Lily Evans paso la mayor parte de su infancia tranquila, o al menos lo más tranquila que se pueda siendo una bruja en un mundo muggle; una carta en su cumpleaños número once marco su vida invitándola a iniciar una nueva etapa en un mundo completamen...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
∘°❉°∘
30 Enero 1971
- ¡Tuney! ¡Tuney! - los llamados de la pequeña pelirroja se escucharon por toda la casa
Unas pisadas siguieron a los gritos y la ojiverde rápidamente se encontraba en la alcoba de su hermana mayor
- Mira lo que puedo hacer Tuney - murmuró con entusiasmo extendiendo su mano
Coloco un pequeño capullo y cerró los ojos esperando que este se abriera dando paso a una hermosa flor
- Lily, deja de molestar, estoy haciendo algo importante - murmuró de mala gana levantando la revista de vestidos que tanto le gustaba
- Tuney, no estoy molestando - se defendió - hace un momento se convirtió en una flor
La pelinegra rodó los ojos y continuo con su lectura mientras la ojiverde la miraba entristecida
Una vez más los ojos verde olivo se cerraron esperando hacer que el pequeño capullo se abrieron como había ocurrido unos minutos atrás
Apretó los párpados tanto como pudo mientras repetía en su cabeza una y otra vez la palabra abrete
- ¿Pero qué.... - la pregunta de la mayor se quedó al aire al ver su revista elevarse en el aire - ¿Qué está pasando? - pregunto muerta del miedo alejándose de la cama
Las hojas que mostraban diseños fueron abriéndose una y otra vez
- ¿Ya me crees? - pregunto la pelirroja abriendo sus ojos y observando las hojas volar de un lado a otro - puedo enseñarte como lo hice - los zapatos de charol avanzaron un poco hacia la joven pero está se alejo de inmediato
- ¡Lily detente! - exclamó con miedo - ¡Deja de acercarte! - los ojos de la menor se cristalizaron - ¡Alejate de mi fenómeno!
La niña la miro confundida, no entendía la reacción de su hermana, pero sabía que no era algo bueno
- Pero... - su voz se corto - pero yo solo quería jugar contigo - murmuró entre lágrimas
La pelinegra no pareció ponerle atención, se encontraba bastante ocupada tratando de procesar lo que su pequeña hermana había hecho
- ¡Mamá! ¡Mamá! - Petunia salió corriendo del lugar con la niña pisandole los talones
- ¡No te me acerques fenómeno! - pidió entre gritos llegando a la cocina en dónde la señora Evans cocinaba tranquilamente
