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La primera vez que Takemichi intentó expresar sus sentimientos hacia Mikey, no fue bien.

Ya no recordaba qué había intentado, pero era otro más de sus gestos que había usado con el mayor, nada que fuera especial del todo.

Y Takemichi aceptaba que quizás no era muy claro, porque regalar flores, los "Be", unir su nariz con la frente del mayor, y demás, eran cosas que ya hacía y que dentro de todo, Mikey estaba acostumbrado a recibir. Así que debía hacer un gesto especial.

— Mikey–kun, "Be" — dijo, mientras corría en pasitos apresurados detrás de él, estaban en el parque, con Senju, quién se mantenía un poco separada para ver su interacción.

— ¿Otro más, Michii? — preguntaba Mikey, y a la chica de pelo rosa le daba gracia que se hiciera el difícil, si a él también le encantaba.

— Be, Be.

— Bueno, un Be— dijo, deteniendo su paso, mirándolo a los ojos, Takemichi asintió y juntó sus labios con los de Mikey, dejando que el mayor moviera sus finos labios a gusto, y empujándose a más contacto.

Al separarse sonrieron, y Takemichi agitó sus manos con emoción, antes de salir corriendo por el parque.

Sin querer golpeó a un niño de unos catorce años, quién le gritó una grosería, pero Takemichi estaba en su mundo como para escuchar, y al ver qué el niño iba a ir hacia él y se arremangada su abrigo apretando sus manos en puños, Mikey fue hacia él, tomándolo del brazo.

— Disculpa, no lo hizo a propósito, tiene autismo, no entiende del todo.

— Oh, es retardado— dijo el chico, con total naturalidad.

Mikey se molestó por qué lo llamaran de esa manera.

— No, sólo tiene un par de problemas, como todos.

— Si, acabas de decir que está mal de la cabeza— dijo el chico.

— No, no dije eso— respondió, molesto.

Odiaba con todo su ser que trataran a Takemichi de ese modo.

Él era maravilloso, era muy inteligente, era buena persona, era la persona más buena del mundo, sin maldad en su cuerpo, nunca en su vida se había peleado con alguien, y no molestaba ni buscaba peleas nunca.

Él estaba en su mundo y era completamente inofensivo, estaba indefenso ante los demás y siempre lo apartaban, y él no se lo merecía, porque era un chico excelente.

— Mikey, ¿Qué pasa? — preguntó Senju, al verlo tan tenso, su mirada pasó de él hacia el joven.

Mikey negó y soltó el brazo del chico, murmurando un "Nada" y el niño se fue por su lado, lejos de Takemichi, mientras el pelinegro mordía su labio con rabia contenida.

Senju no pudo lograr que cambiara la cara, ni siquiera que hablara al respecto, o que se descargara de algún modo, no importó cuántas tácticas psicológicas aplicara.

Lo único que lo hizo reaccionar fue cuando Michii se acercó a él y como de costumbre, había juntado flores para regalárselas, el pelinegro ni siquiera las había agarrado puesto que fue directo abrazarlo.

Takemichi le tenía muchísima confianza así que lo dejó, pero estuvo sorprendido dos segundos completos hasta abrazarlo de vuelta y escondiendo su rostro en el hombro de Mikey.

— Eres perfecto tal y como eres, no escuches a los demás que no pueden verte como te mereces, no les hagas caso, Michi, y te quiero muchísimo sin importar nada de lo que digan o de lo que te pase, recuerda eso siempre, ¿Bien? — murmuró Mikey contra su oído, a lo que Takemichi asintió por puro reflejo, pero no creía haber entendido del todo.

Eres especial (mitake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora