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Dante


Lo último que esperaba que pasase el primer día de mi último año era que me llamasen para ir al despacho del director. Agradecí al bibliotecario, que amablemente se había tomado la molestia de avisarme que me buscaban. Recogí mis cosas con rapidez, dejando el Trabajo de Fin de Grado sin apenas algo escrito. Caminé hacia el edificio principal, intentando no hacerlos esperar mucho tiempo.

-Hola, señora Davies.—Saludé tan pronto como llegué a la mujer de la secretaría, quien levantó la vista del ordenador tan pronto como escuchó su apellido.— Creo que me han llamado...

-Ah, señor Fiore, así es. Perdón por interrumpir su momento de estudio, pero resolver lo que ha pasado es urgente. —Explicó con una pequeña sonrisa. Le miré preocupado, sin saber bien que podía haber pasado. ¿Acaso había hecho algo mal?—No se preocupe, no es necesariamente algo que recaiga sobre usted. Más bien...tiene que ver con los otros dos integrantes de su banda.

-¿Ares y Noah? —Pregunté incierto.—¿Están en problemas?

-Bueno, digamos que los pillé montando un jaleo junto a otras dos alumnas, y ninguno de ellos se estaban diciendo cosas agradables. 

-En resumen, se han puesto a pelear en mitad del campus, ¿no?—Dije, conociendo bien a mis dos amigos. La señora Davies asintió con una pequeña sonrisa, dejando de teclear en el ordenador.

-Sí, por ende me he visto obligada a llevarlos a todos con el director, pues no hay explicación para tal comportamiento. Y por casualidad, ninguno de los dos más responsables de las bandas estabáis presentes, por eso os hemos citado. —Asentí levemente, aun sin creer que fuesen capaces de crear tal escándalo.—Se puede sentar en la sala de espera mientras viene la otra chica.

Acepté con una sonrisa, sentándome en una de las sillas mientras repetía las últimas palabras de la mujer. Ya de por sí me sorprende que Ares y Noah hayan empezado una pelea, sobre todo el último sabiendo que es su primer día. Pero más aún me sorprende que se hayan peleado con dos chicas, eso sí que no tenía ningún tipo de explicación coherente.

Estuve revisando algunas cosas con mi móvil mientras esperaba a que me la otra chica llegase para poder entrar.

-Señorita Murphy, pase. —Escuché a la mujer decir, por lo que de forma involuntaria y curiosa despegué la mirada de móvil, buscando identificar de quién se trataba.


Oh.


No podía creer lo que estaba viendo en ese momento. Tenía que ser un sueño.


-¡Ya le he dicho muchas veces que me puede llamar Hope! Que nos conocemos ya de más de una ocasión.— Habló la chica con entusiasmo, sonriendo a la mujer. Sí, definitivamente era verdad lo que estaba pasando, había acabado en la misma habitación que ella.— ¿Laila se ha metido de nuevo en problemas?

-No...Laila no es la única que está metida en este problema.

-¿Kayla también?—Se llevó los dedos al puente de la nariz, mientras empezaba a quejarse de aquella noticia.— Por una vez que no puedo hacer algo y mando a Laila, van y se meten las dos en un lío.

-Descuide, los otros dos alumnos también tuvieron que ver en el conflicto. Iré a avisar al señor Maxwells de que están aquí, puede mientras esperar junto al señor Fiore. —Al escuchar mi apellido, me erguí al instante, sintiendo como un revoltijo de nervios se formaba dentro de mi. La chica  asintió con una pequeña sonrisa, escaneando la sala hasta encontrarme.

AMARANTHINE [new edition]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora