Will's fault

Anormal

   

     Entro al salón de clase y de inmediato sintió la abrumadora sensación de que quería pegarles un tiro a todos por ser un montón de ruidosos. Se sentó donde siempre, en la misma banca gastada y rayada con dibujos tan infantiles que podía jurar que quien lo hizo tenía solo dos neuronas en funcionamiento.

Saco su libreta y empezó a añadir sombras a su dibujo a pluma de una chica desnuda, recostada en el césped.

Estaba tan centrado en los detalles de la mujer que no noto a la profesora entrar y saludar al grupo, realmente no era como si a la profesora le importara si prestaba atención en su clase, eso había aprendido desde el día uno. 

Su concentración tenia que estar fija en algo o volvería a sentir el estomago revuelto, una vez que termino la clase guardo sus cosas y dejo que se vaciará el salón para poder quejarse en voz alta por el malestar que traía todo el día, pero se detuvo al escuchar una banca moverse, se giro y la vio, Lorna, "la chica demonio". 

Lorna se puso de pie sin mirarlo y salió del salón y por alguna razón, el que ella lo hubiese escuchado le dio pena, aun que normalmente no le importaba una mierda aquello, sin embargo paso y se sintió tan avergonzado que no tubo mas remedio que salir de salón a su siguiente clase detrás de ella, pues se encontraban en las mismas clases juntos.

Una vez en el nuevo salón y que Lorna decidiera sentarse lo mas lejos de él posible, volvió a sacar su libreta y continuo con su dibujo, pero estaba tan nervioso que no noto que la pluma estaba choreando tinta roja, hasta que vio como una gota viscosa callo en la hoja, manchando las manos de la mujer de aquel dibujo.

Maldijo en su mente y noto lo parecido que era el liquido a la sangre y su mente viajo una vez mas a ese día donde sus compañeros murieron por un triste y cansado Spencer. Estaba tan centrado en sus pensamientos que no noto a la maestra llamándolo y al resto de sus compañeros mirándolo con mucha atención, cuando salió de aquellos pensamientos miro a la profesora que tomaba el cuaderno de la banca y lo miraba con atención.

"Señor Ramos, le pido que vaya a la dirección y le esplique al director porque es mas importante dibujar mujeres ensangrentadas que mi clase y muéstrele este dibujó de mal gusto". La mujer procedió a dejar caer el dibujo sobre la mesa con disgusto.

Se puso de pie y tomo sus cosas para después salir del salón con los cuchicheos de sus compañeros.

Una vez que fue llamado a pasar a la oficina, entro con sus cosas y dejando el dibujo que bien pudo haber escondido, pero ciertamente no le vea el porque estaría en problemas a causa de un dibujo que se mancho con la tinta de una vieja pluma. Se sentó y dejó su mochila en el suelo.

"Señor Ramos, veo que le han sacado de otra clase, lleva tres semanas aquí y ya está teniendo problemas, sé que lo que usted a vivido no es fácil y no se va de la noche a la mañana, por eso debo insistir en la ayuda psicológica que le ofrece la institución para que pueda llevar lo mejor posible su estancia aquí y que sus estudios no se vean afectados por el incidente, así como su vida cotidiana."

Will examinó aquella propuesta y es que no era como si el mismo no se lo hubiese planteado antes, pero sabía que tendría que hablar y contar todo aquello que había aprendido al pasar de los años, contar los libros que había leído, aquellos que le fueron prohibidos anteriormente por una psicóloga que vio apenas paso el incidente y dejó apenas se dio cuenta del prejuicio que llevaba la mujer con la magia negra, sin embargo sabía que no todos tenían esos miedos a lo desconocido y aún así, prefería agradecer y rechazar la oferta de atención psicológica gratuita.

"Señor director, agradezco el interés en mi salud mental, créame lo mejor para mí fue dejar mi lugar de nacimiento para venir aquí. Y entiendo porque lo dice, esta es la tercera vez que estoy sentado aquí frente a usted, justificando mi comportamiento, solo no me doy cuenta de lo rápido que pasa el tiempo y por eso dibujo entre clases, es solo un pasatiempo inofensivo y no somos niños, todos tuvimos clases de educación sexual, entiendo lo suficientemente bien la sexualidad y la sensualidad, puedo separar el deseo sexual del arte, es todo lo que quería expresar en un dibujo, solo el error fue sacar una pluma que prácticamente me explotó en las manos y mancho el dibujo. Le iba a explicar a la profesora, pero me temía hacer el problema más grande.

El arte no debería ser apestado por sus formas y con el respeto que la profesora se merece, no dije nada, y el que dibuje no tiene nada que ver con el incidente de mi escuela anterior, cualquiera se distrae y comienza a garabatear en el cuaderno, la imaginación nunca se apaga, solo se ignora y es algo que yo no puedo hacer, así que me disculpo, prestaré más atención en clase, le aseguro que mi promedio a final de curso será uno de los mejores."

Le mostró, la pluma colocándola en el cuaderno y sus manos manchadas por esta.

El director sabía que el que Will se sentara en esa silla significaba que había siempre una gran justificación, no era un chico malo, solo era diferente y era así desde antes de ser testigo de aquella matanza.

"Bien Will, no voy a hacer un reporte sobre esto, sin embargo te pido considerar las terapias con la psicóloga de la escuela, el trauma como el que viviste no es fácil de olvidar, menos aún estando tan cerca de la muerte."

Will solo asintió, jamás negaría el miedo que sintió o el dolor que le causaba la muerte de su mejor amigo y el asesinato de todas esas personas inocentes.

"Lo sé, pero por el momento no me siento listo y no ha afectado demasiado mi vida aquello, de ser así, buscaré la ayuda que me ofrecen."

"Claro, por favor vuelve a clase y trata de poner más atención, inscríbete en el taller de arte, al profesor estará encantado con tus dibujos."

Después de esa recomendación fue libre de irse, apenas salió de aquella oficina sus compañeros salían de las aulas y susurraban al verlo, al parecer ya lo habían tachado de enfermó y se lo habían dicho a toda la escuela.

Hubiese ignorado aquello, enserio era su intención dejarlos decir cosas a sus espaldas, pero cuando un grupo de chicos se acercó y lo rodeo en el patio de la escuela, algo despertó en él el odio que pensó dejar atrás hace tiempo.

"Oye tú, anormal, fuiste tú quien mato a tus compañeros, ¿No es cierto?"

Respiro hondo y trato de salir pero lo empujaron al piso.

"Si te atreves a hacer algo maldito anormal, te destruiremos, nadie va a hacer tiroteos en esta escuela."

Lo dejaron después de darle unas patadas en las costillas y dejarlo en el suelo con todos los demás mirándolo y nadie le ayudo a ponerse de pie, el mismo se sentó adolorido y recogió sus cosas, camino a casa con la espalda curveada de dolor y al final del día tenía moretones en su abdomen y costillas.

El odio no era lo que deseaba, pero estaba en ese momento, con el dibujo recién arrancado y destrozado sobre el escritorio, el libro negro entre sus manos y la lista de alumnos abierta en la computadora, memorizando sus nombres y anotando cada uno de los que le habían humillado y maltratado por un mal entendido. Habían ensuciado su nombre y ahora la escuela le temia y lo detestaban, ellos no sabían que tanto miedo podía llegar a dar Will Ramos, pero si esto continuaba así, podría que se enterasen.