Los años siguieron pasando y ambos estaban tratando de dejar el pasado atrás pero les resultaba difícil, constantemente miles de personas irrumpian en su hogar para hablar con Haruto a la fuerza si es que este se negaba. Día y noche aguantaban los malos tratos, sobre todo de los niños, quien en un principio pedían las cosas amablemente y con gusto lo hacían, hasta que los rumores comenzaron a salir y cada vez se volvían peores, llenaban su casa de basura, tiraban cosas o les tiraban maldiciones sin sentido a su parecer.
Haruto en especial se sentía cansado, Jeongwoo podía tener una vida normal dentro de lo que cabía, en cambio él era quien estaba siendo hostigado sin descanso alguno. Jeongwoo intentaba animarlo lo más que podía y se lo agradecía infinitamente, ¿pero qué sentido tenía? Nunca podrían tener una vida normal y tampoco quería torturar a Jeongwoo a pasar por eso el resto de su vida, no lo valía cuando todo lo que a hecho desde que lo conoce es llenar de colores su vida.
Lo ama, de eso no cabe duda, por eso mismo no lo iba a obligar a seguir pasando por eso. Con su corazón rompiéndose lentamente dejó sobre la mesa una carta de despedida, no planeaba arruinar la vida de Jeongwoo, aún tenía tiempo para enamorarse, vivir una vida normal... y sin un fenómeno que solamente le traía problemas.
Sin más dejó lo que en algún punto intentó que fuera su casa, dejó atrás a la única persona que amó más que a nadie, estaba dispuesto a desaparecer de la vida de Jeongwoo para que al fin fuera feliz.
Cuando Jeongwoo despertó se sintió extrañado de no tener a Haruto a su lado o en alguna parte de la casa, lo buscó hasta que sus ojos se toparon con aquella hoja sobre la mesa en la sala. Cuando la abrió reconoció la letra de Haruto, y cuando la comenzó a leer si corazón se detuvo por un segundo y gruesas e involuntarias lágrimas bajaban de sus ojos, pasaban por sus mejillas y caían al piso. Le costaba asimilar lo que acabada de leer, tanto que tuvo que leerlo dos, tres, hasta diez veces para confirmar que aquello era verdad y no una vio broma.
"Mi amado Jeongwoo, supongo que si encontraste esto es porque ya no me encontraste en casa, cosa que es verdad, ya no estoy en casa y mucho menos lo voy a estar en horas, días, semanas o años y es que me voy. Esto tiene motivo, no es algo que tomé a la ligera. Quiero que sepas que no es porque te dejé de amar, al contrario, cada día que pasaba te amaba más y más, por ese mismo motivo me fui, mientras más te amaba, menos te permitía ser feliz y tener una vida normal como te mereces, porque dime ¿quien es feliz teniendo que soportar todo lo que nos pasaba? Tengo por seguro que nadie. Quiero que seas feliz, pero conmigo no puedes serlo, no puedes serlo teniendo un fenómeno en casa al cual llaman día y noche, ya sea para insultarnos, señalarnos o incuso tirarnos cosas. Gracias por haber hecho que mis años contigo sean los mejores, por dejarme entrar a tu vida aun siendo lo que soy. Jamás me voy a olvidar de ti y dudo que deje de amarte algún día, ten eso por seguro. Te amo Jeongwoo, sé que me faltó valentía para decírtelo alguna vez en pero que sepas que te amo como jamás voy a amar a alguien en mi vida."
El mundo de Jeongwoo cayó con tan sólo leer esa carta una última vez. Gritaba con todo el dolor del mundo, deseaba que fuera una pesadilla, no entendía qué llevó a Haruto a tomar esa decisión sin consultarle, él estaba bien, estaba feliz, no le importaban los demás, se podían joder.
Jamás pensó que un corazón roto se sintiera así, como si un montón de dagas lo apuñalaran o estrujaran su corazón un una fuerza sobre humana. ¿Morir de amor? Suena posible, ya no era tan falso como pensó cada que leía algo como eso.
Siguió gritando y llorando por horas, buscando así calmar el dolor que sentía. Luego de eso, simplemente no sintió nada, ni siquiera se esforzó por salir a buscarlo, sabía que jamás lo iba a encontrar, siempre que jugaban a las escondidas Jeongwoo terminaban perdiendo.
Se consumió en la pena, cambió completamente con el paso del tiempo, ya no era aquel chico sonriente que todos conocían, ahora parecía una alma en pena, disfrazando su dolor con amargura y odio."
-¿Y cómo sabes eso?- preguntó un muchacho de baja estatura y con pecas.
-Porque aquella persona que alguna vivió en esa casa fue mi tío- respondió el muchacho con una mueca.
-No te creo, han pasado demasiados años y cualquiera puede mentir- volvió a decir el chico de pecas.
-¡Junkyu, que no miento! Es más, mi papá tiene una foto muy antigua en donde sale mi tío con ellos dos la vez que compraron la casa.
-Ver para creer dicen por ahí mi estimado Jihoon.
-Ya veras- tras decir eso Jihoon fue hasta la pieza de su padre y de ahí sacó aquella vieja y desgastada fotografía, en ella se mostraba a Haruto y Jeongwoo abrazados mientras en el costado hizquierdo se encontraba su tío. Ahí se la enseñó a su amigo y este quedó con la boca abierta, era verdad-. Te lo dije, mentiroso no soy.
-Está bien, lo siento, ¿pero qué pasó con ellos? ¿nunca se volvieron a ver?
-Nunca más, eventualmente Jeongwoo murió y Haruto nunca más apareció, se dice que volvió al mismo circo, el cual nunca mas visitó estos lares, pero la historia marcó a nuestra familia, ver como una alegre persona de deterioraba conforme pasaba el tiempo fue bastante duro. Papá me contó que hasta el día de hoy sus padres lo buscan, tal vez algún indicio de él.
-Han pasado demasiados años, no creo que lo encuentren.
-Lo mismo pienso, pero jamás se van a perder las esperanzas para ellos.
Sin más ambos muchachos se fueron a jugar al patio, guardando nuevamente aquella vieja fotografía en el cajón de los recuerdos.
Aquel amor de circo que como todo espectáculo, llegó a su fin.
La vdd esq no pegué demasiado esto a la época xq sino estarían muertos y no keria eso KSNKCKDKD pero en fin
Es el fin 😿 para regresar dsp d mucho tiempo no m parece taaaaan malo saben? Espero le haya gustado y gracias a qns le dieron a la estrellita, eso m motivó bastante a decir vdd, pues temía que todo se fuera a la mierda x mi inactividad 😿
Se les kre familia y cuídense kaleta 💕🤲
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Circus
FanfictionEn el circo solamente existe una regla fundamental... 𝘑𝘢𝘮á𝘴 𝘩𝘢𝘣𝘭𝘦𝘴 𝘤𝘰𝘯 𝘭𝘢𝘴 𝘣𝘦𝘴𝘵𝘪𝘢𝘴. Aunque cierto castaño pareció no recordarlo.