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Y  entonces ocurre.. despiertan mis labios...

No dormí bien pues no dejaba de pensar en cómo sería mi encuentro con Jiāng Chéng. Varios escenarios pasaron sobre mi cabeza, he de admitir que la gran mayoría de estos terminaba mal. No entendía cómo era que tenía tan poca fe en mi mismo en una situación como esta. Pero los nervios me invadían y era algo que no podía evitar.

Pasé por los molinetes de la estación del tren y cuando levanté la mano para que el aparato me leyera la tarjeta y me dejara pasar, me di cuenta de una cosa; mis nervios estaban ganando. La mano no me dejaba de temblar. Caminé lentamente hacia el andén, inhale y exhale varias veces en intentos estúpidos para tranquilizarme pero nada de esto ayudaba, incluso casi podía sentir como comenzaba a sudar en frío.

¿Y si no voy a la universidad?

Oh, no, Lán XīChén. Es ahora o nunca.

─ ¡Hey! - escuchó detrás de mi una voz dulce, totalmente desconocida para mi, pues jamás la había escuchado.

Pero si imaginado.

Giré en busca del dueño de aquella voz, y ahí estaba el, pero... ¿Por qué estaba aquí? El toma el tren hasta las siguientes dos estaciones. ¿Qué hacia aquí? Intenté abrir la boca para decir algo pero de ahí no salió nada más que balbuceos de palabras que ni siquiera yo sabía cuáles eran. Se acercó a mí lentamente con pasos ligeros, se veía tan relajado, en cambio yo era todo lo contrario.

─ Se que siempre te veo pero esta vez no quise arriesgarme a no encontrarte, mmh. - soltó mientras rascaba su nuca.

Siempre me ve...

Así que no soy un desconocido para ti como todo este tiempo lo había pensado, Jiāng Chéng.

─ Así que... ¿Me la devuelves? - luego de bastante (o eso creía yo) tiempo sin decir nada pues estaba completamente embobado en su voz, el volvió a insistir.

Que estúpido, Lán XīChén... Ni cinco minutos y ya lo arruinaste...

─ ¡Ah, sí! ¡Claro! - con un movimiento, me saque la mochila de la espalda y la abrí buscando la libreta del contrario. Mis manos no dejaban de temblar así que se me hacía casi imposible el tener que buscar.

─ Tranquilo... No vayas a tirar tus libros de nuevo - se burló de mi soltando una risa, lo recordó, que genial... Estupendo. Ahora el creía que era el chico más estúpido del mundo. Ignoré su comentario lo suficientemente apenado y cuando lo hallé, saque de mi mochila la libreta y se la di. Quería irme. Quería huir. Solo quería regresar a mi dormitorio y llorar, me sentía mal.

El la tomo, mirándola por unos cuantos segundos y volvió a mirarme a mí.

─ Gracias, no lo miraste, ¿cierto?

─ Yo....- ¿Qué se supone que diría ahora? ¿Qué lo hice? Además de torpe me haría quedar como un acosador. — Yo... Sin querer lo hice, lo siento.

─ Vaya, niño sin nombre. ¿No te enseñaron a no husmear en lo que no te pertenece? - soltó aquellas palabras y metió su cuaderno en su mochila esta vez. Quería sonar molesto, pero algo en mi me decía que no lo estaba realmente, así que me atrevía a confesarle lo que pensaba.

─ Eres bueno... O bueno, no se de música pero tengo un hermano que si y el me dijo que si y... Oh rayos - agaché la mirada, pensé que estaría bien decírselo pero ahora sonaba a que lo había expuesto a todo el mundo.

─ Descuida, niño. Se supone que para eso hago música, para que me escuchen.

─ Yo... yo me llamó Lán XīChén, no tienes porque llamarme niño.

─ ¿Cuántos años tienes? — miró hacia otro lugar, como si no estuviera interesado en la respuesta del todo.

─ Veintiuno

─ Tengo veintitrés, soy mayor que tu, niño – y por alguna razón, me sentí jodidamente feliz. Ya sabía algo más que solo su nombre y que es lo que hacía.

─ He dicho que me llames Lán XīChén... - inconscientemente, le sonreí al decir eso.

─ Perdón, Lán XīChén - y con esto, fue suficiente para que dentro de mí se desatarán un millón de sentimientos. Por primera vez, le había escuchado decir mi nombre. Sus labios habían pronunciado mi nombre y de pronto sentí que mi nombre era el segundo más bonito del mundo, luego de Jiāng Chéng.

─ Supongo que tu ya sabes el mío - nos vimos interrumpidos brevemente pues llegó el tren y las pocas personas que lo estábamos esperando subimos. Camino hacia el lugar donde usualmente me sentaba yo solo a admirarlo de lejos.

Esta vez no tenía que admirarlo de lejos, lo tenía al lado mío. Sentado junto a mi.

─ Lo siento....

─ Deja de disculparte, Lán XīChén. Has sido tu el que salvó mi vida. Te debo una - confesó, acomodándose sobre el asiento.

─ No es para tanto...

─ Lo es - me interrumpió.─ Esa libreta es muy valiosa para mi. Te lo debo.

Sin saber que decir y con un ligero sonrojo en mis mejillas, el tren siguió su curso. Desee que se detuviera el tiempo para que me quedara junto Jiāng Chéng. Que aún sin decir nada, sentía que estaba en el lugar más cómodo del mundo.

─ ¿No es curioso? Llevamos compartiendo el mismo tren durante casi medio año y hasta ahora es que hablamos. Confieso que.... Llevaba tiempo queriéndolo hacer.

¿Mmh? ¿Escuche bien? ¿El de verdad quería hablarme desde antes? El mar de sentimientos continuó.

Había estado deseando una conversación con el todo este tiempo y ahora que la tengo, simplemente me quedo callado. Estúpido, ¿no? Así que dejaría de comportarme como uno, al menos una vez en la vida.

─ ¿Querías hablarme? - me giré a mirarlo a los ojos y el hizo lo mismo, mi mundo se detuvo en escasos segundos. Eran los ojos más hermosos que había visto en mi vida.

─ Si... - dudó por unos segundos haciendo una mueca, no se si era de nervios o de que le haya molestado mi pregunta.- Es decir, siempre nos veíamos... Es como si ya te conociera, aún si no hablamos.

Entonces me quise morir.

La bocina dentro del vagón sonó, una voz monótona de una mujer indicando que era mi estación, era donde debía bajar. Y Jiāng Chéng  lo sabía pues al escucharlo, me dedicó una sonrisa.

─ Debes irte... ¿Nos veremos mañana, cierto, Lán XīChén?

─ Por supuesto, Ji... Jiāng — tartamudeé levantándome de mi lugar.

─ Jiāng Chéng, Lán XīChén

─ Jiāng Chéng - le llamé por última vez antes de bajar.

─ ¿Sí, Lán XīChén?

─ No es medio año, son trece meses. Los llevo contados. ¡Hasta mañana, Jiāng! ¡No viajes sin mi! - y con una sonrisa de estúpido enamorado, me baje del tren caminando con ligeros saltitos hacia la Universidad.

Me gustaba sentirme estúpido si era por estar enamorado de Jiāng Chéng.

Pronuncian tu nombre tartamudeando...





AT: Lo siento si es largo jajaj ^^

𝙅𝙪𝙚𝙫𝙚𝙨 ┃𝘼𝙙𝙖𝙥𝙩𝙖𝙘𝙞ó𝙣 𝙓ī𝘾𝙝é𝙣𝙜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora