Está Noche

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Cuando llegó la noche, Lucerys al fin pudo escapar de la mirada de su madre y hermano, el golpe en la cabeza ni fue tan fuerte

Ella salió de la habitación, con mucho cuidado de no encontrarse con los guardias y llegar al jardín, llevaba solo un camisón blanco con una bata oscura, su pelo suelto y los pies descalzos, como en los viejos tiempos, dónde venía a escondidas........ Con Aemond

Ella se relajó en el árbol, donde su madre le contaba historia, del como permanecía por horas debajo de ese árbol junto a la reina o como hacia conversado con su padre aquí por primera vez. Lucerys recordaba lo mismo, el como pasaba tiempo aquí ya sea con su hermano o con Aemond, hasta todo lo sucedido con Terror Rosa y luego Vhagar con el ojo. Un golpe de nostalgia atacó su corazón dolorosamente

Ella se cubrió la boca para no gritar del susto cuando escuchó un feroz rugido, ella dé inmediato supo que debía pertenece a Vhagar ¿Qué otro dragón puedo emitir un sonido de ese tipo? Ella se levantó y camino hasta los jardines fuera del castillo, dónde encontró con la enorme figura de Vhagar, dando una especie de canto suavemente

¿Vhagar estaba llorando?

Lucerys pudo deducirlo ya que Arrax ya había soltado sonidos así y resultaba que eran porque estaba enferma de fiebre, Arrax había llorando y luchado por acercarse a ella y Vhagar emitía los mismo sonidos

Algo la golpeó como un balde de agua fría, si Arrax había llorado de esa manera cada que Lucerys estaba mal y Vhagar lloraba.......

Aemond

Ella corrió hacía dentro del castillo, con los pasos ruidosos pero sin ningún guardia en el camino al que ella pueda llamar, y menos dónde ese encontraba los aposentos de uno de los príncipes ¿¡Qué tan incompetente......!?

–¡¡Aemond!!–

Ella entró en la habitación de manera abrupta, Aemond estaba en su cama, con el pelo suelto y sin camisa leyendo un libro por una bela encendida. Este saltó de su cama rápidamente y caminó frente a ella con una mirada de sorpresa y enojó

–¿Qué diablos haces aquí?–

Lucerys iba a hablar, pero se detuvo cuando vio el rostro de Aemond

Las pocas luces de la habitación, sumando a la luz de la luna con la ventana abierta, la ayudaban a ver claramente el zafiro en el ojos perdido de Aemond, Lucerys sonrió si corazón apretarse, ella lo hizo eso, ella le quitó el ojo y después de mucho tiempo se sentía culpable

Aemond al darse cuenta desvío su mirada de inmediato y tomó su parche, pero la mano de Lucerys lo detuvo

–¿Qué dia....?–

–No tienes que ocultarlo–

Lucerys no sabía lo que hacía, solo esperaba que esto no le costará un ojo

Aemond aún desvío la mirada, pero Lucerys suavemente guío su mano a su mejilla se Aemond, haciéndola qye la mirará. Era la primera vez que veía en el rostro de su prometido algo más que irá o arrogancia, parecía vergüenza y timidez, tomó su rostro con sus manos, ahuecando sus mejillas suavemente

–¿Te vas a burlar?–la voz de Aemond sonaba ronca–¿Miraras tu obra....?

Aemond se quedó más quieto que una estatua, cuando Lucerys se pusa de puntitas en los pies, acercándolo más a su rostro y darle un muy suave beso en el ojo del zafiro, para luego seguir con su ojos intacto. El rostro se Aemond mostraba demasiado sorpresa y confusión

–¿Que haces aquí?–murmuró, ahora sin apartar la mirada

Lucerys llevó sus manos a su pecho desnudo y suspiro

𝘼 𝙃𝙚𝙖𝙧𝙩 𝙁𝙤𝙧 𝘼𝙣 𝙀𝙮𝙚  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora