𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 ² 𝑈𝑚𝑘𝑒ℎ𝑟𝑒𝑛

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Todos han de ver, todos han de escuchar, pero solo algunos están diciendo la verdad.

Las paredes se cerraban a nuestro alrededor, como si a cada paso que diéramos, el lugar se fuera encogiendo poco a poco

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Las paredes se cerraban a nuestro alrededor, como si a cada paso que diéramos, el lugar se fuera encogiendo poco a poco. Mi garganta picaba y mi cabeza palpitaba del dolor, aquel lugar era un laberinto sin fin, frío, sucio y particularmente oscuro.

Pero no me di el lujo de parar a pensar en todas las cualidades de donde nos encontrábamos, solo podía pensar en Caroline, ni siquiera el desconcierto de porque había terminado aquí junto a esa chiflada, ni el enojo de que haya desaparecido, aunque le dije que no lo hiciera.

Tengo que calmarme.

Inhale con fuerza.

— ¿¡Dónde está el jodido guardia que tanto dijiste?! — me gire para plantarle cara —¡No veo a nadie!

Del mismo caos que habíamos formado nosotros en esos pasillos, uno tras otro, un chico de tez morena avanzo y me empujo con fuerza, haciéndome impactar contra la pared de piedra.

El verde sus ojos parecía brillar en la oscuridad, resaltando de una forma que hizo que fuese imposible bajar la mirada, él tampoco lo hizo. Mis manos se apretaron con puños, dispuesto a encestar un golpe firme en esa cara de niño engreído.

— ¿Quién te dijo que tenías permitido gritarle?

Gray me agarró antes de que cometiera una idiotez, voltee a mirarlo, estaba justa al lado mío, se veía pálido, relamió sus labios y observó a cada uno exhaustivamente, se veía confundido.

¿Qué era lo que le pasaba?

— ¿Ofendí a la loca de tu novia? — pregunté con evidente sarcasmo — me importa una puta mierda.

Aurora intervino avanzando entre nosotros, con una molestia notoria.

— la pelea de machitos afuera — dijo avanzando a paso rápido — mi amiga está sola, par de imbéciles, así que, si no cooperan, que uno de los dos se devuelva a la mansión, ¿Me escucharon?

Chasqué mis dientes y avance.

— estabamos escapando del guardia — nos informa Sabrina limpiando sus lágrimas — él estaba aquí, lo juro. — De seguro estaba mintiendo — ambas lo vimos, nos perseguía, pero de pronto desapareció, no pude encontrarlo.

— ¿Desapareció? — preguntó Luna — ¿Estás segura?

Ella asintió repetidas veces.

De nuevo, muchas cosas pasaban por mi mente, como el hecho de que estabamos siguiendo puñeteras piedras. Con ayuda con las linternas de los teléfonos de todos, por fin pudimos encontrar el cruce que tanto dijo la chica de cabello corto.

Internado Adlersflügel ✝︎ ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora