002

748 50 3
                                    

Pov Lando:

No me pregunten que carajos acabo de hacer porque claramente yo tampoco tengo idea. Mi plan para esta noche después de haber pasado la tarde con Max era regresar a casa, pedir una pizza y jugar videojuegos hasta la madrugada. Pero ahora me encuentro llevando a cenar a la chica que hace unas horas había estado peleando con una maquina en la estación de tren para que le diera su boleto. Que loco ¿no?

- ¿tienes hambre? - preguntó mientras caminamos.

- Demasiada- dice llevando la mano a su estómago.

-Por aquí cerca hay un pequeño restaurante donde hacen una pasta riquísima, no te arrepentirás- digo tomando su mano para cruzar la calle.

Al entrar al lugar, el olor a pasta recién hecha invade mis fosas nasales, trayendo a mi mente varios recuerdos de cuando papá me traía a comer después de una tarde en los Karts.

Nos dirigimos a las mesas que se encuentran al aire libre, tenemos una linda vista a la ciudad y un cielo estrellado que nos ilumina junto con algunas velas que están en las mesas.

La atmósfera es perfecta para una noche inesperada cómo está.

- Buenas noches, me llamo Mike ¿puedo tomar su orden? -  pregunto el mesero y voltee a verla para que ordenara primero

- Sorpréndeme Lando. dice con una sonrisa desafiante cerrando su carta.

- Esta bien, entonces serán dos pastas carbone... - intentó  pronunciar, pero no lo logró

- ¿Carbonaras? - pregunta  el chico con diversión y puedo escuchar una pequeña risa por parte de mi acompañante.

- Eso, una pizza margarita y para tomar yo quiero una limonada ¿tu Leah? - pregunto volteando a verla.

- un Té helado por favor- responde con voz dulce.

Mike anota nuestras órdenes y se retira con un gesto de aprobación.

-¡Dios mío! tenías razón, esta pasta es deliciosa- dice sorprendida después de probar  el primer bocado haciéndome reír por lo tierna que se ve.

- Y espera a probar la pizza- le acerco una rebanada a la boca. Ella le da una mordida y hace un gesto de aprobación.

- Tomás y yo solíamos ir todos los viernes por pizza cuando salíamos de la universidad antes de...- para de hablar y le da un sorbo a su bebida. Puedo darme cuenta de que es un tema difícil para ella  por el cambio en su sonrisa. Se convierte en una expresión de nostalgia y tristeza.

- ¿Tomás? - pregunto con curiosidad .

- ¿Ya probaste la pasta? Tengo que pedirle la receta al chef de este lugar - dice evadiendo mi pregunta.

- Leah...- Insisto y  de repente cae un gran silencio entre nosotros. Puedo escuchar las risas de las mesas a nuestro alrededor, el ruido de los autos que proviene de la calle y los grillos cantando en las jardineras. Es evidente que el tema de Tomás es delicado para ella.

Lo sé por su mirada y puedo sentir que hay más en su historia de lo que ha compartido hasta ahora.

Leah suspira profundamente y finalmente decide compartir un pedazo de su historia conmigo.

- Va a sonar muy cliché, pero él fue mi primer amor. Nuestras familias se conocen desde hace tiempo, así que crecimos juntos. Solíamos ser mejores amigos desde el kínder. Él estuvo allí la primera vez que se me cayó un diente, cuando aprendí a andar en bicicleta. Estuvo presente en cada momento importante, y yo para él - dice con una sonrisa triste al recordar.

- ¿Y qué pasó? - pregunto, estirando mi mano sobre la mesa para tomar la suya.

- Todo fue perfecto hasta que entramos a la universidad,  ahí conocimos a Savannah. Fuimos compañeras de cuarto y con el tiempo construimos una linda amistad. Se convirtió en mi mejor amiga. Ella se unió a nuestro grupo, y con eso también surgieron las peleas constantes con Tomás- responde Leah, riendo amargamente.

- Llegaron las prácticas, y como ya estaba acordado, Tomás y yo las haríamos en el buffet de abogados que pertenece a mi familia. Papá  comenzó a darle  más prioridad a Tomás que a mí, siendo su hija. No me malentiendas, no era algo que me importara tanto, ya que no era el trabajo al que yo quería dedicarme. Pero de cierta forma, me dolía que, por más que yo sacrificara mis sueños y trabajara duro por complacer a mi papá, para él nunca sería suficiente, ni reconocería lo que he hecho -

Puedo sentir la frustración y la tristeza en su voz mientras comparte su experiencia. La historia de Leah me hace admirar su valentía al seguir su propio camino, a pesar de las expectativas de su familia.

- Nosotros ya habíamos planeado una vida juntos, ¿sabes? Una casa a las afueras de la ciudad con un enorme patio en el que podría plantar las flores que yo quisiera, con niños corriendo por toda la casa entre risas y quizás uno o dos perros. Pero todos esos planes se derrumbaron frente a mis ojos cuando quise buscar a Tomast para ir a cenar y seguir con nuestra tradición de los viernes. Encontré a mi mejor amiga sobre él. Mi  relación terminó esa misma noche con las dos personas que más quería y en las que más confiaba. Me sentía traicionada, pero al mismo tiempo, sentía como si me hubieran quitado un gran peso de encima -

- El tiempo pasó y un día Savannah y Tomás  se presentaron en mi casa para anunciar su compromiso. El  y yo tuvimos un momento a solas y hablamos sobre todo lo ocurrido y nuestra amistad de casi toda la vida. Llegamos a la conclusión de que, de una u otra forma, ambos buscábamos complacer a nuestras familias y que el amor que nos teníamos ya no era el mismo que cuando éramos jóvenes. Cuando todos se fueron, me encerré en mi habitación y mientras veía mis redes sociales, como una señal del universo, me salió un anuncio de un vuelo a Londres, y sin pensarlo ni ver los detalles sobre el vuelo, lo compré -

- ¿y cómo te sentiste al hacerlo?-  pregunto aún con nuestras manos entrelazadas y una sonrisa se forma en su rostro.

- Libre. Gran parte de mi vida hice lo que mi papá y los que me importaban esperaban que hiciera, solo por complacerlos, y esta vez lo hice por y para  mí -

Me impresiona profundamente la valentía de Leah al tomar ese salto impulsivo hacia lo desconocido. Cada minuto que pasamos juntos, escuchando su historia y compartiendo nuestras experiencias, aumenta mi curiosidad por conocerla más a profundidad. La fortaleza que ha demostrado al seguir su propio camino y buscar su felicidad es admirable, y siento una profunda conexión con esta chica que conocí  hace unas horas en la estación de tren.

A medida que avanzamos en nuestra cena y conversación, me doy cuenta de que hay mucho más por descubrir sobre Leah, y estoy emocionado por ser parte de esta inesperada aventura que estamos viviendo juntos.
----------------------------------------------

----------------------------------------------

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ʙᴀᴄᴋ ᴛᴏ ᴅᴇᴄᴇᴍʙᴇʀ❘ ʟᴀɴᴅᴏ ɴᴏʀʀɪꜱ  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora