El profesor se dio cuenta de que tenía la carta y me preguntó:
-¿Qué hace señorita Ackerman?
-Em... Estaba... Leyendo un libro...
-Pues ahora no se necesitan libros. ¡Atienda o si no a dirección!
-Sí, profesor.
El profesor seguía explicando pero yo no paraba de pensar en esa persona que me había escrito esa carta. Seguramente sería algún graciosillo...
Todas las clases acabaron muy pronto y me fui a casa. Mientras caminaba, le mandé un mensaje a Lucy diciendo que lo sentía mucho. Luego de escribirle el mensaje, guardé el móvil y abrí la puerta con las llaves.Cassandra no estaba por lo que debería estar con sus amigas emborrachándose y divirtiéndose mientras que yo hacia todo como una chacha. Nada más llegar, me fui a la habitación y leí "El diario de Ana Frank"
Cuando ya me aburrí, decidí ir a casa de Lucy, a hacer deberes o por lo menos intentarlo porque con Cassandra no se podía.
Una vez vestida con unos vaqueros y un jersey con mis botines, me fui directa a la puerta, pero quisiendo abrir el pomo de dicha puerta, Cassandra apareció delante mía.
-¿Dónde crees que vas Marie Ackerman?-la había cagado, porque solo me llama con mi apellido incluido cuando estaba enfadada. Olía a alcohol, eso era malo, muy malo.
-Iba a casa de Lucy estudiar.-dije con una risita nerviosa.
-¿Estudiar? Eso no me sirve Marie, yo quiero dinero y estudiando no me das una mierda.
-Cassandra, déjame ir. Prometo que traeré dinero para tí. Pero de ninguna manera dejaré mis estudios.
-¡No me grites Marie Ackerman!-fue a la cocina corriendo y cogió de un armario una cuchara de madera. Sabía lo haría con ella.
-Yo no te grité...-intenté escaparme de su agarre pero fue un intento fallido.
-Pero me llevaste la contraria ahora. ¡Toma tu merecido y jódete!-me azotó con aquel palo de madera en el brazo, dejando señales en el lugar afectado.
No pude evitar que lágrimas de dolor, decepción y pena recorriesen mi rostro. Una vez que la malvada bruja paró esa tortura, subí de inmediato a mi habitación a cambiarme, las ganas de quedar con Lucy o hacer cualquier otra cosa se me habían quitado por completo.
Lucy llamó sobre las 8:56,supongo que estaría preocupada porque yo le dije que iría a su casa, y después de no haber aparecido, ni se me ocurrió llamarla para darle explicaciones.
-Perdón... Mi madre me atrapó y pues se me quitaron las ganas de ir a tu casa. -Empecé a llorar.- Yo lo siento mucho, -dije como pude entre sollozos.-no quería, pero es que ya estoy harta de Cassandra, ¿entiendes? Harta. Yo no tengo la culpa de un quedase embarazada de mi, podía haber tenido más cuidado y pensar más lo que hacía. Ahora me siento como una mierda, siento como que de verdad destrozé su vida y debería pagar por ello, Cassandra es muy joven, aún tiene 33 años, me tuvo a los 16 y...-Lucy me cortó desde el otro lado de la línea.
-Tú no estropeaste nada, toda la culpa es suya, pero seguiremos hablando de esto, necesito hacer cosas. Adiós Marie, recuerda,tú no tienes la culpa.
Colgó sin apenas despedirme. Como tenía hambre y mucha comida, no había, decidí ir a comer a Starbucks.
Abajo, en la puerta de la entrada, había una nota. Estaba firmada como Anónimo. Decía: ¿YA QUIERES COMER, MARIE?
Este Anónimo empezaba a asustarme, bueno, a inquietante.¿Quién y cómo sabía tanto de mi?
Tiré la nota en la papelera y salí por la puerta, no quería quedarme más tiempo sola en aquella casa, Cassandra había salido,estaba totalmente sola, así que cogí mi chaqueta y me la puse.
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Hola mis pingüinitas vampíricas. ¿Os gusta el apodo? Es ridículo, lo sé.
He pensado varias cosas, en realidad dos. Una es que haremos un día específico en el que escribiré capítulo. Será el viernes. #Viernesdevampirelove.
¿Os gusta?
La segunda cosita es que os haré preguntitas y tenéis que responderlas que si no no tiene gracia-_-
La primera pregunta es: ¿De dónde sois? Yo soy de Miami✌.
Bueno, ojalá que os haya gustado el capítulo mis pequeñas pingüinitas vampíricas.
Espero recibir votos y comentarios.
La foto multimedia es de Lucy.
Mil gracias;
Vuestra escritora Judith ❤