CAP 34 ME TIENE A MI

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Darían se sienta sobre el colchón y con sus manos cubre sus ojos, las lágrimas parecían no dejar de salir Jean, sin más sube a la habitación y entra, la ve llorando cual niña pequeña, pero no entendía el porque de su llanto.

Jean: ¿Darían? ¿Te encuentras bien?.
[Le pregunta Jean cerrando la puerta
de la habitación, camina hacia ella y
se sienta a su lado].

Darían: Si, estoy bien.
[Dijo ella sorbiendo la nariz y se
talla los ojos un poco].

Jean: El llanto no siempre es sinónimo de felicidad. [Dijo él y ella solo ríe].

Darían: ¿Nunca has visto a alguien llorar de felicidad?. [Pregunta ella y Jean asintió con una sonrisa].

Jean: En este momento no parece que haya felicidad en tu cara. Más bien, mucha tristeza. [Dijo él, y ella solo niega mientras abraza sus piernas].

Darían: Es solo que...
No es el mejor día para cumplir años. [Dijo ella con tristeza].

Jean: Si, se que cumplir años aquí no es lo que...

Darían: ¡No!, No cambiaría este cumpleaños para nada, es mejor que he cumplido en mi vida. [Dijo ella con una mueca, Jean solo la ve sin entender muy bien lo que pasaba].

Jean: ¿Y entonces? ¿Qué es eso que te tiene así?. [Le pregunta Jean, ella solo suelta un suspiro].

Darían: Hoy... Hace 22 años murió mi madre. Murió al darme a luz, durante su embarazo sufrió preeclampsia y a la hora del parto, murió al traerme al mundo, desde ese entonces, perdí a mi madre y a mi padre, crecí a cuidados de Susana, una persona que cumplía su papel como asistente de mi padre en la empresa donde trabajaba y terminó trabajando para nosotros, ella se hizo cargo de mi desde niña, me cuidó mientras mi padre parecía alejarse más de mi, Susana era la mamá que siempre quise, pero no era mi madre, solía llorar mucho, cuando Susana tenía que volver a su casa, con su madre, sus hermanas o su esposo...
Si ella se iba, yo estaba completamente sola, siempre creí que mi padre me culpaba de la muerte de mi madre...
Si no hubiera sido porque mamá le hizo prometer que me salvaría a mi en vez de a ella, lo seguiría creyendo, creo que jamás había pasado un cumpleaños con personas a las que en verdad le importe,  jamás he pasado un cumpleaños con mi padre pero quiero pensar que está vez es porque estoy lejos, mi cumpleaños siempre fue un día triste en mi vida...
Pero hoy fue diferente, tu familia me hizo sentir querida... Gracias.
[Dijo ella mirándolo, con lágrimas se sentía muy triste, pero Jean solo niega mientras estira su mano a tomar su mano para acariciar su mejilla].

Jean: Es lo que te ganaste, cariño.
Te ganas el corazón de todos, si tu
padre no lo ve así, entonces está loco.
[Dijo él mientras acaricia la mejilla
con suavidad].

Darían: Aunque pensaran que tenía todo. En verdad no tenía nada, no tenía a nadie. [Dijo ella y Jean niega].

Jean: Pues ahora me tienes a mi.
[Dijo el y Darian solo lo mira a los ojos y siente su respiración entrecortada].

Darían: ¿En verdad te tengo?. [Pregunta ella mientras se acerca más a él, Jean no quita su mirada de los labios de ella].

Jean: En tus manos, preciosa.
[Dijo él antes de bajar si rostro para unir sus labios, y ella hace lo mismo hasta que ambos cortan la distancia].

Jean lleva su otra mano a la mejilla de Darian y la toma del rostro, mientras ambos se besan con suavidad. Ella siente su corazón latir demasiado rápido, le retumba contra las costillas, sus manos tiemblan al acercarse a tomar las manos de Jean, siente como él se deja llevar por los más profundos deseos, por la naturaleza del amor...

Pero al parecer ella sentía amor por el, pero se negaba a aceptarlo, muy poco amor había recibido a lo largo de su vida como para saber si en verdad era amor, pero quería a Jean, se sentía en las nubes al tocar sus labios, sentía como si pudiera comer el mundo de dos mordidas.

El aire falta en los sistemas respiratorios de ambos, así que se alejan lentamente, él la mira a los ojos mientras una sonrisa se curva en sus labios.

Darían: ¿En verdad crees que soy preciosa?. [Le pregunta ella a Jean, él sonríe ampliamente].

Jean: La más preciosa a decir verdad, creo que todos estamos esperando a comer una rebanada de pastel, vamos. [Dijo él mientras le extiende su mano, ella se limpia las lágrimas y lo tomó de la mano,  para levantarse de del colchón...

LA BARBIE Y EL CAMPESINO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora