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-Al parecer volviste Jeongwoo- dijo Haruto una vez vio que Jeongwoo pasaba por el telón de su sala.

-Sí, bueno, mi madre quiere que vuelva, dijo que después de todo es un trabajo y tengo que ser responsable- admitió Jeongwoo con un poco de vergüenza.

-¿Todo es obra de tu madre? ¿No será que me extrañas?

-Qué dices, yo no volvería a este lugar, pero ella insistió y no soy quien para negarme a ello.

-Está bien, princesa. Ahora déjame dormir cinco minutos que el show está por empezar.

Sin más Haruto se puso a dormir y Jeongwoo empezó a trabajar en algunas cosas que le faltaron por terminar antes de que su "huida" del lugar se hiciera presente.

El tiempo siguió su transcurso normal y el final del show llegó. Por lo poco y nada que Jeongwoo pudo ver detrás de el gran telón, todo parecían irse verdaderamente felices, tal vez un poco disgustados ya que tenían presente en sus rostros una mueca de asco, pero de ser ese el caso, ¿para qué iban al circo? ¿Acaso no en todos los circos se ven esa clase de personas?

Jeongwoo no logró darle más vueltas al asunto ya que Junghwan le habló para decirle que en menos de media hora debía dejar todo listo para irse y que si no dejaba lista la habitación de sus bestias posiblemente recibiría un fuerte regaño, así que sin demora hizo que todos entraran, cerró las jaulas y rápidamente dejó todo listo lo mejor posible, procuró dejar todo ordenado y los desechos en alguna parte escondida.

-Listo- dijo para sí mismo en voz alta Jeongwoo.

Sin más salió del lugar y se fue a su zona de descanso, encontrándose con la mirada de Junghwan, quien alegremente lo saludó y lo invitó a sentarse junto a él.

-¿Todo listo?- preguntó Junghwan.

-Sí, pensé que me iba a demorar más pero son bastante limpios y no desordenan más allá de su jaula, aunque la jaula de Geonhak me da miedo, tiene cosas raras- respondió Jeongwoo, estirando su cuerpo pues lo sentía bastante adormecido después de limpiar.

-Al menos te tocó con Geonhak, quien no habla en lo absoluto, en cambio a mí me tocó con todos los habladores, no porta cuanto les pegue o algo así, no paran de hablar y de querer hacerme hablar, son tan repugnantes.

-¿Los golpeas?- preguntó con incredulidad Jeongwoo, casi con horror.

-Son bestias, Jeongwoo, guarda eso siempre en tu memoria, ellos no merecen nada bueno, son deformidades de la vida- respondió Junghwan con un mayor tono de voz para luego salir de ahí y cambiarse de ropa, dejando a Jeongwoo bastante pensativo.

Pues si bien le da un poco de cosita ese tipo de gente, jamás pensó en golpearlos, insultarlos o algo por el estilo, solamente pensaba mantener un poco su distancia hasta el momento, o bueno, hasta que se acostumbre. Tampoco comprendía por qué le decían bestias, Haruto en lo personal le parecía bastante ¿dulce? ¿Agradable? No sabe con exactitud pero no le parece una bestia.

No bastó mucho tiempo hasta que dejó el lugar y su pecho se oprimió un poco, aún le costaba asimilar que dejaría atrás a su familia, pero recordando las palabras de su madre sacudió su cabeza y continuó viendo el camino. A dónde iban no le parecía familiar, había escuchado de muchos lugares pues su padre antes que la crisis comenzara se dedicaba a recorrer y le contaba a Jeongwoo y sus demás hermanos los lugares que visitó o les daba regalos con un trasfondo bastante interesante para niños de doce años para abajo.

Jeongwoo se puso altamente nostálgico, jamás había estado lejos de su familia, pues su padre creía fielmente que una familia debería de permanecer unida, y el despegarse ahora de ellos le parecía super duro y el hecho de que, a su parecer, nadie lo entendiera lo ponía peor.

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