A veces

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Dentro del profundo silencio puedo oír mi corazón hecho trizas, suena a vidrios rotos esparcidos por el suelo, se oye como si un gigante bailara sobre ellos.

Me está matando tu indiferencia, me duele que me veas y parezca que no me ves.

Me siento insignificante, casi invisible. Ya no sé qué hacer cuando te veo, porque yo si te veo y yo no sé actuar.
Quisiera que perdieras la memoria así dolería menos, sabría que si no volteas la mirada hacia mí es porque no me conoces y no porque eliges no recordarme.
A veces quisiera gritarte a la cara que aquí estoy, como siempre estuve. Que ya basta de hacer como que nunca fui todo para ti y tu todo para mí. Que a mí no me da igual, que yo no puedo olvidar y que no puedo mirarte, ni a veces ni nunca, y hacer como que ya no te espero de vez en cuando o casi todo el tiempo.

Cartas a quien se fue Donde viven las historias. Descúbrelo ahora