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Las calles de Seúl estaban plagadas de carteles de "Se busca" con las imágenes sonrientes de cada miembro de Stray Kids. Las noticias continuamente informaban sobre la misteriosa desaparición del grupo, movilizando a la comunidad entera en la búsqueda de respuestas. La policía había peinado exhaustivamente el bosque cercano a la casa de Chan, sin encontrar ninguna pista significativa. "Es un bosque normal", decían los informes oficiales, dejando a Chan con una sensación de impotencia y desesperación creciente.

Para Chan, la vida había perdido su brillo desde que sus amigos desaparecieron. Dejó de comer y dormir adecuadamente, su casa se había convertido en un lugar silencioso y sombrío sin la risa y el bullicio de Stray Kids. Una noche, sintiendo un impulso desesperado y decidido, Chan se armó con una mochila, una linterna y un arma que había guardado en el sótano de su casa para emergencias extremas. No descansaría hasta encontrar a sus amigos, sin importar los peligros que pudiera enfrentar en el camino.

Eran las 2:00 am cuando comenzó su travesía hacia el bosque. Los nervios lo consumían mientras caminaba por los mismos senderos por donde sus amigos habían desaparecido sin dejar rastro. Cada sombra, cada crujido de las ramas movidas por el viento, le recordaba la noche fatídica en que todo cambió.

Al adentrarse en el bosque, la luz de su linterna apenas alcanzaba a penetrar la oscuridad densa. Los árboles parecían susurrar historias antiguas y misteriosas que hacían eco en su mente agotada. Con cada paso, Chan sentía que las esperanzas se desvanecían lentamente. ¿Qué posibilidades había de encontrar a sus amigos en un lugar tan vasto y aparentemente vacío?

Fue entonces cuando algo en el suelo captó su atención: una foto arrugada y manchada de barro. Con manos temblorosas, Chan sacó unos guantes de su mochila y con cuidado comenzó a limpiar la foto lo mejor que pudo. A medida que las manchas de barro se desprendían, la imagen cobraba forma lentamente, revelando una escena que lo llenó de un escalofrío profundo.

En la foto, Stray Kids aparecía sonriendo frente a un árbol gigante en el mismo bosque donde se encontraba. Pero lo más inquietante era lo que había detrás de ellos: una figura borrosa y oscura entre los árboles, apenas visible pero lo suficientemente real como para enviar escalofríos por la espalda de Chan.

El corazón de Chan latía con fuerza mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. Aquella imagen sugería algo que no podía comprender completamente, algo más allá de la simple desaparición accidental. ¿Habían visto algo en el bosque esa noche que los llevó a desaparecer? ¿O habían sido arrastrados por alguna fuerza inexplicable?

Con la foto en mano, Chan sabía que había encontrado una pista crucial. Aunque el miedo y la incertidumbre seguían apretando su pecho, su determinación de encontrar a sus amigos se fortaleció más que nunca. Guardó la foto con cuidado en su mochila y continuó adentrándose en el bosque, decidido a seguir cualquier rastro que pudiera llevarlo hacia la verdad detrás de la desaparición de Stray Kids.

Pero entonces, un pensamiento perturbador cruzó su mente. Chan se detuvo y miró fijamente la foto una vez más. No recordaba haber tomado esa foto. ¿Cómo había llegado allí? La confusión y el miedo comenzaron a apoderarse de él mientras una sensación de malestar se apoderaba de su estómago.

El bosque parecía más sombrío ahora, las ramas crujían de manera ominosa y el viento soplaba con una melodía inquietante. Cada sombra parecía ocultar secretos insondables, y el miedo de Chan aumentaba con cada paso. Se sentía como si estuviera caminando hacia lo desconocido, hacia algo que estaba más allá de su comprensión.

Pero Chan sabía que no podía darse el lujo de detenerse. Sus amigos lo necesitaban, y él tenía que encontrar respuestas. Con el corazón latiendo fuerte en el pecho y la determinación como su única guía, siguió adelante, decidido a enfrentar lo que sea que encontrara en el oscuro corazón del bosque.

La noche era larga y llena de peligros desconocidos, pero Chan estaba dispuesto a enfrentarlos con tal de recuperar a sus amigos y devolver la paz a su vida y a la de aquellos que amaban a Stray Kids tanto como él.

Algo lo sacó de sus pensamientos y Chan se tensó al escuchar nuevamente el grito, esta vez con una nota de familiaridad que le erizó la piel. Sin dudarlo un instante, corrió en dirección de donde provenía el sonido, con el corazón latiéndole desbocado en el pecho y el temor de encontrar algo terrible esperándolo.

Finalmente llegó a un claro en el bosque, un espacio despejado rodeado de árboles y matorrales. El suelo estaba salpicado con manchas de sangre que parecían destellos oscuros en la tenue luz de su linterna. Avanzó con cautela hacia el centro del claro, temiendo lo peor pero esperando encontrar alguna pista que pudiera llevarlo hacia sus amigos desaparecidos.

Fue entonces cuando divisó algo en el suelo, algo que brillaba débilmente a la luz de su linterna. Se agachó y con manos temblorosas recogió una foto, pero esta vez no estaba cubierta de barro, sino salpicada con manchas de sangre fresca. El corazón de Chan se detuvo por un momento al ver la imagen macabra y perturbadora.

En la foto, dos miembros posaban sonrientes frente a la cámara, pero detrás de ellos se cernía una figura borrosa y amenazante. La sangre en la foto parecía real, como si hubiera sido recién tomada, lo que hizo que un escalofrío recorriera la espalda de Chan. ¿Qué significaba esto?

Este tragó saliva, sintiendo un nudo en la garganta mientras su mente trabajaba a toda velocidad tratando de encontrar una explicación lógica. No podía apartar la mirada de la foto, obsesionado por cada detalle mientras intentaba reconstruir mentalmente lo que había sucedido.

El claro en el bosque parecía cargar con una atmósfera pesada y opresiva, como si estuviera impregnado con una energía oscura y ominosa. El viento soplaba entre los árboles, susurrando palabras inaudibles que solo aumentaban el misterio y el temor en el corazón de Chan.

Sin embargo, a pesar del miedo que sentía, Chan sabía que no podía retroceder ahora. Esta nueva pista, aunque espeluznante, era crucial para descubrir la verdad detrás de la desaparición de Stray Kids. Guardó la foto con cuidado en su mochila junto con la primera, asegurándose de no perder ninguna prueba que pudiera llevarlo más cerca de sus amigos.

Decidido a seguir adelante, Chan continuó explorando el claro y sus alrededores, buscando más pistas, signos de vida o cualquier indicio que pudiera arrojar luz sobre lo que había sucedido. La noche era larga y el bosque aún guardaba muchos secretos, pero Chan estaba decidido a enfrentarlos, sin importar las consecuencias.

— ¡CHAN! -gritó alguien a lo lejos, la voz resonando con urgencia y familiaridad.

Sombra de un asesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora