06.

12 2 0
                                    

Leonard salió de su despacho y miró a su alrededor para percatarse de que nadie lo veia.

Se sentía como un tonto adolescente de 15 años... escondiéndose para
no ser descubierto por sus padres.

Volvió a observar por el pasillo. Soltó un suspiro. Al parecer todos estaban ocupados y él podría ir a verla sin ser
interrumpido.

Desde que había llegado quiso estar a solas con ella. Pero si no era una cosa, era otra. Y jamás lo lograba. Tenía ganas de ver aquellos ojos miel que amaba en secreto desde hacía tanto tiempo.

Sin dudarlo entró a la cocina, haciendo un poco de ruido.

Ella se sobresaltó y se giró a verlo con el corazón en la boca. Se sintió algo aliviada al saber que era él. Aunque de repente se sintió nerviosa.

No quería estar a solas con Kim Leonard.

Carraspeó su garganta y volvió a mirar de nuevo al agua que comenzaba a hervir. Leonard se acercó un poco.

-¿Qué estás cocinando?-. le preguntó y respiró profundamente para encontrarse con el inconfundible aroma al romero.

-Pastas-. contestó ella simplemente.

-Mmm... mis favoritas-.

Ella lo miró de reojo y su corazón dio un vuelco. Por qué.. ¿por qué le seguía pasando aquello? Era como que no podía superarlo. Lo había amado siendo
una niña y lo seguía amando siendo una adulta. Ellos dos se conocían desde que su padre había sido contratado para ser peón de aquellas tierras.

Leonard tenía 15 años y ella 13... se habían amado tanto. Pero luego el se fue. Y después de unos años volvió casado. Ella también había hecho su vida. A veces se reprochaba por no haberse jugado por su verdadero amor.

-Lo sé-. le dijo luego de unos segundos.

Leonard se quedó quieto, observándola.

Quería decirle algo, pero no sabía que.

Tenía aquella estúpida sensación en el pecho. Se preguntaba a si mismo, qué
era lo que le impedia confesarle que la seguía amando. Su esposa había muerto cuando Haneul apenas era una bebé.

Y Maggi se había separado del padre de Jungkook hacía muchos años.

-Maggi..-.

-¿Qué?-. preguntó ella.

-¿Crees que aun estamos a tiempo?-.

Ella se giró a verlo como si hubiese dicho algo sumamente malo.

Sus ojos estaban bien abiertos y había dejado caer el repasador sobre la mesada.

-¿Qué?-. murmuró.

-¿No lo crees?-.

-Yo...-.

El dio un paso hacia ella. Se limitó a observarla fijamente.

-Voy a quedarme a vivir aquí-. los ojos de ella se abrieron aun más. -Y creo que voy a necesitar una...buena mujer para que me acompañe en la habitación grande-.

Sus mejillas se tiñeron de un rojo casi intenso. -Leonard...-. chilló avergonzada. El rió por lo bajo.

-Cásate conmigo, Maggi-. ella sintió que iba a desmayarse. -Fui un cobarde hace 30 años atrás... por no pelear por ti-.

-Eramos joven, Leonard-. musitó ella y dejó de mirarlo.

No podia mirarlo. Le dolía hacerlo. Le dolia recordar la manera en la que ella lo había esperado tontamente... y luego lo había visto llegar de la mano con
una hermosa joven de cuidad.

°Salvaje°|JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora