3. | Primeros encuentros

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Abandonaron el comedor, con un silencio incómodo, ninguno fue guiado a sus aposentos como deberían, avanzaron hasta los aposentos de sus padres. Rhaena, sostenía la mano de Jace, Joffrey parecía un poco sorprendido. Lucerys, no sabe como sentirse, aún hay cierta conmoción en él, por la noticia tan abrupta.

Cuando las puertas se cierran tras ellos, todos se sientan, y por unos momentos, todo es silencio. Hasta que su madre suspira, y parece que fuera una señal, porque todos comienzan a hablar.

—Silencio —ordena su madre, poco después de que el griterío haya iniciado —. Jacaerys, ¿qué sucedió? Deberías habérmelo dicho ese día.

—No sabía —justifica Jace —, Aegon siempre tuvo ideas para jugar, creí que era solo eso.

—¿Qué pasó después? —inquiere su madre, con paciencia.

—No sabía como decirlo —explica —. ¿Qué se supone que diría?

—Qué te parece un; mamá, Lucerys se casó. —aporta Joffrey.

—De acuerdo, manejaremos esta situación con calma —comienza su madre —. Mi padre, está bien con esto, así que, nosotros no diremos nada.

—¡¿Nada? No haremos, nada! —exclama Daemon, con indignación —Mi hermano, cree que se puede robar a mi hijo y no tener consecuencias por ello.

—¿No hiciste lo mismo padre? —habla Rhaena, dejando a todos en silencio.

—Los dioses me castigan, por amarte Nyra —Lucerys hace lo posible, por ocultar su sonrisa. —. Pero mi niño, es un bebé.

—Tengo quin... —habla Lucerys, pero Jacaerys cubre su boca.

—Es un dragoncito, apenas salió del cascarón —esto tiene para rato, así que en lugar de responder o negar, se hunden en sus asientos, y tratan de ocultar sus sonrisas —. Ahora, el engendro tuerto, de la bruja verde y del que, dice ser mi hermano, se lo llevaran y solo los dioses saben que cosas puede hacerle.

—Pues no más que, las que tú hiciste en nuestra noche de bodas. —aportó su madre.

—Va corromper su inocencia, no Nyra, no podemos permitir eso —negó, y Rhaena, hizo lo posible por ocultar su risa —. Míralo, es tan chiquito, tan puro, apenas hizo sus primeras mutilaciones...

—¡Daemon! —grita su madre, entre divertida y preocupada —. Basta ya, estas exagerado, solo serán esposos, no tienen porque quererse —habla su madre, con suavidad y tomando sus manos —. Los matrimonios, son simples arreglos políticos.

—Este no fue planeado.—murmura Daemon, pero se calla cuando su madre, le da otra mirada.

—No, pero parece ser algo que necesitamos —su madre, vuelve a mirarlo y sonríe —. Ahora, raqnon (amor), trata de ser amable, no busques problemas, no deseamos ser exiliados otra vez.

—Si muña, pero ¿que es exactamente la noche de bodas? —preguntó, Jacaerys se levantó y salió seguido de Joffrey y Rhaena, cuando Daemon lo ordenó.

—Bueno, mi dulce niño, la noche de bodas, es necesaria para hacer oficial la unión entre la pareja —explica, aunque no parece querer hacerlo —. ¿Sabes lo que sucede en un burdel, no es así? —Lucerys asintió, no sabía de forma explícita, porque nunca fue a uno, pero el Maestre Gerardys, les explicó.

—Es básicamente eso. —aunque muy confundido, Lucerys aceptó la explicación, no podía pedir más, todos estaban apenas procesando lo que sucedió.

—Ahora ve, seguramente ya esperan por ti —ella le dio un beso en la frente, y susurró un: "avy raqan" (te quiero)

Valyrian traditions [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora