you're happy? well so am i

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La carta llego, las delgadas manos de hoseok la tomaron y sonrió al ver que era de Seúl, pensó en muchos, tal vez era jimin o namjoon, sonrió tiernamente mientras caminaba por la casa de su novio, su gran vientre de siete meses le estorbaba un poco para moverse pero amaba a esos dos niños con el alma.

Finalmente abrió la carta, aquella carta que decía todo el amor que Jeon jungkook tenía por él, amor que seguía presente pero no de la misma manera, se impresiono ante todo lo que decía, todo aquello lo hizo llorar, no se había percatado de jungkook, nunca lo vio, es como si jamás hubiera estado en daegu como él decía, tampoco podía creer que el  y yoongi fueran amigos, nunca lo imagino.

Lagrimas seguían cayendo de sus ojos, le hubiera encantado saludar a jungkook, verlo y decirle que no importaba, que todo estaba bien y que le deseaba lo mejor.

Había logrado perdonar a jungkook, se dio el tiempo para ser feliz de nuevo y lo logro, salir de Seúl fue lo mejor que pudo hacer ya que así conoció al único y gran amor de su vida, min yoongi, el chico que logro enamoro de nuevo, aquel dulce hombre que le hacia reír diario.

Min yoongi lo salvo y ahora ambos eran feliz, feliz a la espera de sus dos gemelitos, la felicidad era lo único que llenaba el corazón de hoseok, aquel dolor que resumía en sus cartas había desaparecido y más ahora que sabía que jungkook había aprendido a buscar su felicidad.

Lloro y no lo pudo evitar, aquella carta lo hizo recordar buenos momentos, momentos que se quedarían en su corazón por el resto de la eternidad, momento únicos en su juventud.

La puerta sonó y camino hacia el lugar, lloro más fuerte al ver a su pareja en la puerta sosteniendo un ramo de flores amarillas y una caja de chocolate.

-¿Qué paso mi solecito?- pregunto dejando todo en la mesita de la entrada.

-nada amor, hyunjin no deja de patear y me duele- era verdad pero no lloraba solo por su inquieto bebito.

-oh mi amor, min hyunjin no golpeas a papi ¿sí?- dejo sus manos en la pancita de su amada pareja.

Mágicamente el niño se calmó, sorprendente.

-tienes poderes, gigi- acaricio el cabello negro de yoongi el cual repartía besos en el gran vientre.

-obvio, con estos poderes te embaracé- rio junto a hoseok, cargo al Cataño llevándolo a la cocino-comamos, seguro beomgyu tiene hambre.

-okey pero déjame caminar, pesamos mucho- el puchero en sus labios desapareció.

-no pesan cielo- dejo el cuerpo de su amado en la mesa-yo preparo la cena, no tardo- beso la boca del Cataño, aquellos labios tan dulces como cualquier dulce.

-te amamos- grito Jung desde la mesa.

-lo se- la pareja rio, la felicidad se sentia en el aire de ese dulce hogar.

(...)

Seúl era difícil, vivir en una ciudad así era agotar y más Jeon jungkook un contador de una de las empresas más importantes del país, difícil era poco para todo lo tenía que hacer, una vida difícil pero tranquila, jungkook hacia lo que amaba y eso lo mantenía feliz.

Había logrado borrar el dolor de su corazón, ahora solo existía cariño hacia hoseok y esperaba ver su creciente embarazo, yoongi le contaba lo lindo que se veía y eso le alegraba. Si fue difícil pero decidió que lo mejor era olvidarlo, olvidar el daño que le causo, claro no borro sus momentos felices juntos pero si se aseguró de guardarlos en su corazón como momentos únicos y felices.

Caminar y beber café es una mierda, de verdad que pronto pasaría un error, como ahora.

-lo siento, de verdad perdóname- dijo al derramar el café en un chico alto.

-que tonto eres, seguro eres fan número uno de naruto- aquel chico intentaba limpiar su suéter rosa.

-dije perdón, y que tiene de malo ser fan de naruto- defendió su serie favorita.

-aish lo siento, no tuve un buen inicio de día- levantó la cabeza mirando al apuesto joven de traje-pero que guapo estas.

-¿qué?- dijo mirando el sonrojo del pelirosa.

-soy seokjin ¿y tú?- sonrió en grande estirando su mano adornada por sus uñas pintadas de rosa.

-soy jungkook, es un gusto- tomo delicadamente la mano, sintiendo aquella corriente que sientes cuando conoces a alguien especial.

-te gustaría tomar un café conmigo- sus manos no se soltaron.

-claro, tal vez el trabajo pueda esperar - ambos rieron caminado hacia la cafetería.

Si, jungkook conoció a ese dulce chico el cual se convertiría en su felicidad, hoseok encontró la alegría que se le fue arrebatada, ambos conocieron el amor una vez más, la alegría volvió para ambos. Su amor no se olvidaría, porque tal vez en esta vida no estuvieron juntos pero en la otra el universo se encargaría de hacerlos uno, eso era seguro.

Gracias hoseokie, gracias.

Gracias a ti kookie.

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