Tres.

375 43 0
                                    

Una semana ha pasado desde que Izuku llegó.

Katsuki sabe que este ya no lo ve de la misma forma en que lo hacía.
Cuida de él sin preocuparle que este tenga la idea equivocada, después de todo, no volverán a estar juntos como una pareja.

¿Quizá esta era una señal del universo para que Katsuki aceptara finalmente que lo único que puede recibir de Izuku es su amistad?
Pensó aquello un día antes de dormir, desde entonces es lo que ha estado haciendo.

No es que quiera que sea su amigo más cercano, pues aún está algo enamorado de él, pero lo está intentando seriamente, quizá esto podría ayudar a superarlo, a dejar de idealizarlo.

En cuanto a Izuku, si bien de verdad su enamoramiento por Katsuki ya había pasado hace tanto, incluso antes de que terminaran su relación; últimamente parece estar moviendo su corazón en esa dirección otra vez.

Y quizá todo esto se deba a lo bien que Katsuki lo ha estado cuidando.


~


—Oh... ¿Saldrás a algún lado?

—Sí. -responde Katsuki buscando su teléfono en el living siendo observado por Izuku. —No te preocupes por el desayuno, estará listo para cuando despiertes.

—No, no me refería a eso. ¿A dónde irás? -se acomoda en el sofá, dejando a un lado el control de la televisión, olvidando por completo lo que estaba haciendo antes de notar al cenizo tan arreglado.

Y es en momentos como estos en donde Katsuki tiene que ponerle un límite a Izuku. Sí, puede preguntarle algo como lo primero, pero lo segundo ya es un poco... Demasiado.

—Con un amigo, volveré más tarde. Me llevaré la llave, así que no te preocupes que no te molestaré para que abras.

—De nuevo, no me refería a eso.

—¿Entonces qué? -le pregunta medio enojado ya con su teléfono en mano.

—¿Realmente irás con un amigo? Te ves demasiado bien como para eso.

—¡¿...?! -sus orejas se ponen un poco rojas, aquello fue un cumplido indirecto, pero le afectó.

“Katsuki, recuerda con quien estás hablando justo ahora. Esta persona te lastimó en el pasado, no puedes caer tan fácil por él.” se dijo a sí mismo el cenizo controlando su interior.

—¿Eso crees? Me parece que no me veo lo suficiente bien. Si no recuerdo mal, que es imposible que lo haga; tú solías vestirte todavía más arreglado para una simple salida con tus amigos, ¿No?

—... Solo decía.

—Yo también.

—... Sí salía con mis amigos, solo para que lo sepas.

Katsuki rueda los ojos y se va.

No piensa discutir o arruinar su día.

Hoy tenía una cita.

Un rubio apuesto con buena personalidad espera por él.


~


Al día siguiente.

—Buenos días, Kacchan. -saluda Izuku saliendo de la habitación del cenizo donde ahora se queda él.

—Buen día. -responde el cenizo comiendo su desayuno.

—¿Cómo te fue ayer con tu amigo? Regresaste algo tarde, ¿No? -le pregunta para empezar una conversación mientras toma asiento frente a este. —Me dormí algo temprano, no te escuché llegar. Estuve pensando en esperarte solo para asegurarme de que regresarías bien, pero eso podría molestarte, así que mejor fui a dormir.

—... Todo normal.

—Bien. -sonrió.

—... ¿Y cómo va tu brazo? -le pregunta tratando de ser amable.

—Mmh... -mastica la tostada de su desayuno que Katsuki le preparó y echa un vistazo a su brazo que está vendado y puesto todavía en el cabestrillo. —Bastante mejor. Gracias por ayudarme con esto, yo solo no podría cambiar las vendas todo el tiempo.

—No tienes que agradecer todo lo que hago. -desvía su mirada del peliverde.

—Bueno, es que Shoto me ha dicho lo mismo que tú, y no sé cómo no agradecerles a ambos todo lo que hacen por mí. No lo merezco. -admite mirando fijo a Katsuki esperando que este le mire de nuevo.

—Podrías cambiar y eso sería suficiente... Tal vez.

—¿Cambiar? Ya lo he hecho. Kacchan, ya no soy tan inmaduro como cuando nos conocimos.

—No, cuando nos conocimos no eras inmaduro. -replica Katsuki levantándose de su asiento mirando hacia el suelo.

—Entonces eso soy ahora, ahora soy ese Izuku que conociste al principio. -insiste. —Me equivoqué muchas veces, lo sé, pero no quiero que me perdones por eso, porque no deberías de hacerlo. Pero mírame ahora, soy diferente, he cambiado.

Katsuki recoge su plato de la mesa y se retira sin decir nada.

¿Qué es lo que quiere Izuku de él si no es su perdón?

Cadena invisible Donde viven las historias. Descúbrelo ahora