Relatos.

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En el cuarto de una casa, se escuchaban ruidos extraños, más específicos, gemidos.

Pues Pony y su esposo Izuku estaban teniendo sexo, después de varios días planeando esa noche, libre de trabajo y todo, por fin estaba disfrutando del cuerpo del otro.

Probaron varias posiciones hasta estar satisfechos, ahora se encontraban acostados cómodamente en su cama y abranzadoce... En eso, Izuku pensó que sería buena idea preguntar.

Izuku: Oye Pony, me preguntaba si... =Interrumpido=

Pony: No, no vas.

Y así, se quedó sin poder pedir permiso otra vez.