Hwang & Lee || HYUNLIX

Tercera Parte

Estábamos de camino para llegar a mi nuevo hogar, al orfanato en donde me dejarán mis padres. Entonces, ellos vivirán su vida, posiblemente teniendo otro hijo nuevo que les asegurará un futuro altamente brillante.

—Felix, sal del coche, ya hemos llegado.

No respondí, solo hice caso a sus últimas órdenes y simplemente abrí la puerta del coche para pararme de pie ante la gran casa que se plantaba delante de mis ojos. Parecía de cierto modo una guardería, pero era un establecimiento grande. Habían rejas que impedían la entrada, detrás de ellas había un extenso terreno, al final se podía ver un parque y en frente, al final del camino, estaba el edificio, elegante y moderno. Si no supiera que mis padres me abandonarían, estaría muy feliz de dormir en tal lugar.

—Entremos —mi madre dijo acomodándose el bolso en su antebrazo y el sonido de sus tacones comenzó a perforar mis tímpanos.

Llegamos a la puerta principal y un hombre de más o menos cuarenta años nos recibió con una sonrisa, pero pude ver tristeza a través de ellas.

—Buenos días, familia Lee. Mi nombre es Bangchan. ¿Trajeron los papeles?

—Sí.

—Oh, entonces entremos ya.

—No, no —mi padre dijo—, tenemos una reunión urgente dentro de media hora, si no nos vamos ahora ya no llegaremos a tiempo.

—Pues firmen unos cuantos papeles, será rápido.

Los cuatro pasamos por la puerta y esta se cerró detrás de nosotros. El interior era como una casa normal, no como se esperaba después de haber visto el exterior. Pero no negaré que seguía siendo algo... impresionante, era un lugar bastante espacioso.

—Eres Felix, ¿no? —asentí en respuesta. —Puedes esperar en la sala de al lado, luego iré a buscarte.

Asentí de nuevo con la cabeza y me moví en dirección a la pieza que me había dicho. Entré sin saber qué me encontraría detrás de la puerta de madera.

🎞️🎞️🎞️

—Felix, promételo. Por favor.

—¡Te lo prometo! ¡No te olvidaré, nunca lo haré! ¡Iré a verte una vez salga del orfanato! ¡Te prometo que seré feliz, que me cuidaré! ¡Te prometo que seré fuerte! ¡Juro que seguiré las cosas que amo! Seungmin... Te lo prometo —mis ojos llorosos conectaron con los suyos, pero solo veía una imagen borrosa—. Pero tú también promételo, prométeme que también te cuidarás, que serás feliz, que no me olvidarás.

—Por supuesto.

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Ya han pasado cinco meses desde entonces. No los he visto desde ese día, y creo que no los quiero volver a ver. No sé nada de ellos, y seguramente ellos nada de mí. Ambos, que alguna vez fueron mis padres, ya no estaban a mi lado, se fueron incluso desde mucho más antes.

Estaba en el sofá leyendo un libro que había pillado de la biblioteca. No tenía nada que hacer en el orfanato, solo ayudaba de vez en cuando a las tareas de casa. Incluso a veces venía un profesor para enseñarme cosas nuevas, pero no creo necesitarlo, pues habían miles de libros que me quedaban por leer en la biblioteca. Últimamente ese profesor venía más para ayudar a Chan y pasar más tiempo con los demás niños.

Oí cerrarse la puerta principal y después los pasos de varias personas, y no eran los niños. Solo había uno, acompañado de otros dos adultos. Venían a dejar a otro niño.

—Jeongin, ve a la otra sala, luego iré a por ti, ¿está bien?

—¡Vaaaale!

Escuché desde el otro lado de la puerta, en el pasillo. Seguí con mis oídos los pasos apresurados del tal niño llamado Jeongin que luego abrió la puerta.