Capitulo 29: Llegando a Thenn

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[[[estoy editando los primeros capitulos espero que los lean y dejen su comentario si les gusto]]]

POV Lancel:

Entramos por un pasadizo era angosto y retorcido, y tan bajo que tuvimos que agacharnos para poder pasar. Oberyn se golpeo la frente contra una gruesa raíz blanca que sobresalía de la pared del túnel y de cuyos dedos colgaban telarañas

"Jajaja, ten cuidado" le dije a Oberyn

"Déjame llevar la antorcha" Oberyn me dice con el ceño fruncido

"Lo siento Maestro, pero voy delante, así que tengo que llevarla yo" le digo con una sonrisa

La capa de hojas susurraba tras la hija del bosque, pero el túnel daba tantas vueltas que pronto la perdimos de vista y solo podemos seguir la luz que se reflejaba en las paredes. La mujer se detuvo para que la alcanzáramos

"¿Qué son estas cosas?" Oberyn le pregunta a la Hija del Bosque señalando a las paredes

"Son raíces de arciano" la Hija del Bosque le dice iluminando las paredes

"Bien" Oberyn le dice al ver que que solo eran raíces blancas como la que se había topado en la cabeza

La hija del bosque volvió a ponerse en marcha rápidamente, hacia las profundidades de la tierra. Pasamos por otra bifurcación, después por otra, y al fin llegamos a una caverna tan grande como el tamaño de un salon, con dientes de piedra que colgaban del techo y se abrían paso desde el suelo. La mujercita de la capa de hojarasca se abrió camino entre ellos. De vez en cuando se paraba y nos apremiaba haciendo señas con la antorcha. Diciendo "Por aquí, por aquí, deprisa"

Encontramos más pasadizos y recovecos a ambos lados, y escuchamos agua que goteaba hacia nuestra derecha. Cuando miramos en esa dirección nos dimos cuenta que había ojos que nos observaban, grandes ojos de pupila vertical que reflejaban la luz de la antorcha.

"Son otros hijos del bosque" la Hija del Bosque nos dice al vernos mirar en esa dirección

"Huesos" Ser Arthur nos dice viendo abajo de nosotros pisando un hueso

El suelo del túnel estaba cubierto de huesos de pájaros y otros animales. Pero también había otros, algunos tan grandes que por fuerza tenían que ser de gigante, y otros pequeños que podrían corresponder a niños

 El último tramo de su oscuro viaje era el más empinado. Pronto llegamos a un puente natural que colgaba sobre un profundo abismo

"Yo no voy a pasar por ahí" Oberyn le dice a la hija del bosque

"No, muchacho, mira tras de ti" la Hija del Bosquele dice a Oberyn

"¿Qué voy a ver?" Oberyn le dice dando una vuelta y saltando del susto, Ser Arthur tomo el mango de su espada del susto también al voltear su mirada junto con Oberyn

Allí había un hombre pálido, vestido con ropa color ébano, inmerso en sus ensoñaciones y sentado en un nido enmarañado de raíces; un trono de arcianos entrelazados que lo abrazaban con sus atrofiados miembros como haría una madre con su hijo. Tenía el cuerpo tan esquelético y las vestiduras tan harapientas que, al principio, pensamos que era un cadaver, un muerto que llevaba tanto tiempo allí sentado que habían crecido raíces sobre él, bajo él y a través de él.

"¿Quién eres?" Oberyn le dice al verlo abrir sus ojos

"¿Un…cuervo?" Brynden Rios nos pregunto con voz seca, hablaba despacio como si olvidara cómo se construían las palabras, y continua "Lo fui, cierto. Negro mi atuendo y negra mi sangre"

"Hola, Lord Brynden Ríos" le digo con respeto al verle vigilando este lado del reino

"¿Cómo me conoces chico?" Brynden Rios me dice viéndome a los ojos

Juegos de Tronos: El Héroe PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora