Los deseos de Harry

5. Que me lleve a vacaciones románticas y a catas de vino

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2016, enero.

-¡Ya voy!- Bufó irritado, acomodándose la bata para abrir la puerta. Su ceño fruncido se transformó al instante en una sonrisa, y se tiró a los brazos de su novio que estaba frente a él con un bolso y ojos llorosos.- ¡Louis!

-Dios, te extrañé un mundo.- Jadeó apretándolo y metiéndolos en la habitación del hotel. Tiró el bolso luego de cerrar de una patada y Harry levantó la cabeza, sonriendo cuando fue asaltado por un beso duro que los llevó a la pulcra cama que se había sentido demasiado fría sin su Lou.

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Se despertó por la luz en los ojos, pero suspiró a gusto al sentir como Louis lo abrazaba por la espalda, dejándolo hecho un bollito en su pecho. Se estiró como pudo hasta su teléfono que estaba explotado de mensajes, así que fue por orden: habló con Fizzy y le aseguró que su hermano había llegado bien y le exigió fotos de su sobrino que crecía todos los días. Le avisó a Jay que Louis estaba bien, y borró sin ver los mensajes que sabía que eran de su madre. Contestó algunos correos y mensajes de su manager, volvió a decirle que no a su compañero de la agencia que seguía insistiendo en invitarlo a salir y por fin abrió las redes sociales, frunciendo el ceño con molestia.

Todo su Twitter estaba lleno de fotos de Louis y la parisina imbécil que decía ser su amiga. Sabía muy bien que esa mujer lo quería para ella, que quería que lo deje y le de su lugar como su novia, pero no iba a pasar. La veía esforzarse por siempre estar en todos los partidos de Lou, en alentarlo por redes y subir fotos juntos, también escuchaba cuando le preguntaban por ellos dos y solo sonreía con evasivas, jugando con no decir la verdad sin mentir. Sabía que lo detestaba y siempre que tenía la oportunidad remarcaba que estaba lejos desfilando haciendo Dios sabe qué, ya lo tenía harto.

-Oh, esto es el colmo.- Masculló cuando vio una foto del living de Bruna, dos copas de vino y una picada, incluso un montón de ropa que distinguía como un buzo de Louis. Lo había subido hacía una hora y había sido inteligente al no etiquetarlo de verdad, solo poniendo una L junto a un corazón.

Su paciencia tenía un límite. Así que se acomodó y revisó que estaba bien despeinado antes de abrir la cámara y sonreír.

-¿Cómo están todos?- Preguntó en voz baja sin dejar de sonreír.- Japón sigue siendo increíble, pero anoche alguien quiso tirar mi puerta abajo.- Rio levantando la toma para mostrar a Louis en su espalda, desnudo de la cintura para arriba y con todos sus tatuajes a la vista.- Y ahora todo está mejor. ¡Los veo en mi último desfile de hoy! Fueron dos meses increíbles, pero cinco lejos de casa es mucho, ¿verdad? Tengan un día precioso.- Dejó de sonreír cuando cortó y subió el video.- Si no entiende con esto voy a arrastrarla por todo París.

-¿A quién vas a arrastrar tú, si eres la cosita más buena que existe?- Louis rio con voz dormida en su nuca, dejándole un beso que le erizó la piel.

-A la perra de tu amiga francesa.- Escupió sin vergüenza.- No la soporto.

-¿A quién?- Su confusión lo hizo sonreír, Louis ni siquiera la tenía en cuenta.

-Bruna.- Bufó.- Subió una foto de su casa con dos copas y un buzo evidentemente tuyo en el cuadro. Puso una L gigante al lado de un corazón, ¿qué coño le pasa?- Hablar de esa mujer lo hacía enojar.- Todos los días tengo mis redes sociales explotando con fotos de ustedes, malditamente me molesta.

-A ver, date vuelta.- Murmuró tranquilo, y sonrió un poco cansado por el jet lag cuando bufó pero lo hizo, removiéndose.- ¿Me das un beso? Luego hablaremos y subiré una foto mía chupándote la polla si quieres, para que quede claro que soy tuyo.- Sonrió orgulloso cuando lo hizo reír, y cortó la distancia para darle un beso por fin, disfrutando la languidez.- Te amo.