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Estaba cansada... Eran 5:00 am. ¿Como era posible que una mujer roncara tanto? Ash... Voltee y vi que ahí estaba ella, parecía un Ángel durmiendo... Un Ángel que ronca. Se le veía todo, solo estaba tapada de pies a cintura y se le veía sus pechos, eran muy grandes.
Me levanté y me fui al baño, me vi al espejo... Estaba horrible, con unas ojeras... Trataba de recordar lo que pasó anoche en esa discoteca... No me podía creer que estuve ahí 6 horas... Con razón me desmaye en el taxi.

Me acuerdo que estábamos besándonos y nos fuimos afuera de la discoteca, para tomar un taxi, luego me desmaye.

Cuando despierte a las 2:00 am estaba ella a mi lado... Ash mi cabeza me estallaba.

–Buenos Días – Dijo una voz suave... Era Rubí.

¡¡Dios mío tapate, se te ve todo!!

– ¿Qué? – se miró abajo y tranquilamente se fue a ponerse ropa interior, después se volvió a incorporar en la cama.

– Eres una sin vergüenza – La mire enojada – Dios ¿No tienes un poco de vergüenza?, estás desnudas.

– Somos mujeres ¿Por qué debería tener vergüenza? – Me dijo con una mirada relajada, yo solo chasque la lengua y volví a ir al baño. Dios... Era tan insoportable.

Unas horas más tarde ella me llevo a mi casa, trato de darme un beso en los labios, pero evite el gesto.

Cuando entré a mi casa me di cuenta que alguien había entrado... Cuando fui a la habitación ahí estaba él... Con ella... En la maldita cama. Cuando la chica me miró soltó un grito y Diego salto de golpe.

– ¿Qué Mierda estás haciendo aquí, Angie? – Me miró enojado – lárgate.

– ¡Eres un maldito idiota! ¿Cómo puedes votarme de mi casa?

– Está es mi casa Angie así que lárgate– El tenía razón... Era su casa, no podía hacer nada. Saque una mochila y puse toda mi ropa... Mientras que él le daba una camiseta mía a ella... Maldito. No pude contenerme, fui hacia ella y la agarre del cabello, para quitarle mi camisa, él me empujó.

– ¡Eres una maldita Loca! – Me Dijo – ¿Estás bien, mi niña? – le dijo.

¿Mi niña? Le dijo "mi niña"... No podía creerlo, era un completo imbécil... El siempre me decía "mi niña" y ahora se lo dice a ella... A esa Perra. Yo me fui de esa casa, a la cual ya no volvería más.

Fui a la casa de mis padres, mi padre me recibió con un fuerte abrazo, pero mi madre empezó a echarme la culpa de mi divorcio con Diego, no soporte un minuto más ahí y me fui. Luego me fui a la casa de María... Ella no podía recibirme, actualmente estaba conviviendo con su pareja y no quería problemas, pero me quiso dar dinero a lo cual yo rechacé. No tenía a nadie más a quien recurrir... Hasta que recibí una llamada, eran lo padres de Diego, me ofrecieron vivir con ellos por un tiempo... Hasta que pueda conseguir el presupuesto necesario para poder alquilar un departamento, no tuve otra que opción que aceptar... No tenía con quién más ir y ellos eran los únicos que quieran me querían ayudar.

Me recibieron con una gran cena... Parecía que estuvieran festejando navidad, hasta la mamá de Diego había  echo puré de manzana. Me ayudaron a ordenar la habitación donde antes dormía Rubí... Era muy grande, más grande que la habitación de sus padres. Tenía mucha curiosidad de cómo sus padres sabían que Diego me había botado de su casa.

– ¿Y como sabían de que yo no tenía donde quedarme? – pregunté asustada.

– Nos lo dijo Rubí – dijo la madre con una hermosa sonrisa.

Después de ti [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora