A ver me puse a pensar en ti. Te juro que nunca me dolió tanto sentir tanto odio hacia ti y lo que fue esa noche que se fue todo a la mierda. Me prohíbo tanto sentir, que cuando me quedo sola trato de soltar lo que oculto y miro nuestras fotos y videos y lloro, para no sentir más dolor, ese dolor que me ahoga al aguantarlo tanto y me mata. Odio lo que paso, odio la rutina que creamos, odio la costumbre que le hiciste dar a tu presencia, odio que me hayas hecho ponerme este escudo hacia los demás y me sienta tan fría, no siento nada, siento enfadada porque no eres el primero que me hizo sentir esto, pero si el primero que me hizo tan feliz en algún momento, estoy esperando que me hagas daño o me digas algo para poder dejarte ir, estoy esperando verte con alguien más para aceptar que no nos podemos tener ahora y que debo dejar de pensar en todo lo que pasamos, quiero soltarte porque me torturo y me odio a mí también, por no entender que debíamos ser una relación sana, que teníamos que aprender no confundirnos, mi ser te extraña como nunca había extrañado a nadie, mi cabeza siempre se levanta pensando que vas a estar al lado mío, me levanto a la madrugada para buscarte y no estas, estoy aquí, con gente a mi alrededor que busca quererme, pero yo te busco en todo el mundo y no te encuentro, y ahí vuelvo al círculo vicioso de ser fría y triste, no quiero quererte más, no quiero pensar en buscar alguna razón para verte, no quiero saber que mi corazón y alma quedaron en tu casa, soy feliz a mi manera, me levanto todos los días como puedo, pero me atormenta saber que sigues aquí, cuando no deberías y yo no debería estar escribiendo esto, pero te juro que pasan los días y sigo con el mismo dolor en el pecho cuando algo me recuerda a ti, y hoy con lo que vi, colapse. Sigo teniendo nuestras fotos y te sigo recordando en cada rincón de la casa. No me odies porque a pesar de todo, a pesar de irme así, yo te perdono.