Dilema moral e infernal •|Dip|•

{12} Compleja situación

　　　　　
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──Primero fue el padre de mi cliente. Él se revela, a Dios no le agrada la idea, y así su propio creador lo expulsa del cielo con ese pretexto pero más que nada era para que se haga cargo de este trabajo de mierda, porque claro... Alguien tiene que hacer el trabajo sucio, ¿No? Entonces, ni siquiera puede conservar su nombre porque resulta estar ligado a Dios, así que se lo cambia. ¡Ni siquiera se le dió el derecho a conservar su nombre! Daños irreparables que nunca serán remediados en su totalidad, pero... Ahora, mi cliente está sufriendo las consecuencias de todo ese mierdero. Algo que es nuevamente culpa del patriarcado cruel, como un espiral condenado a repetirse. Dios se lo hace a uno de sus ángeles, y ahora ese ex ángel se lo hace a su único hijo, quién está sufriendo las consecuencias y además es menor de edad. ¡El infierno está sobrepoblado, cargándole más trabajo a este pobre chico! ¡Trabajo que no debería estar haciendo si los de arriba hicieran BIEN su trabajo!

──Objeción-

──Objeción denegada.

──Como decía... Si dejaran de ser tan elitistas de mierda y aceptaran a toda la gente que debe y merece estar arriba, mi cliente no tendría porque estar sufriendo estas insalubres condiciones de trabajo.

──El jurado va a deliberar.

Las voces de aquel juicio final que se llevaba a cabo en terreno neutro -el limbo-, simplemente hacían ruido en la cabeza de Damien.
Tenía que estar ahí porque era el maldito demandante. Pero no tenía ganas de estarlo.

──Después de revisar ambas quejas, hemos determinado... Que el infierno tiene razón en su reclamo y ha ganado este caso.

Solo recordaba que aquella voz de la jueza hizo que su alma diera vueltas. Se había sentido alegre por ganar pero también asustado.

──Se le tendrá que hacer la reparación de los daños, una remuneración económica, y queda declarado que desde el día de mañana... Todas las almas verdaderamente inocentes tendrán su oportunidad de entrar al cielo, pasando por un filtro de purgatorio. Quedará estrictamente prohibido discriminar por religión. Claro, hablando de religiones abráhamicas, por supuesto.

──¡Hemos ganado, Sr. Damien!

──Ya sería el colmo que no, si tenemos toda la puta razón. Pero espera... ¿Qué pasará con las almas inocentes y las de los niños que han ido injustamente al infierno? ──
Preguntaría Damien.

──El nuevo tratado entra en vigor mañana, pero las almas que han ido allá, ya no pueden salir de allá. ──le respondería la jueza.

──¡PERO ESO ES INJUSTO!

──Están ya condenadas y dañadas. Lo siento, joven Thorn.

──Sr. Thorn ──le había interrumpido su abogado──, usted ha ganado y ha logrado un tratado histórico para las religiones abráhamicas. No lo arruine, por favor.

──... PUTA MIERDA.

Su abogado tenía razón, pero no podía evitar sentir todo esto como un maldito fracaso.
Aunque cuando ya todos se retiraban del tribunal uno de los defensores del bando contrario se acercó a él.

──Hey... Tú.

Ese era Gabriel, el arcángel que tenía ese permiso de bajar a los infiernos. El que habían mandado como representante del Cielo. A pesar de que su bando acababa de perder el caso, no se le veía molesto.
El tenía algo de compasión por el joven gobernante del infierno, su supuesto sobrino. Además, creía que tenía razón en su demanda. Claro que eso jamás se lo diría a Miguel.