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Si fuera especial, si fuera de revista

Hacía ya casi un año que tomaba este tren desde la misma estación, a la misma hora. Debo admitir que en un principio era para llegar a la Universidad, pero desde hace dos meses, esta dejo de ser mi razón, solo era un excusa.

El era mi razón.

Al igual que yo, tomaba el mismo tren a la misma hora. Solo que dos estaciones después de la mía. El siempre se quedaba parado en la misma esquina de siempre, mirando por la ventana la ciudad.

O eso creía yo.

No sabía a donde se dirigía, quizás a la universidad como yo. O a trabajar. A visitar a alguien, no lo sabía.

No sabía nada de el.

Solo lo veía, era extremadamente guapo para mi gusto. Su piel tan blanca y tersa, que siempre me pregunté cómo sería acariciarla. Tenía el cabello negro con algunos mechones morados. Y siempre llevaba puestos sus audífonos e ignoraba a todo el tren, incluyéndome a mí.

O eso creía yo.

Siempre deseé ser como aquellos chicos que no tenían miedo o pena y se acercaban a cualquiera que les llamará su atención. Pero había un problema, yo no era como esos chicos.

Y no me consideraba lo suficientemente lindo como para acercarme y preguntarle cada duda que surgía de mí sobre el, como su nombre.

De nuevo, tenía que bajarme antes que el y lo odiaba. Había una puerta más cercana a mí pero la ignoré y fui directo a la que tenía más cerca aquel chico. Quería mirarlo, aunque sea por una última vez en el día.

Cuando salí del vagón casi pude divisar como me miraba al hacerlo. No sé si fue mi imaginación, pero deseé de todo corazón que haya sido así.

Si tan solo tuviera el valor de cruzar el vagón y preguntarle quién eres.

𝙅𝙪𝙚𝙫𝙚𝙨 ┃𝘼𝙙𝙖𝙥𝙩𝙖𝙘𝙞ó𝙣 𝙓ī𝘾𝙝é𝙣𝙜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora