CAPÍTULO 6.

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Jungkook ese día asintió el mercado de su pueblo para realizar una transacción comercial de sus propios productos con los diferentes vendedores del mercado.
 
El Alfa era bien conocido por ser un confiable trabajador de campo. Como agricultor tiene la responsabilidad de ofrecer lo mejor de sus productos, cultivos de calidad y a un precio justo al bolsillo. Por lo tanto, eso lo llevo a ser él proveedor exclusivo de comerciantes en el pueblo, que son fieles en cada compra por temporada.
 
Ese día varios cargamentos de hortalizas fueron descargados del medio de transporte para ser distribuidos a los diez comerciantes exclusivos que Jungkook tiene como clientes.
 
Hombres cargaban las cajas de madera hacía sus puestos de tramo en el mercado del pueblo mientras Jungkook se ocupa de supervisar el traslado de las cajas como también de la contabilidad del producto y dinero mismo.
 
El Alfa amablemente comparte con los habitantes una sonrisa sincera y llena de mucho ánimo. Esa mañana muchos se le habían acercado a saludarle como de costumbre, absolutamente nada había cambiado desde el nombramiento en todo el reino de Corea, que él sería el Alfa encargado de engendrar al próximo heredero de la dinastía Kim en el rey Omega.
 
Eso para el alivio de Jungkook fue reconfortante porque no sabía como tenía que manejar a los habitantes de su pueblo si lo trataban como alguien superior a ellos. Jeon no quería bajo ninguna circunstancia que eso cambiará. Él seguía siendo el mismo Alfa jeon Jungkook.
 
—Jeon— ese fue Eunwoo llamándolo, entonces Jungkook dejo de prestar atención a su tarea para mirar al beta. —El cargamento que fue enviado para el rey ya fue recibido.
 
El Alfa asintió con una sensación agradable en el pecho...como realizado por cumplir su responsabilidad de cuidar bien de su rey como un buen Alfa.

Como su Alfa.
 
Jungkook le proveyó a su majestad los mejores productos de sus cultivos. Quería asegurar.que no le faltara nada en su alimentación para que este sano, bonito y fuerte.
 
—¿Quién recibió el cargamento?— preguntó jeon atento en atender y anotar las cajas que los comerciantes trasladaban. Además, los despedía con un respetuoso asentimiento de cabeza cuando llegaban hasta su lado a pagarle.
 
El beta se colocó a su lado observando con atención el movimiento de los hombres que iban y venían.
 
—Lo recibió el cocinero real, Seokjin— respondió Eunwoo. —Él dijo: gracias.
 
Jungkook volvió asentir.
 
—De acuerdo.
 
Entonces en tiempo récord se fue acabando el cargamento del transporte, sin dejar ninguna caja en el.
 
Los comerciantes tenían su producto final con el fin de poder vender a los habitantes del pueblo, y así ellos podían obtener ganancias para mantener a sus propias familias. Mientras tanto Jungkook, estaba en un estado de ánimo maravilloso por haber cumplido una vez más su meta.
 
Sus cosechas se habían distribuido con rapidez y eficiencia como siempre lo han hecho. Jeon estaba feliz, su labor de agricultor le producía una inmensa satisfacción y le producía unas ganas de volver a trabajar duro para la siguiente temporada.
 
Lo haría.
 
—Este es el último cliente— le dijo Eunwoo, ayudando a una pueblerina con una caja llena de tomates para echarla en una carreta. Luego de hacerlo se giró hacia Jungkook y le entregó el dinero por la compra.
 
El Alfa guardo el libro de cuentas y también el dinero, le agradeció al Alfa que le ayudó con el transporte y le mencionó que se pasará esa misma tarde para darle su respectiva comisión. Así que una vez el hombre se fue empezó con su trayectoria en el pequeño mercado para buscar las provisiones que sus padres le habían ordenado que llevara.
 
Eunwoo le siguió el paso.
 
Le era algo difícil al beta ponerse al paso de Jungkook porque el Alfa era tan grande y alto que sus piernas cortas no podían competir con las largas y musculosas de jeon. El Alfa estaba bien proporcionado, era fuerte y robusto, atractivo y muy respetuoso para todo un Alfa lo hace.
 
Algunos les decían que era muy sueve para ser un Alfa, que no podría competir con ninguno tipo del ejército. No obstante, Eunwoo sabía que todo eso era mentira. Su buen amigo Jungkook no era un tipo con el que podías andar jugando. El Alfa si tenía actitud, podía encambronarse cuando le tocabas las pelotas, podía ser un Alfa de Alfa si se lo proponía. Así que jeon tiene muy bien ganado el respeto que todo los pueblerinos le tienen.
 
—Quiero que me hagas un favor— comentó Jungkook deteniendo sus pasos en un tramo donde venden especies para remedios caseros. Busco con la mirada en todo el sector hasta que el comerciante del tramo se le acercó para saludarlo y preguntarle que andaba buscando. Jeon le dijo su pedido y el hombre se fue a buscarlo. Entonces se dirigió a Eunwoo. —Quiero que le lleves a mis padres estas especies.
 
El beta frunció la frente.
 
—¿Y tú que harás?— preguntó con curiosidad.
 
Jungkook recibió la bolsa llena de las especies que pidió cuando el comerciante se las entrego. Pagó y amablemente realizó una reverencia, agradecido por su amabilidad. Entonces se giró hacía el beta y le entrego en sus manos la bolsa.
 
—Yo tengo que hacer algo que no es de tu incumbencia, Eunwoo— Jungkook le dio dos palmadas en el brazo sonriendo divertido ante la mueca que realizó el beta.
 
—Bien— Eunwoo solo se encogió de hombros. —Solo ten cuidado.
 
Jungkook asintió, le parecía algo amable la preocupación de su amigo, lo quería mucho, se conocían desde pequeños, siempre el beta a sido uno de esas personas importantes en su vida.
 
—Lo tendré— lo calmó.
 
Entonces convencido, el beta se despidió y se fue dejando a Jungkook con una extraña sensación en el cuerpo, no porque su más fiel amigo se haya ido, no, todo lo contrario, el Alfa tiene una inesperada inquietud de hace más de dos horas.
 
Jungkook no tiene planeado hacer otra cosa más qué estar allí en el mercado, vender sus productos e irse, pero en algún momento había cambiado de opinión una vez sintió esta cosa rara en su sistema.
 
Así que lo primero que se le vino a la mente fue ir hacía el palacio de su rey. Había pasado ya una semana desde la última vez que lo había visto, y para su sorpresa no había estado para nada tranquilo.
 
Sabe muy bien que su rey tiene muchas responsabilidades que hacer, una vez le dejo muy en claro que su reino era prioridad, pero ¿Él tiene la opción de reclamar algo? ¿Pedir su atención así por así?, la respuesta era: No.
 
No podía decirle a su rey que le diera la oportunidad de tenerlo más seguido en su casa para ir progresando y preparando el terreno para mejorar la incomodidad que sentían al estar juntos, porque ¡Carajo!, ambos compartirán más que una cama el día del celo de su rey, es más que obvio que tenían que trabajar en la actitud arisca del Omega para poder hacer las cosas bien, sin salir Jungkook herido en el proceso.
 
Un escalofrío recorrió el cuerpo de jeon, el cielo no quiera que su rey se comportará como un cabron y le dificultará la tarea, aunque tiene presente también que eso era una fantasía.
 
Su rey no bajara la guardia tan fácilmente.
 
Jeon se detuvo abruptamente cuando observó venir a su dirección a Namjoon, el fiel siervo del rey Kim, cabalgando en un caballo. El tipo se veía agitado que de seguro si fuese un Alfa estuviera expulsado feromonas agresivas en su mal estado.
 
Jungkook miró atento el momento en que Namjoon se bajo inmediatamente de su caballo hasta llegar a su lado en dos largas zancadas. El Alfa frunció la frente y espeso su aroma, no le gustaba su visita.
 
—Jungkook— expresó el beta realizando una reverencia hacía su persona. —Sus padres me dijeron que lo encontraría aquí.
 
El Alfa asintió.
 
—¿Para que me busca la mano derecha del rey Kim?— jeon odio el tono amargo con la que salía su voz. Despreciaba tanto esa bestia territorial que sale a flote al pensar en su rey Kim.
 
—Es taehyung— expresó con naturalidad Namjoon, como una persona íntima y cercana del rey al cual podía nombrarlo así con todo derecho.
 
Eso enfureció a Jungkook, amargamente se mordió la legua para no decir palabras que luego se arrepentiría de recordar.
 
—¿Que pasa con el rey Kim?— jeon ajusto su vieja camisa apartando su mirada de la del beta.
 
Namjoon suspiró con cansancio y preocupación. Toda su atención de jeon volvió a centrarse en el beta.
 
—El rey está fuera de control, no sé, si se deba al reciente mensaje que recibo o  otra circunstancia, pero no está bien. No me hace caso, él está entrenando a los Alfas del ejército personalmente día tras día sin descansó, los hombres están empezando a quejarse y están molestos, al igual que su majestad está enojado— Namjoon se aclaro la garganta. —La última vez que fue a su casa note que el rey le hacía caso...así que le suplicó que hable con él.
 
¿Su rey arisco y huraño esta con una actitud de mierda fuera de lo normal?
 
Jeon no sabía si sorprenderse o encogerse de hombros, total, algo le habían echo a su majestad como para que él actuará de esa manera. Por ejemplo, jeon era una clara evidencia de que provocar a su rey era suicida.
 
Jungkook no sabe como, pero poco a poco a podido identificar la maldita actitud de su rey a cualquier circunstancia. Valientemente confirma que no le asustaba, al contrario, le facilitaría muchos más las cosas.
 
El Alfa suspiró.
 
—Voy de camino para allá— comentó Jungkook, continuando su trayectoria.
 
Namjoon le siguió el paso.
 
—Puedo llevarte— le ofreció el beta.

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