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Los meses fueron pasando y las cosas para Jeongwoo fueron mejorando notablemente, partiendo por su interacción con todos los del circo, pues si bien no se llevaba al cien con sus compañeros de trabajo, con las "bestias" se llevaba mejor.

Hace un par de meses a Jeongwoo se le ocurrió la brillante idea de sacarlos a tomar aire, le costó demasiado lograr pedir permiso para ello y que se lo accedieran, pero luego de decir que él se hacía responsable de algún problema y que les haría bien para tener un mejor rendimiento y tener más dinero, aceptaron, dudosos, pero lo hicieron.

Hoy era jueves por la tarde y ninguno tenía cosas que hacer hasta bien en la noche, en donde se llevaba a cabo la primera función desde que llegaron, por ese mismo motivo Jeongwoo pidió permiso para sacarlos antes de que la función comenzara, así aprovechaban el lago que encontró cerca del lugar y bastante tranquilo.

-¿Qué les parece si salimos hoy?- preguntó alegremente Jeongwoo una vez terminó de darle de comer a Chanyeol.

No tardó demasiado en darse una respuesta, a todos les gustaba salir al meno una vez al mes. Al principio no les parecía la mejor idea, tal vez les daba hasta miedo y Geonhak era el primero en desconfiar, pero con el tiempo se dieron cuenta que Jeongwoo no iba con malas intenciones, si bien Geonhak pareciera dudar aún, el más bajo sabe que muy interiormente lo disfruta.

Una vez estuvo todo listo, Jeongwoo los sacó a todos al lago no muy lejos de donde se quedaban y allí ellos pasaron buen rato.

-Gracias por esto, ellos no te lo dicen o no lo demuestran, pero te están agradecidos- dijo Haruto una vez se acercó a Jeongwoo por detrás, espantando a este.

-Me asusté maldición- Jeongwoo ante el susto agarró su pecho y trataba de regular su respiración mientras escuchaba por lo bajo la risa de Haruto-. Sabes que lo hago porque les agarré cariño así que no es necesario que agradezcan- dijo una vez se calmó.

-No siempre nos hacen sentir como verdaderas personas, de hecho, fuera de ti nadie más nos trata así.

Sin previo aviso Haruto tomó en brazos a Jeongwoo y lo llevó hasta el lago, ahí lo tiró y una guerra de agua comenzó, quedando todos empapados pero las risas no faltaban.

Todos estaban experimentando sentimientos nuevos después de mucho tiempo, pero sobre todo Jeongwoo, quien sentía su pecho oprimerse cada vez que veía a Haruto o lo tenía demasiado cerca, su pulso también se aceleraba y le costaba descifrar el motivo, pero de algo estaba seguro y es que no lo quería alejar.

Las horas pasaron y luego de tantos juegos les tocó volver a su rutina de siempre, alistarse, recibir todo tipo de insultos, golpes e incuso comida que tiraban para luego dormir y así continuamente.

Mientras Jeongwoo esperaba la llegada de los demás logró escuchar como abucheaban a Yujin, posiblemente le estaban tirando cosas de nuevo así que alistó las cosas para que se limpiara y no tuviera problemas con quedar sucia, porque si había algo que Jeongwoo descubrió, es que pese a todas las condiciones, a Yujin no le gustaba para nada estar sucia, así que cuando hizo acto de presencia, este la ayudó a arreglarse.

-¿Qué se supone que haces?- dijo una puberta voz detrás de Jeongwoo mientras que este le pasaba ropa nueva a Yujin.

En ese mismo momento la sangre de Jeongwoo se heló y pudo jurar que su corazón se detuvo.

-Nada, solamente reviso que no se escape o algo así- respondió Jeongwoo luego de unos minutos llenos de un sofocante y temeroso silencio.

-Mierda Jeongwoo, es obvio lo que haces, ¿por qué mientes?- preguntó el contrario casi con furia y un notable asco.

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