Después de golpear a la puerta por quinta vez, Elser salió por la puerta, con una cara pálida, unas ojeras enormes y una carencia de luz en sus ojos, que bien parecían ojos de occiso.
- Elser ¿Qué pasó? Te ves terrible
Elser no me estaba escuchando. Sus ojos palpitaban y su mirada estaba fija en el suelo.
- ¿Elser...?
- Ah... perdón.
- ¿Pasa algo?
- Si...
Un silencio se introdujo en nuestro intento de diálogo. Odio los silencios, en medio del silencio, las preguntas que no me quiero hacer, aparecen.
- ¿Elser?
- Yo... vi a alguien apuñalar a un sándwich.
- ¿Qué? - solté una carcajada. Elser generalmente no hacía bromas de este tipo, así que le seguí el juego. - y, ¿por qué es eso malo?
Elser se tomó un tiempo para respirar y tras unos segundos de mirar al vacío, respondió.
- Es malo, porque el sándwich asesinado tenía familia.
- Ah... si, que terrible.
¿Qué le pasa a Elser? Esta muy raro hoy.
- ¿Es eso lo que te tiene preocupado? ¿Viste a una persona apuñalar su bocadillo? - pregunté.
- No es eso... el sándwich apuñalado me miró a los ojos. Vi al ángel de la muerte bajar por su alma.
En este punto, podía entender que Elser necesitaba hablarme en código. Quizá el sándwich fueron sus notas de este parcial y el asesino su profesor. Elser suele ser tan críptico a veces.
- ¿Solo eso?
- No...
- Qué pa...
- Tomé venganza contra el asesino del sándwich - dijo Elser, interrumpiendome.
Tragué saliva de manera involuntaria.
- E- era el asesino, ¿un croissant?
Elser se quedó en silencio y me dejó pasar a su casa.
El olor a hierro era muy fuerte. Había mermelada por toda la alfombra del comedor.
Un enorme croissant yacía en el suelo, empapado de crema de maní. Al otro lado de la sala, yacía un indefenso sándwich al que apuñalaron hasta sacarle las bordes.
Era como ver una escena del crimen. Luego volteé a ver a Elser, él tenía una mirada despiadada y traía consigo una lata llena de frijoles.
- Q- ¿Qué piensas hacer con esos frijoles?
Elser sonreía y se acercaba.
- N- no, a- aléjate, ¡aléjate! ¡ELSER!
Todo se volvió color mermelada. La muerte sabe un poco a frijoles con jalapeño. Pero jalapeño del que no pica.
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Un hombre muerto a machetazos y otros cuentos
HorrorUna antología de cuentos de terror y comedia. Un hombre muerto a machetazos, muestra el típico caso de un asesinato, pero esta vez, sin razón aparente. Basado en hechos reales que desconozco pero sé que existen. Los siguientes cuentos están llenos d...
