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Faltaban 15 minutos para que nuestro tren llegara, así que decidí invitarle un café a Lando. Es lo menos que podía hacer después de que se portara tan amable conmigo.

- Y bien, Leah - pregunta Lando antes  de darle un sorbo a su Frappuccino - ¿Qué te trajo a Londres?-

-Es complicado, pero puedo decirte que realmente necesitaba un cambio de aires - contestó y el asiente con comprensión.

- Entiendo eso. A veces, un cambio de escenario es justo lo que se necesita para refrescar el alma ¿Cuánto tiempo estarás aquí?-vuelve a preguntar mientras caminamos de regreso a la plataforma.

- Mi vuelo sale mañana a las 12:00 pm-

- Eso explica porque solo traes una mochila- ríe

- ¿Y tú? ¿Estás de visita también o vives aquí?

- Soy  un londinense de corazón. Crecí aquí, pero por cuestiones de trabajo, tuve que mudarme a Mónaco. Ahora, en mis tiempos libres, aprovecho para visitar a mi familia aquí. - contesta volteando a verme con una sonrisa y no puedo evitar notar el brillo en sus ojos al mencionar a su familia.

- wow, debe ser increíble vivir haya - digo sorprendida

- Lo es, pero no hay nada como estar en casa. ¿y tu de donde eres? tu acento no es muy común- pregunta parándose frente a mi cuando llegamos a la plataforma.

- Soy de Alemania, pero vivo en Nueva York desde los cinco años. - contestó
Un nudo se forma en mi garganta al recordar cómo al día siguiente de que  enterráramos  a mamá, Papá nos monto  a mi hermano  Lucas y a mí en un avión para comenzar una nueva vida en un lugar completamente nuevo.

- Leah, ¿te encuentras bien? -  pregunta nota d el cambio en mi expresión.

Justo cuando estoy a punto de responder, suena la bocina del tren  anunciando su llegada.

- Ok, mi turno ¿cual fue tu peor travesura de pequeña?- pregunta Lando.

Para hacer mas ameno el viaje decidimos hacernos preguntas y contar algunas de nuestras anécdotas para conocernos mejor.

-Bueno, la verdad es que yo nunca fui una niña problemática, era muy noble. Pero hubo una vez en el kínder... Había una niña llamada Astrid que siempre me molestaba, y yo jamás la acusé con la maestra, hasta que un día me tomó por sorpresa y me arrebató mi peluche favorito, el que mi mamá me había traído de uno de sus viajes a Sydney. Ella era una artista y viajaba frecuentemente a distintas exposiciones por todo el mundo. El peluche era una nutria a la que llamé "Dobby" en honor al elfo de Harry Potter - digo soltando una pequeña risa al recordar lo mucho que me emocione cuando mamá llego con el.

- Cuando Astrid me lo quitó, sentí tanta rabia que juraría que varios creyeron que explotaría de lo roja que me puse. No le dije nada, solo pasé a su lado y me dirigí al estante donde se encontraba la pintura que utilizábamos para las manualidades, lo tomé y... se lo tiré en el cabello - Lando suelta una carcajada que pronto me contagia y todos en el vagón voltearon a vernos.

- Se lo merecía- dice limpiando una pequeña lagrima que se le había escapado.

- Ahora tu- digo mientras saco de mi mochila algunas frituras y le comparto.

- No estaba tan pequeño, pero ¿recuerdas el video en el que una chica se queda pelona por comer su elote con un taladro?- pregunta

- ¡Oh claro que si! fue una joya- contestó riendo

- Bueno, pues cuando el video se hizo viral se me ocurrió hacerle una broma parecida a mi mejor amigo Max, cabe aclarar que para el uno de sus mayores tesoros es su cabello y que obviamente no iba a usar un taladro, entonces tome un cepillo eléctrico con el que mamá se peinaba todo los días. Mi plan era poner en mi celular un video con el sonido que hacen y pasarle el cepillo apagado, pero ¿Cuál fue mi sorpresa? que mi hermana menor Flo conecto el cepillo cuando estaba distraído y el pelo de Max quedo tan enredado en el que tuvimos que cortarle gran parte ¡parecía que lo hubiera mordido un burro!- did volviendo a soltar una carcajada.

- No puede ser, yo te hubiera dejado del hablar-

- El también lo hizo toda una semana, pero me perdono cuando le dije que me dejaría rapar para estar a mano- agrega llevándose una fritura a la boca.

- Que gran amigo- digo sarcásticamente haciendo un puchero y llevando una mano a mi pecho.

- Muy graciosa, mejor deberías tomar una siesta porque aun nos queda bastante para llegar -

- No lo se, ¿Qué tal si nos pasamos?-

- no te preocupes, yo te despierto- dice tomando mi mochila para que pueda acomodarme en mi asiento.

El gesto de Lando me tranquiliza, así que cierro los ojos y me dejo llevar por la sensación de seguridad que me brinda. Caigo en un profundo sueño, sintiendo que, por primera vez en mucho tiempo, puedo relajarme por completo.)


- Leah, despierta- escucho una voz suave.

- Lucas, solo cinco minutos más, prometo ayudarte a sacar al gato del vecino en un rato- contesto acurrucándome más para seguir durmiendo.

- No sé de qué gato hablas, pero ya tenemos que bajar- dice la voz riendo.

Al abrir mis ojos, la realidad me golpea de golpe. Estoy en Londres. El rostro de Lando está bastante cerca del mío, y no tengo idea de en qué momento  me dormí en su hombro ni por qué él no dijo nada.

- S-si, ya voy - contesto nerviosa levantándome  de mi asiento y tomando mi mochila.

- Creo que aquí puedo pedir un taxi para que me lleve a un hotel para pasar la noche, muchas gracias Lando- dije abrazándolo

-Leah, estás loca si crees que te dejaré aquí tan tarde y en tu primera visita a Londres. Me ofrezco a ser  tu guía por esta  noche, y no aceptaré un no por respuesta - dice colgándose mi mochila en el hombro antes de salir de la estación de tren.

Me siento abrumada por su amabilidad y generosidad.

Lando ha demostrado ser una persona increíblemente amable y atenta. En este momento, me siento agradecida por haberlo conocido y emocionada por la aventura que nos espera en Londres. Además, su compañía me hace sentir más segura en esta ciudad desconocida.

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Buenas noshesssssssssss, espero les guste el capitulo de hoy (:

Buenas noshesssssssssss, espero les guste el capitulo de hoy (:

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ʙᴀᴄᴋ ᴛᴏ ᴅᴇᴄᴇᴍʙᴇʀ❘ ʟᴀɴᴅᴏ ɴᴏʀʀɪꜱ  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora