4. Que se vista bien, sea educado, romántico y culto

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2017, marzo.

-Sí má, Hazzie está nominado.- La voz de Louis era orgullo puro y Harry sonrió bajando los ojos y entrando a la pequeña cocina.- Llegamos al hotel recién, pero saldremos ya a la casa de Hannah Frank...-

-Lou, por Dios.- Se rio tapándose el rostro.- Es Ana Frank.

-¡Oh, sí!- Le sonrió sacándose el teléfono de la oreja y poniéndolo en altavoz.- Es Ana má, no Hannah.

-Hasta yo sé que es Ana y no Hannah, Louis, ¿dónde estabas cuando te daban clases de historia?- Lo retó avergonzándolo un poco. Harry le frunció el ceño al teléfono cuando el chico desvió la mirada, no dudó en abrazarlo protector.

-Oi Jay, estaba ocupado siendo el mejor futbolista del mundo, ¿no crees?- Lo defendió molesto.- ¿Quieres que saquemos fotos para ti? Lou después te contará todo lo que aprendimos.- Enfatizó en el plural.

-Harry, querido.- Tarareó feliz, ajena a que había hecho sentir mal a su hijo.- Claro, me encantaría eso, ¿puedes, Lou?

-Obvio.- Sonó ahogado desde su escondite en el largo y suave cuello de su novio.

-Estoy orgullosa de los dos por estar ahí.- Ambos sonrieron.- ¡Premios a las Influencias Positivas!

-Oi, es que mi novio es un rockstar.- Presumió alejándose de su piel, guiñándole un ojo cuando rio.- Me aseguré de contratar a un detective para que encuentre cosas malas en la competencia de mi Hazzie.

-Ay hijo, no eres más bruto porque no tienes tiempo.- Suspiró resignada del otro lado, pero seguía siendo cariñosa porque amaba a su primer bebé.- ¿Al menos encontró algo el detective ese?

-Oh sí.- Asintió como si pudiera verlo.- Uno de los nominados estuvo en la Juventud Hitleria...-

-¿Contrataste a un detective en serio?- Lo cortó sin poder creerlo, pero frunció el ceño.- ¿De verdad militó para los nazis? ¿Quién?

-Ese Otto no sé qué.- Al rizado se le cayó la mandíbula.

-¡Louis, ese hombre es judío!- Reclamó indignado, importándoles poco que la llamada de Jay desapareciera: la mujer sabía cuando retirarse.

-¿Estás seguro?- Retrucó.- Porque si es por el tatuaje ese del brazo...-

-Amor, habla con respeto.- Suspiró abrazándolo y besando su frente.- Ese tatuaje se lo hicieron cuando era un niño en un campo de concentración Louis, no lo digas como si fuera alguno de los nuestros. Por favor.

-Te digo que es falso.- Insistió separándose.- Te voy a reenviar el informe que me pasó Hans.

-No puede ser que hayas contratado a un detective.- Rio rendido, pero volvió a subir los ojos con seriedad.- Lo que estás diciéndome es muy grave, pero voy a leer lo que te envió.

-¿No confías en mí?- Se indignó. Harry le frunció el ceño.

-Por ti me juego el cuello sin dudar.- Aclaró.- En el que no confío es en tu detective, conozco a Otto y me resulta imposible de creer que haya sido un nazi.

-De acuerdo, evalúalo tú.- Levantó las manos, aprovechando para ver al reloj.- ¿Nos vamos? ¿Qué tan lejos estamos?

-¿No te vas a cambiar?- Los dos se miraron confundidos, principalmente porque Harry jamás dijo una palabra por su forma desaliñada de vestir.- Tienes un agujero en la entrepierna bebé, si quieres que todo Ámsterdam te vea la polla directamente sal desnudo.

Louis estalló en carcajadas tanteándose las piernas hasta encontrar lo roto, riendo más fuerte cuando todo su puño pasó por la tela.

-¡¿Por qué me dejaste volar así?!- Lo miró con diversión, sacándose los jogging e indignando a su novio.

Los deseos de HarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora