La Bella Durmiente

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CLEXA Z HISTORY

- CAPITULO 7 -
Libro 2
(MadreDeLexa)

BECCA

Estando siempre tan sola,
la visita de mi hija me lleno de felicidad
y paso cada momento pensando
en lo que vivimos estos días,
pero también pienso mucho
en la llamada del padre de Lexa
diciendo que se sentía mal
y que necesitaba verla,
eso me tenía muy preocupada.

Estaba atardeciendo
y me puse a cocinar
escuchando las noticias
con el televisor a todo volumen.

Cenando me sorprendí
por que se escuchó
una explosión a lo lejos,
me asome por la ventana
y no vi nada raro
a sique no le di importancia.

Un rato más tarde las noticias
empezaron a pasar imágenes
desde un helicóptero de una explosión
en la ciudad de Sydney
y habían muertos caminando
saliendo de una fábrica.

Me levanté rápido de la cama
sabiendo que Lexa fue a lo del padre
y que la casa quedaba
muy cerca de Sydney.

Solo un rato después
se empezaron a escuchar
muchas bocinas sonar,
las sirenas de la policía,
ambulancias y hasta del los bomberos.

Me asomé por mi ventana
por los gritos que se escuchaban
y vi la gente lastimándose,
una mordiendo a la otra, otros
tratando de irrumpir tiendas
y hasta la policía estaba repartiendo
palasos hacia todos lados.

Solo desesperación sentía
al escuchar tantos gritos de sufrimiento,
igual me resultaba insignificante
lo que sentía en ese momento
a comparación de lo que podría
estar viviendo mi hija.

Espere dos dias para ver si Lexa volvia, pero no aparecio, empecé a agarrar comida enlatada,
muchas botellitas con agua,
algunos medicamentos,
recuerdos familiares y le dejé
una nota a Lexa por si vuelve a casa
luego salí de mi casa en mi camioneta
para ir hacia la casa del padre
de Lexa en Witterfall.

Apenas salí de mi casa
la gente trataba de detenerme
rodeando el auto, me gritaban
para que los lleve, algunos trataron
de abrirme la puerta y otros quisieron
romperme la ventana,
pero acelere sin pensar en la gente
que podría atropellar.

Habían pasado varias horas
y me sentía muy cansada
de tanto manejar,
pero solo estaba a unos 300
kilómetros de Sydney a sique decidí
seguir el camino que faltaba.

En mis pensamientos tenía a Lexa,
recordando como jugaba
cuando era más chiquita.

Le encantaba jugar a que el piso
era lava y otros juegos más
con su hermanita Sara,
juntas se podían quedar muchas
horas sin cansarse.

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