Bienvenido a la ORC

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Un joven castaño de 22 años se miró en el espejo con cierta ansiedad, sus nervios se notaban mientras ajustaba la camisa gris de su...nuevo uniforme, por llamarlo de alguna manera, aunque parte de el le decía que era un traje de convicto glorificado...

Pero bueno, al menos representaba algo, una oportunidad.

Había tenido muchos problemas en su vida hasta ahora, problemas que lo llevaron a una instancia en prisión...

Denuncias de acoso sexual y un accidente en el vestuario de chicas de la universidad le había costado caro...una expulsión y arresto por...bueno, tener mala suerte con las chicas.

Sus opciones eran pocas tras las rejas, que le dirían sus padres...? Bueno, probablemente que estaban decepcionados, no los había visto en 2 años pero podía vislumbrar en su mente a su madre suspirando y a su padre negando con la cabeza de brazos cruzados.

Pero bueno, estaba divagando, en la última semana se había presentado una oportunidad, una corporación de algun tipo buscaba personal, mano de obra barata según decían, y el fue seleccionado, fue una especie de libertad condicional.

Fue una buena noticia, lo que sea por salir de ese agujero de estrés y abstinencia lo antes posible.

Extrañaba hasta las cosas más mundanas y simples como una taza de café...o dormir hasta muy tarde en fines de semana...

Cosas que tal vez recuperaría si todo salía bien, todo fue muy vago respecto a lo que haría una vez que llegará al supuesto centro de investigación del que había oído hablar...

Pero lo que tenía en claro es que si terminaba el procedimiento por un periodo de 6 meses sería liberado y restablecido en la sociedad.

Solo 6 meses...

Cuando llegó al lugar transportado en un camión junto a otros 11 individuos selectos pudo contemplar un enorme edificio de aspecto futurista con paredes blancas y brillantes cristales, increíble a la vista, las siglas ORC como un gran logo se destacaban en lo alto.

Fue impresionante por decirlo a la ligera, al final se le asignó una habitación, su nuevo lugar de descanso al parecer.

Eh... había sido una mejora, una cama más cómoda y una jodida almohada, no había tenido una en años y su cuello le reclamaba a veces por las mañanas, era una habitación relativamente pequeña, pensada para una sola persona, cuatro paredes blancas y un techo gris con un solo foco de luz...pero era una mejora, a falta de ventanas había un sistema de ventilación, en una esquina había un inodoro y papel higiénico además de un pequeño lavamanos, era simplemente...mejor, aunque casi cualquier cosa era mejor que estár tras unas rejas con una cama áspera y vigilancia constante.

Aquí al menos tenía algo de privacidad.

Pero en cierto sentido seguía siendo...parecido a una prisión, un lugar solitario y frío...pero ahora tenía más esperanzas.

No perdió tiempo en tumbarse en la cama y sumirse en un sueño profundo.

A la mañana siguiente recibió su uniforme, una camisa gris de mangas largas con la identificación de "L-3323" en la espalda, como un código de identificación...

Un traje de prisionero glorificado concluyó el castaño nuevamente.

Pero lo usó al final, el lo sabía, aún no era libre, pero lo sería.

-solo 6 meses...-. susurró para si mismo y se permitió sonreír.

Toc toc

Un golpe en la puerta llamó la atención del castaño, sus ojos marrones claros se fijaron en la blanca entrada de su habitación designada, decidió no perder el tiempo y abrirla, tras la puerta se encontró de frente con 2 personas vistiendo trajes que bien podrías ver en personajes del tipo Psy-Ops en video juegos, eran trajes oscuros con visible blindaje y placas de refuerzo, usaban cascos y botas militares, y estaban notoriamente armados.

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