Will

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Sus manos temblaban y su voz no salía para pedir ayuda, la sangre era tanta que no sabía si alguna le pertenecía, sabía que de ser otra persona, no le abría servido de nada quedarse parado en medio del caos y que si su mejor amigo no fuera quien inició el tiroteo, entonces él estaría muerto en ese momento.

Su teléfono en algún lado sonada y él solo podía sostener con fuerza el cuerpo de su amigo que se había quitado la vida frente a él, sentía que se ahogaba en la sangre, que su cuerpo estaba siendo congelado paulatinamente, la desesperación y el ruido de afuera apenas le dejaban pensar. Cada vez se hacía más fuerte el sonido de aquella alarma, la señar de un tiroteo escolar.

Poco tiempo después las puertas de los baños se abrieron, los chicos que él había salvado, le ayudaban a quitarse de encima al chico que se había apuntado y disparado en el cráneo, para después ayudarlo a ponerse de pie, mientras lo sacaban de hay, él escuchaba todo como si estuviese a millones de metros de él, con el único sonido permanente del pitido, sabía que el sonido del disparo le había dejado un oído sordo, sabía que parte de la sangre en él no era suya, sabía que los policías intentaban preguntarle que había pasado, pero solo podía verlos con los ojos llorosos, apenas eran figuras para sus cansados ojos y su mente colapsando. -No puedo oírlos...- Solo pronunció a penas. -Spencer...- El nombre surgió como si fuese la respuesta a todas las preguntas que no alcanzaba a distinguir de los uniformados.

Mientras se lo llevaban los paramédicos a la ambulancia, en su mente estaba la escena, que se repetía una y otra vez, la sangre en todo el espejo, el cuerpo perdiendo fuerza y cayendo después del abrazo que pensó, podía calmar la mente perturbada de Spencer.

Will's faultDonde viven las historias. Descúbrelo ahora