¿por qué?

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 Poco a poco, fui recobrando la compostura, y ví, como David, que era como se llamaba el chico rubio que tenía en frente, se iba relajando, y su amplia sonrisa iba aumentando de tamaño. No sabía muy bien, lo que acababa de pasar en ese instante, lo único que recordaba, era una sacudida intensa, que había hecho que se me parara la respiración, y que la vista se me nublara.

Decidí corresponderle con una sonrisita, ya que había estado mucho tiempo en mis pensamientos, o eso creía, el comenzó a hablar:

-          ¿Estás bien?  -

-          Si, no te preocupes, solo es que estoy un poco mareada…  -  le respondí llevándome una mano a la cabeza.

-          Lo siento mucho, es que no te había visto…  -  se disculpo este.

-          No, no pasa nada, fue culpa mía, me metí en el agua sin mirar…

-          No de verdad ha sido mi culpa…

-          Bueno, da igual de quien halla sido la culpa, lo importante es saber que Helena esta bien, ¿quieres que te llevemos a la enfermería?  -  dijo Carol, interrumpiéndonos, y examinándome la cabeza con cuidado.

-          No hace falta, estoy bien.  -  le contesté sonriendo.  -  bueno, no me he presentado, me llamo helena  - 

-          Yo David, aunque, ya te lo he dicho antes  -  me dijo estrechándome la mano. La verdad es que era bastante guapo, ojos color miel, con tonos amarillos, pelo corto, rubio, no muy alto, pero aun así  me sacaba media cabeza mas o menos, le pude observar bien, ya que iba en bañador, y pude ver, que era bastante firme y bien formado.

-          Encantada, ¿eres del campamento?  -  le pregunté, ya que me extrañaba no haberle visto en el comedor, ni en las aulas.

-          No, vengo a pasar aquí todos los veranos, a la casa de mi padre, mi madre se queda en España.  –

-          Y por lo que veo eres surfista  -  le dije mientras señalaba, la tabla azul, apoyada en la arena.

-          Si, es mi mayor hobby  -  me contestó con una amplia sonrisa.

-          Bueno, bueno basta de interrogatorios…  -  interrumpió Sara

-          La verdad es que si, parece que te estoy interrogando  -

-          No pasa nada, no me importa, que una chica guapa se interese por mi…  -  su respuesta la verdad, me sorprendió mucho, y al instante, el rubor, que acudía siempre en los momentos de  vergüenza, volvió a invadir mis mejillas.  -  pero no te pongas así de roja, que solo es solo un halago…  -  me dijo este, levantándose, y ayudándome a ponerme en pie.

 No me había dado cuenta, que varias personas nos rodeaban, supongo, que por el accidente sucedido en el mar, la multitud hizo, que mi enrojecimiento, fuera mas fuerte. Ya eran las 5:30 de la tarde, a si que había bastante gente el la playa, David, las chicas y yo, decidimos dar un paseo por la orilla, y llegamos al lugar donde se realizaban los partidos de volleyball. Para mi sorpresa se estaba disputando uno en ese mismo momento, y por suerte o desgracia, un jugador, era Marcos, al instante, un intenso escalofrío me recorrió la espalda, y las sensaciones, que había sentido con aquel beso volvieron a aparecer… también estaba jugando, y como no en el equipo de Marcos, Álvaro, y conseguí ver discretamente, como a Carol, se le marcaba en el rostro, una sonrisita tonta. David, paró en secó, y noté como empezaba a apretar la mandíbula, no sabía porque aquella reacción, no tenía pinta de que se llevaran muy bien Marcos y él. Al volver a mirar, al campo, ví, como Marcos se había girado y me miraba indiscretamente, yo como en otras ocasiones, retiré la mirada rápidamente. Carol, nos convenció para quedarnos, viéndolo, ya suponía porque. Nos sentamos en un tronco seco al lado del campo del equipo contrario, y comencé a hablar con Laura, esta me comentaba, que ningún chico del campamento, le parecía atractivo, y que ya hacía tiempo, que no hablaba con Ray, un chico que conoció por la red, en ese instante, la pelota que se estaba jugando, llego hasta a mis pies. Me quedé pensativa un rato, mirando a la pelota, sin levantar la vista, porque sabía que si la levantaba, me encontraría con Marcos, y la confusión que me producía, y la falta de control que me inspiraba, hacía que me atemorizara.

-          Nena, me la vas a pasar, o pretendes que se mueva con el pensamiento.  -  me grito Marcos desde la otra punta, esto hizo que me enfureciera, y que las mejillas se me encendieran.

-           ¡¡¡YA TE HE DICHO QUE NO ME LLAMES NENA!!!  -  le grite, cogiendo la pelota, y haciendo un potente saque, que me habían enseñado, en los 4 años que había estado jugando al volleyball, en ese instante, no podía estar mas cabreada, ¿quien se creía para llamarme así?

-          Vale, tomatito, ya veo que sabes jugar, ¿te apetece una partidita?  -  me contestó.

-          No creo que quiera, es solo una pringada…  -  en ese instante, Susana, la zorrita del campamento, tuvo que decir eso, e hizo que me cabreara aún más.

-          ¿Vas a pasarme la pelota, o te vas a quedar ahí, para que tus perritos falderos te ayuden?  -  la reté.

En ese instante, Marcos me pasó la pelota, y a mi equipo se unieron Carol, Sara, Laura, y David. En el grupo de Marcos, estaba Susana, Álvaro, y otros dos chicos, que seguramente serían amigos de Marcos.

El partido empezó, y en los alrededores, se congregaron, muchísima gente. Saque yo la primera, y conseguí meter un punto de saque, esto hizo que los ambientes se caldearan. El partido estuvo reñido, en todo momento, lo que más me sorprendía era el intenso pique que había entre David y Marcos. Ya era punto de partido, cuando sacó Susana, la pelota, se dirigió, justo en la dirección de Sara, esta pego un toque, yo la coloqué, y David mató… y la pelota tocó en el suelo, todos gritamos y saltamos de alegría, uno en esa situación siente una sensación increíble, había conseguido callar a todos eso egocéntricos que se creían el ombligo del mundo, alguien me cogió por la cintura, y al girarme David me miró, con una amplia sonrisa, y me subió a los hombros, yo reía a carcajadas, y al volver la vista, ví como Marcos, me observaba de una forma muy rara, y la verdad no sabía muy bien porque, porque ganarle en un estúpido partido, no era motivo para ponerse mirarme así.

Estaba confusa, ¿que le pasaba a Marcos con David?, ¿Por qué me miraba así?

Ne me quitte pasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora