Cuando termino la celebración, nos fuimos a la habitación y nos acostamos a dormir. Intenté conciliar el sueño, pero no pude y me levanté de la cama.
Me fijé en si todavía había alguien despierto y me vestí sin hacer ruido. Luego, salí de la habitación en silencio y me dirigí a la salida.
Por suerte no había nadie por los pasillos y salí sin problemas del complejo.
Corrí por las vías para coger el tren, me subí en él y me dirigí hacia la sede de Erudición.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La vi a lo lejos y usé el camino que usaba cuando me escapaba de mi habitación a escondidas por la noche. Cuando llegué, entré a mi cuarto y vi a mi madre dormida en mi antigua cama con una fotografía en sus manos.
Ella siempre aparentaba ser una persona fría y calculadora, pero solo era una faceta y siempre me lo demostraba. Cuando estábamos solas siempre era muy cariñosa y amable.
Le quite la fotografía con cuidado de las manos y la observe. Era una foto mía de bebe y sonreí al verla. Con cuidado volví a dejarla entre sus manos y le di un beso en la frente.
Luego, cogí la chaqueta de Eric y volví a salir de mi habitación en silencio. Todo estaba vacío y decidí dar un paseo.
Volví andando a la sede de Osadía y me puse a buscar la habitación de Eric. De repente, empecé a escuchar ruidos en una habitación y decidí acercarme.
Entré en la sala, que parecía un gimnasio, y lo vi. Estaba sin camiseta, sudado y golpeando con fuerza un saco de boxeo.
Tn: ¿No puedes dormir? - pregunte apoyándome en la puerta
Él se sobresaltó y se giró para mirarme. Cuando me vio, se relajó y cogió una toalla para secarse.
Eric: Solo pude dormir unas horas. - dijo acercándose a mí
Tn: ¿Llevas mucho tiempo despierto? - pregunte mirándolo
Eric: No mucho. - dijo con una ligera sonrisa - ¿Qué tienes ahí? - pregunto intrigado
Miro detrás de mí y vio que sostenía la chaqueta.
Eric: ¿Esa es mi chaqueta? - pregunto confundido
Yo asentí y se la entregué. Él negó con la cabeza, pero yo insistí y termino cogiéndola.
Eric: ¿Por qué me la devuelves? - pregunto encarnando una ceja
Tn: Te estoy devolviendo la promesa. - dije explicándoselo - Creo que lo mejor es dejar todo eso en el pasado. - dije encogiéndome de hombros - Esto es lo último y la única cosa material que me queda de esa promesa incumplida.
Él se quedó estático, me miro desconcertado e intentaba comprender todo lo que le había dicho. Me acerque a él lentamente, le di un corto beso en los labios y abandone la habitación.
Me fui dejando atrás un episodio de mi vida y sonreí al sentir que me quitaba un peso de encima.
Narra Tobias
Estaba tumbado en mi cama mirando el techo. No podía dormir y la sonrisa de Ta se me repetía en la mente todo el rato.
Ta me recordaba a una amiga de la infancia, pero no recuerdo su nombre por más que trato de recordarlo. Solo sé que era una erudita muy divertida y que nos vimos todas las noches durante 2 años.
Cuando mi padre se enteró, me dio una paliza enorme y me prohibió volver a verla. Que le suplique que me dejara ir a despedirme y el acepto a regañadientes. Todas las noches me preguntaba por el nombre de la chica y como yo me negaba a decírselo me pegaba una paliza.
Todos los días era lo mismo y según pasaban encerré todos los recuerdos relacionados con ella en un rincón olvidado de mi mente. Solo recuerdo que tenía pelo rubio y una sonrisa capaz de iluminar cualquier lugar.
Para despejar mis pensamientos, decidí vestirme y salir a pasear. Primero, vigilé que no había nadie por los pasillos y salí de la habitación.
Empecé a caminar lentamente y decidí ir al Abismo para despejarme, ese lugar siempre conseguía tranquilizarme. En el camino, me cruce con Eric y nos saludamos cortamente. No era extraño verlo despierto a estas horas, sabía que sufría de insomnio y que cuando no podía dormir se iba al gimnasio a entrenar.
Al llegar al Abismo, vi a una chica rubia sentada y apoyada en la barandilla. Decidí dejarla espacio y quedarme donde estaba para no molestarla. Me quedé analizando e inmediatamente supe de quien se trataba.
Vi que se levantaba para irse y yo fingí que recién había llegado.
Ta estaba temblando ligeramente y sus dientes castañeaban un poco. Me quite mi chaqueta y me acerque a ella para ponérsela sobre los hombros. Ella me sonrió y se la coloco bien.
Ta: Te la devuelvo mañana, - dijo empezando a marcharse con una sonrisa refiriéndose a la chaqueta - ex-abnegado curioso. - dijo desapareciendo por un pasillo
Yo me quedé sorprendido por el apodo y entonces lo comprendí todo.
