Dependencia

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[Me hice tan dependiente de ti que me olvidé y me perdí. Sí, tenía la fortuna de tener tu atención, tu tiempo y tu compañía momentánea solo para mí, pero a su vez, mi alma se marchitaba a una celeridad tan inimaginable que no me di cuenta hasta que fué demasiado tarde. Cada pedazo de mi ser se estaba destrozando sin piedad frente a tus ojos y tú solo dejaste que muriera, sin importar cuántas veces te supliqué con la mirada un poco de ayuda. Pero no te preocupes, la culpa es mía, porque te puse a ti antes que a mí]



Estoy gritando sin parar tu nombre, tratando de llamar tu atención, ¿Puedes oírme?

Me estoy hundiendo cada vez más en éste pozo oscuro y sin fondo, ¿Puedes verlo?

Te estoy extendiendo mi mano para que por favor me ayudes a salir de aquí, ¿Por qué la ignoras?

Mis ojos te piden a gritos que me dediques un poco de tu tiempo y tu voluntad para poder ser rescatado, ¿Por qué actúas cómo si no importara?

¿Por qué no pude significar para ti lo mismo que tú lo hacias para mí?

Cansado, sólo y destrozado, eran las palabras que mejor describían mi estado y todo yo en general. Aunque no lo parezca, la soledad es una de las armas más letales cuando de destruir lenta y dolorosamente tu alma se trata.

Justo así como estoy ahora, atrapado en las paredes del lugar que alguna vez fué mi zona segura, rodeado de soledad interminable junto al sin fin de pensamientos que solo hacen que me marchite a cada maldito segundo que pasa.

Estoy harto.

Harto de estar en un lugar donde no se oye sonido que no sea el que es producido por mi.

Harto de no ser capaz de levantarme por mí mismo, por intentar recuperar aquella escencia única que alguna vez tuve.

Harto por permitir que tus acciones y palabras me destruyeran, por permitir que me manejaras a tu antojo con tu dedo meñique.

Harto por dejar que me perdiera a mi mismo para tratar de complacerte. De que cada vez que pronuncies mi nombre, yo esté ahí para ti como un idiota pero cuando se trata de mi, me encuentro de nuevo encerrado, sólo y sin tus palabras que me dijeran un simple: "Estoy aquí contigo, Yoongi"

Harto por permitir que una persona me dañara. Me confié y creí en tí cuando me dijiste que estaríamos juntos por mucho tiempo y que solo seríamos nosotros dos contra el mundo.

Harto porque después de todo sigo queriéndote y añorando con todas mis fuerzas regresar a aquellos tiempos dónde éramos felices juntos, cuando me sentía valorado y querido por ti. Estoy harto de quererte una vez más en mi vida, porque aún sigo recordando a fuego vivo los momentos que pasamos juntos y lo odio, odio que algo que empezó de la manera más linda e inocente terminó convirtiéndose en una de las causas de mi miseria e infelicidad.

Cómo todo cuento cliché con un lamentable final, empezó lo que en su momento consideré la mejor relación con la persona más increíble y extraordinaria que jamás pude haber conocido, pero solo fué cuestión de que ganaras mi confianza, conocieras mis debilidades y permitiera que endulzaras mi oído para manejarme y manipularme a tu antojo. Cai ante ti de la peor manera que pude haber hecho; sin embargo, con el paso de los años descubriste que era reemplazable y quizá no dudaste en buscar en alguien más lo que yo no pude darte.

Conseguiste mi remplazo y como cualquier juguete dejado por su dueño fuí olvidado por ti, cuando empecé a depender emocionalmente de tu compañía, de tu interés y de tu preocupación hacia mi.

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