Lago del ensueño

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Aphiemi liberó alter-egos,
tras la travesía pintoresca,
la tormenta apagó el fuego,
y coloreó de azul la foresta.

El príncipe era perseguido,
por el trauma y la maldad,
por lo que pudo haber sido,
por cántaros de ansiedad.

Vislumbró al ser esóterico,
en el claro con aquel lago,
muy lejos de lo periférico,
tan cercano al empalago.

El ser dorado fue su guía,
pues el anterior se moría,
aquel pintor, sus siluetas,
solo crearon más grietas.

Aguas durmieron el alma,
autoras de cada maraña,
de la falsa gloria dorada,
sin pensar en el mañana.

Delirios & Alter-egosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora