¬ Hinata ¿Dónde estás?

Cuando presionó el botón de llamada, escuchó la voz de Toneri

-Yeoksam-dong

- [Yo también salí de Yeoksam-dong. Tengo tiempo antes de ir a trabajar, así que iré allí]

- ¿Por qué aquí?

La voz de Hinata era tan fría que no le resultaba familiar. Confundido, Toneri vaciló.

[No ...No te veías tan bien hoy. ¿Estás enferma? ¿Quieres que vaya al hospital contigo?]

El viento soplaba a través de los edificios, y el cabello largo le hacía cosquillas en la cara.

En la puerta de vidrio del café, la silueta de una mujer joven con gafas gruesas y sosteniendo una pila de papeles en sus manos estaba frente a Hinata. La desgarradora realidad en cada momento le dio a Hinata el coraje para enfrentar a Toneri

- Entonces ven al café en la encrucijada. Es una gran cosa de dos pisos

- [Bueno. Está cerca, así que espera cinco minutos.]

Toneri colgó el teléfono.

Después de la hora del almuerzo, el café estaba en silencio. Hinata abrió su vieja billetera y extendió su tarjeta.

- Tamaño Iced Americano

Pronto salió el café. Mientras se sentaba en el asiento de la ventana en este piso con un vaso de papel, pudo ver la calle en Yeoksam-dong en su memoria lejana de un vistazo.

Hinata , quien abrió la libreta, tomó notas sobre la hora en que se entregó el documento y el nombre del empleado a cargo y abrió su teléfono celular para informar fuera de la oficina.

[Sí, Hyuga Hinata]

Tan pronto como sonó el pitido Naruto respondió el teléfono.

- Sí, jefe. Le entregué los documentos a Bowon Foods. Dijo que se comunicaría con el gerente por separado más tarde. Todavía tenemos un largo camino por recorrer. ¿Debería volver a la empresa?

- [Está bien. Está libre de la oficina, así que vaya a casa ahora mismo]]

- Gracias. Nos vemos mañana

Más allá del teléfono celular, la otra parte estaba en silencio. ¿Cometí un error? Hinata miró la pantalla intacta y volvió a ponerse el teléfono celular en la oreja.

- ¿Disculpe, jefe? ¿Debería colgar?

- [Oh, lo siento] - Esta vez, la respuesta llegó de inmediato - [Pero mañana es sábado]

- ¿En serio? Estaba tan ocupada.... Entonces lo veré el lunes

- [Ir al hospital]

- Está bien. Gracias por su preocupación

Justo antes de cerrar y cubrir la carpeta, alguien acarició cariñosamente el hombro de Hinata desde atrás

- Hinata....

Era la voz de Toneri . Se le puso la piel de gallina todo el camino por su columna y sus manos perdieron fuerza. El viento golpeó el celular debajo de una silla alta.