𝐁𝐎𝐑𝐍 𝐓𝐎 𝐃𝐈𝐄 | ❝ Así que elige tus últimas palabras, esta es la última vez. Porque tú y yo, nacimos para morir ❞
𝘽𝙡𝙖𝙞𝙧𝙚, adolescente con problemas paternales y solo ver por el bien de sus hermanos que por sí misma. ¿Ella? Ella está rot...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
⸻CHAPTER III⸻ ( loss or gain? )
El mejor amigo de los hermanos Byers fue quien alejó a Blaire de Steve una vez que la vio en el pasillo con este mismo, Jonathan había avisado de su ausencia al encontrárselo en el estacionamiento de la escuela y, era obvio el motivo, mantener a Blaire alejada de patanes como Steve.
—Relish, es estúpido que tú y Jonathan me traten como porcelana.
El chico castaño se llevó una mano a su pecho, ofendido por la réplica de la chica. —Prolongo la vida de una niña suicida.
—El solo hecho de estar delicada de salud no significa que me quiera morir.
—Y eso es lo que todos dicen antes de ir a ese Hospital para Locos. ¿Pennhurst? — Blaire giró a verlo, cansada del término que se le daba a un Psiquiátrico. Relish besó su cabeza antes de obligarla a seguir caminando—. Solo digo, que al menos tengo que asegurar tu existencia en este mundo jodido hasta que encuentren a Will. ¿Estás de acuerdo?
—Mientras no muera tratando de que me dejes respirar "sola", prometo no acabar con mi vida.
—Es trato. Pero... — Alarga la última letra en lo que abre la puerta del salón—. por hoy queda neutro. Jonathan no está como para ser tu oxígeno.
Los dos tomaron sus respectivos asientos en una de las filas pegadas a la pared, Relish detrás de Blaire y poder estarla cuidando ante cualquier síntoma extraño de los que era conocedor al estar en la última crisis que tuvo la chica.
Pero Blaire no prestaba atención a lo que se estaba abordando en la clase de esa hora, en la pizarra no veía componentes químicos, ella veía jeroglíficos.
—No entiendo biología.
Su amigo hace una mueca de pena mientras se recarga en la mesa de su pupitre. Pero la mueca pasó a una preocupada, él movía su boca con frenesí y ella no era capaz de entenderlo.
Ella se quitó sus audífonos, aun sin comprender las señas de su amigo. —¿Qué mierda dices?
—Señorita Byers.
Mierda.
La voz del profesor a sus espaldas la hizo pausar su música de forma rápida y guardar su walkman en la mochila. Sonrió con inocencia mientras giraba en dirección al profesor.
—Profesor Alexander — dice Blaire, aun sonriente—. ¿Es nueva su corbata?
—Olvide los falsos halagos — Se cruzó de brazos manteniendo una mirada penetrante sobre la castaña—. Mencióneme, al menos, 3 bioelementos presentes en los organismos.
