Capitulo 32: Luchando Contra Los Otros.

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[[[Tengo Editado los primeros 10 capitulos, espero que los lean y dejen su comentario si les gusto]]]]


[POV Lancel]

"Hay que retirarnos" les digo al mirar que los otros se acercan para atacarnos

<Al anfitrión solo se le permite retirarse después de vencer a uno de los Otro> El Sistema me da una misión antes de irme

'Con que a eso se refería de una misión suicida' Recordé lo que me dijo en la Torre de la Alegría

"Retírense" Mance les dice al notar el clima cada vez más helado

"Vámonos" Oberyn nos dice dándose la vuelta

"Ser Arthur, Príncipe Oberyn, necesito su ayuda" les digo con la maxima seriedad posible

"¿En qué?" Ser Arthur me pregunta mirándome a los ojos, Oberyn se gira hacia nosotros para saber que voy a pedir

"Quiero que me ayuden a combatir contra los Otros, nos iremos después de vencer a uno" les digo sintiendo el frio en mi rostro

"Parece peligroso, pero tengo ganas de luchar" Oberyn me dice aceptando, volteo a hacia Ser Arthur, y este asiente con la cabeza

"¿Se quedan?" Mance nos pregunta, le respondo que si con un movimiento de cabeza. El se da la vuelta retirándose de la aldea junto con los salvajes

Quedamos esperando un momento, hasta que una sombra surgió de la oscuridad. Se alzó ante nosotros, era alta, tan dura y flaca como los huesos viejos, con carne pálida como la leche. Su armadura parecía cambiar de color cada vez que se movía; en un momento dado era blanca como la nieve recién caída, al siguiente negra como las sombras, o salpicada del marrón grisáceo de las tiendas. Con cada paso que daba, los juegos de luces y sombras danzaban como la luz de la luna sobre el agua. No se escuchaba el sonido de sus pasos al andar, y no dejaba huello en su camino

Cuando vimos esta criatura de cerca,se nos escapo el aliento en un sonido siseante. El frio que desprendía cerca nuestro nos congelaba el aliento. Nos dimos cuanta que en un momento el viento había cesado. Hacía mucho, mucho frío. Los tres nos preparamos para el combate.

[POV Tercera persona]

El Otro se deslizó adelante con pasos silenciosos. Llevaba en la mano una espada larga que no se parecía a ninguna que se hubiera visto en la vida. En su forja no había tomado parte metal humano alguno. Era un rayo de luna translúcido, una esquirla de cristal tan delgada que casi no se veía de canto. Aquella arma emitía un tenue resplandor azulado, una luz fantasmagórica que centelleaba en su filo, y sin saber por qué, comprendimos que era más cortante que cualquier hoja.

Mientras los tres tomaban sus armas con un fuerte apretón, el Otro se detuvo. Le vieron los ojos; azules, más oscuros y más azules que ningún ojo humano, de un azul que ardía como el hielo. Salieron de entre las sombras en silencio otras sombras, todos idénticos al primero. Eran tres... Se encontraban en desventaja numérica, se llegó a sentir el frío que emanaba de ellos, pero no los vieron, ni se oyó como se aproximaban.

Lancel solo se concentraba en los que estaban en frente de él. Desde que el primer Otro se acerco, desactivo su sentido espiritual, no quería distracciones durante el combate

Los Otros se reunieron para enfrentar a los tres guerreros al frente de ellos. Lancel puso su palma en el brazo de Oberyn y luego en el de Ser Arthur, dejando una marca de estrella. Luego se concentro en los Otros

"Será una batalla difícil, por lo que veo, solo puedo luchar contra uno" Oberyn nos dice apartándose a un lado para tener más espacio. Uno de los Otros le sigue para luchar contra el

Juegos de Tronos: El Héroe PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora