Ne me quitte pas

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En cualquier momento el destino puede cambiar tu vida por completo, no lo descubrí hasta que tuve mis 16 años recién cumplidos, hasta que le conocí, hasta que él entró en mi vida.

Bailaba en la discoteca Joy eslava de Madrid, tenía que olvidar algo, algo demasiado doloroso para una adolescente de 16 años. Desde pequeña me habían dicho que no tenía que sufrir por hombres pero la cosa cambia cuando crees haber encontrado el amor de tu vida... y este no sea correspondido.

La discoteca estaba repleta ya que era la famosa fiesta del ''apagón'' , de repente ví a una cabecilla morena corriendo hacia mi, no tarde en averiguar quien era, la reconocería en cualquier parte, era una de mis mejores amigas Carol, era alta, morena, con unos ojos color miel que parecían que se derretían... como no siempre iba guapísima, falda alta negra, blusa blanca vaporosa, y unos tacones negros de charol que eran de infarto, su pelo era precioso negro con tonos pelirrojos, esa noche había decidido dejárselo suelto.

- Helena, a que no sabes con quien está Laura?

- Carol, donde estabas te estaba buscando... -

- Estaba en el baño te lo he dicho, pero estabas empanada mirando el teléfono - dijo - oye que te pasa? -

Que bien me conocía siempre sabía cuando me había pasado algo, y en este caso como en incontables ocasiones había acertado

- Raúl, me ha dejado... -

- QUE¡¡¡¡¡¡ SERA... JURO QUE LE MATO¡¡¡¡ - dijo gritando - cuando? - me dijo esta vez mas calmada, y abrazándome.

- Ahora mismo - dije entre sollozos - me dice que seguro que ya me he liado con otro en la discoteca y que no confía en mi... - le confesé ya con lágrimas como puños.

El problema de Raúl era que era muy celoso, y eso era incorregible, pero yo le quería con locura, era perfecto: rubio, alto, con gran musculatura a causa del rugby... pero lo mejor eran sus besos, eran cálidos, tiernos y con un sabor especial, tan profundos que te daba un escalofrío solo el contacto con sus labios.

- sera cabrón y en cima te lo dice por mensaje, cobarde... - me dijo hecha una furia.- bueno ahora no te preocupes esta es tu fiesta y nada ni nadie podrá impedirte que te lo pases bien - me abrazó consolándome - y mira que cara te has puesto, vamos al baño que se te ha corrido todo el rimel... -

yo asentí y nos fuimos dirección a los baños y justo en ese momento en los sofás ví a una persona que curiosamente me resultaba familiar... era Laura morreándose con un chico 2 años por lo menos mas mayor que ella.

de repente Carol empezó a gritar - eeeehh¡¡¡ que sepas que a Laura le gusta con lengua¡¡ -

Carol y yo empezamos a reirnos como locas, y entramos en el baño, me observé en el espejo, y realmente tenía una pinta horrible mi largo y liso pelo rubio estaba encrespado, la cara la tenía negra a causa de el rimel y mis grandes ojos verdes estaban llorosos. Carol me pasó un neceser con todos los utensilios necesarios para que mi aspecto horrible volviera a la normalidad. En ese momento apareció Sara otra de mis mejores amigas, era blanca como la nieve , con el pelo negro como el tizón, de baja estatura y con ojos azules, su vestimenta era de lo mas discreta unos pantalones ajustados negros, una camisa de botones rosa y unas manoletinas negra. De tras de ella apareció Laura la tercera y ultima de mis mejores amigas apareció con todas las comisuras rojas a causa de el pintalabios rojo que se le había corrido, el pelo castaño alborotado, y con la el vestido rojo descolocado, ya supongo por que.

- Chicas notición, se cuando va a ser el apagón - dijo Sara con una sonrisa picara - me han dicho que va a ser después de la canción de Pitbul ''don't stop de party''

- En serio? - le dije mientras me lavaba la cara y me maquillaba otra vez, pero de forma mas sencilla, me costaba ya que me temblaba el pulso, no podía dejar de pensar en Raul.

- En serio me lo ha dicho el DJ, jaja tengo mis contactos - dijo de forma triunfal.

- Bueno y tu que tal eeh pillina? - dijo Carol, refiriéndose a Laura

- Serás cotilla... y para vuestra información el chico era guapísimo - dijo tajante,

En ese momento terminé me mire en el espejo, me arreglé la falda alta rosa palo vaporosa, me estiré la camisa blanca, y salimos del baño.

Yo no podía parar de pensar en Raúl como había podido hacerme ese daño en cima el día de mi cumpleaños...

En ese momento que estaba sumida en mis pensamientos empezó a sonar la canción de Pitbul, nos miramos y corrimos a los sillones, pasó un minuto y de repente se apagaron las luces, vi una sombra que se dirigía hacia mi se sentaba a mi lado y me empezaba a hacerme cosquillas en la espalada, poco a poco se iba acercando, me cogió la cara y empece a notar su respiración en ese momento reaccioné y me aparte corriendo pero sin antes haberle pegado un bofetón. Al fin a pareció la luz y vi que el que me había intentado besar era un cani que tenía mas cresta que cabeza.

Ya eran las 2:30 y estaban cerrando la discoteca, nos despedimos del chico que nos había proporcionado los carnés falsos ya que ninguna tenía todavía los 18 años, pero por suerte aparentábamos más edad y teníamos contactos, subimos la calle Arenal hacia Sol, allí cogimos el metro línea 1 dirección Pinar de Chamartín.

Cuando llegue a casa me metí directamente en la cama, ni me duché, puse un disco de ''Los Beatles'' me comenzaron a caer unas pequeñas lagrimas por las mejillas, miré mi blackberry rosa y vi que Raúl me había mandado un mensaje diciendo que mañana hablaríamos, eso me hizo ponerme aún más triste, ya que recordarle era demasiado doloroso, comencé a llorar desconsoladamente, hasta que me quedé dormida.

P.V.O. Carol

Estaba en la pista de baile, como dijo Sara, la famosa canción de ''pitbul'' sonó. Las chicas y yo corrimos a los sillones, porque, si estas en la barra o en la pista es muy posible que un pervertido intente meterte mano. Yo estaba con Sara y Laura, a Helena la podía ver en un extremo del largo sillón blanco sumida en sus pensamientos, me compadecía de ella, la pobre se debía de sentir fatal.

Cuando se encendieron las luces pude observar como un cani con cresta azul y con una fuerte marca roja en la cara se alejaba del lado de Helena, Sara estaba hablando con el DJ que es quién le dijo lo del apagón, y Laura estaba bailando con un tío que parecía, con el que se estaba liando antes.

Durante todo el trayecto de vuelta a casa, yo no paraba de hablar con Sara y con Laura de lo bien que había ido la noche, pero Helena no dijo ni media palabra.

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