Epílogo

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La boda de mis padres había ido perfectamente. Había sido un día especial para mí, para Jeongin y para la pareja. Habíamos salido al extranjero para celebrar aquella boda y además, quedarnos a vivir allá por un tiempo.

Y así, pasó un año más. Jeongin cumplió los doce años y yo ya me encontraba trabajando sirviendo cafés a los clientes. No era un trabajo de lujo, pero al menos podría ganar algo de dinero.

De todos modos, ahora mismo me encontraba en casa preparando algunas galletas de chocolate por petición de mi hermano pequeño y de mis padres. Al rato de haberlas sacado, alguien me llamó.

—Hey, Felix, ¿qué tal te va por ahí? —Mi amigo preguntó desde el otro lado de la línea.

—Ah, Seungmin. Pues bien, la verdad. ¿Y qué tal tú? Me he enterado de que ya encontraste una carrera y que también tienes pensado estudiar un máster.

—Ah... Sí, pero ya sabes, no sé si hacerlo. Me da mucha pereza seguir estudiando.

—No puede ser —reí a carcajadas—. No te fuerces demasiado, pero es más probable que te contraten más fácilmente si estudiaste más cosas y estás especializado en ello.

—Um, tal vez. Pero, ¿de dónde sacaste que estoy estudiando...?

—Mis padres tienen una buena relación con los tuyos, nunca esperé que fueran conocidos. ¿Y cuándo vendréis a visitarnos?

—¿Ya te enteraste? —Mi amigo se mostró sorprendido y fastidiado al mismo tiempo—. Y yo que pensaba darte una sorpresa —bufó. Yo me reí.

—Lo siento Seungmin, tengo que dejarte. Esta noche, mi familia y yo salimos a cenar.

—Oh, está bien. Te hablaré más tarde. Que aproveche.

—Gracias.

***

El restaurante estaba repleto de comida, incluso tenía muchísimos más platos y variedad que en la boda de mis padres, nunca había visto tanta comida en un lugar, tampoco en el orfanato. Así que en realidad los buffets libres eran así.

—Buenas noches —un hombre castaño que además se veía joven, nos recibió con una sonrisa en su rostro, iba bien vestido y se separaba recto—. ¿Mesa para cuatro?

—Sí —asintió mi padre.

Entonces aquel hombre nos llevó hasta nuestra mesa, la mesa en la que comeríamos. El lugar estaba muy bien decorado, se escuchaba música clásica de fondo e incluso el sonido de los cubiertos chocando contra los platos hacían un buen ambiente.

—Felix, Jeongin, venid conmigo. Vamos a por la comida —Minho sonrió ampliamente—. Jisung estará cuidando la mesa.

Mi hermano pequeño asintió con ilusión su cabeza y lo siguió de inmediato. Miré a mi otro padre, sentado en una de las sillas de la mesa y me señaló para que me sentara a su lado. Me siguió sonriente con la mirada hasta que me senté.

—¿Es tu primera vez aquí, en un buffet libre? —él me preguntó con una dulce sonrisa. Yo asentí con mi cabeza. Él se rió—. Ya teniendo veinte años y nunca fuiste a un buffet, me alegra saber que sea con nosotros la primera vez que vengas a comer en estos tipos de lugares.¿Te está gustando?

—Mentira, Chan hacía muchos platos para todos. Eso es muy parecido a un buffet —bromeé. Mi padre estalló a carcajadas.

Al rato, llegaron Jeongin y Minho con gran cantidad de platos.

—¿Estás loco? —Jisung se levantó de su silla, dirigiéndose a su marido—. ¿Cómo es posible que puedas con tantos platos? —Rio.

—Solo me ha llamado un chico la atención, nada más —explicaba mientras dejaba uno por uno los platos en la mesa con ayuda de Jisung—. Pero mira, Jeongin pudo con cuatro platos, y encima es un canijo.

Hwang & Lee || HYUNLIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora