Izuku.

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Estuve saliendo con Kacchan durante unos años, éramos muy felices juntos.

Nunca pensé que podía estar con alguien más aparte de él.

Vivía cada día solo para adorarlo.

Me acostumbré tanto a su amor, que olvidé que existía esa posibilidad de perderlo.

Hice muchas cosas estúpidas durante nuestra relación.

Y él perdonó cada una de ellas.

La comunicación entre nosotros se terminó en algún momento que no noté.

Probablemente él sí.

Sin embargo, yo estaba tan lleno de mí mismo, ahogándome en un ego que los demás se encargaron de llenar, que no pude darme cuenta de tantas cosas que sucedían justo enfrente de mí.

Yo nunca quise lastimar a Kacchan.

Pero lo hice.

Y más veces de las que puedo decir.

Todo llegó a su fin el día en que conocí a alguien más.

No fue casualidad o cosa del destino.

Un amigo presentó a esta chica exactamente para eso.

Por alguna razón que desconozco, a mis amigos no les agradaba Katsuki o mi relación con él, bastaba con mencionarlo una sola vez para que ellos me dieran una lectura del porqué era lo mejor el dejarlo.
Claro que nunca les hice caso, al principio incluso me molestaba con ellos, pero en algún punto los dejé hacerlo, quizá convenciéndome a mí mismo de que era verdad.

Nunca pensé que Kacchan fuera poco para mí.
Al contrario, yo no era suficiente para él aunque lo intentara.

Mientras conocía a esta chica, sabía perfectamente que no era mejor que Kacchan en absolutamente nada, nadie lo sería jamás, no para mí y mi corazón enamorado de él.

“¿Se cansará de perdonarme algún día?” Me preguntaba seguido mientras lo dejaba esperándome solo en casa.

Cuando estuve a punto de engañarlo con esta persona, fue que decidí terminar la relación.

Algo dentro de mí, me decía que él me perdonaría.

Pero entonces, ¿En qué se convertiría él y en qué me convertiría yo sí eso llegaba a pasar?

Mi estupidez había alcanzado su límite hace tiempo, el razonamiento regresó a mí solo para detenerme de hacer aquello.

No tuve que llenarme de valor para nada, no me tomé mi tiempo, ni fui sincero, ni sensible. Llegué a casa y mientras Kacchan preparaba el desayuno de ambos, -porque él sí tenía la esperanza de que yo pudiera comer junto a él-, le solté las palabras sin más.

“Terminamos.”

Como era de esperarse, Kacchan se negaba.

Pero él sabía lo que estaba sucediendo entre aquella mujer y yo.

“¿Es por ella?” Me preguntó.

Podría haberle mentido para lastimarlo menos.

Y pese a eso, no lo hice.

“Sí.” Contesté.

Kacchan siguió tratando de regresar.

Tuve que ignorar sus cientos de llamadas y mensajes que dejaba todos los días en mi teléfono.

La chica con la que “salía” consiguió un trabajo como modelo en Iwate, fui con ella a vivir allí.

Obviamente, no duró mucho lo que teníamos.

No recuerdo cómo, pero terminé involucrándome con algún chico de allá, después conseguí un trabajo y me volví algo así como el amante de mi jefe.
Hasta que su esposa lo descubrió y tuvo que despedirme.

Fue justo cuando mi accidente ocurrió, mismo que me trajo de vuelta a Katsuki.

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