Si había algo que a Hyunjin no le gustaba era trabajar en parejas.
Y la razón a todo eso era que nadie lo quería como una. Cuando la maestra lo hacía él le pedía hacerlas solo, y la mujer compadecida por el menor lo dejaba.
Pero al parecer aquella profesora no entendía aún que nadie quería estar con él. Volviendo como siempre a preguntar si alguien quería, haciendo sentir más humillado al pelinegro.
- Entonces...¿Alguien quiere trabajar con Hyunjin? - Volvió a preguntar con una tenue esperanza - ¿Alguien?
Hyunjin escondió su rostro en aquel libro. Tan humillante.
- Yo lo haré - alzó la mano.
La mujer sonrió anotando el nombre del chico junto al de Hyunjin en aquella tabla.
- Bien, Félix y Hyunjin harán pareja para ésta actividad - dijo feliz.
El pelinegro viajó su vista hasta el rubio, no creyéndose del todo lo que acababa de suceder. Cuando sus ojos chocaron con los de Félix se sobresalto, su corazón latió aún más fuerte cuando éste mismo le sonrió.
Desvío su mirada. No él es...inalcanzable.
Hyunjin miraba a su alrededor, todos los miraban mientras murmuran cosas horribles. No le importó los insultos que le decían pero no evitó sentirse mal cuando también hablaban mal de Félix.
"¿Lo viste? Es como una puta, con cualquiera se va" "Es un cualquiera" "Agh sólo quiere hacerse el bueno, me da asco" "Es un aprovechado" "Tan bitch como siempre"
- No debiste aceptar - musitó bajo.
Félix lo miró.
- ¿Eh? ¿De qué hablas Hyunjin?
- Ellos...están hablando cosas malas de ti - susurró - Por mi culpa.
Félix miro a su alrededor, es verdad, la atención recaía sobre ellos. Luego miró al pelinegro y con uno de sus dedos picó su mejilla haciendo sobresaltar por un momento al chico.
- ¿Y eso qué? No me importa lo que digan o no de mí, no me afecta en lo más mínimo - subió los hombros restando importancia - Tampoco deberías dejar que te afecten a ti Hyunnie. Olvidemos eso, explícame cómo resolviste éstas ecuaciones mejor.
Félix arrimó más su silla al de Hyunjin rompiendo el espacio personal y rozando sus brazos. El pelinegro se tensó por la cercanía, el shampoo de Félix olía tan bien. Malvaviscos.
Con su mano temblorosa tomó el lápiz, tragó con pesadez y comenzó a explicar paso por paso.
- Y así se hacen...- dejó el lápiz.
Félix abrió su boquita asombrado. Vaya, era más sencillo de lo que creyó.
Hyunjin admiraba la expresión que le ofrecía el rubio. Su boquita abierta formando una "o", sus ojos avellanados brillando por seguramente la sencillez de la actividad y él. Félix era tan precioso.
Lástima que, no soy digno de ti.
- Woah, eres muy bueno en las matemáticas Hyunjin-ah - sonrió tan lindo haciéndolo desviar su mirada. Félix por su parte apoyó su mejilla en la palma de su mano.
El pelinegro al sentir la mirada avellanada en él tragó nervioso, tomó el lápiz antes asentado y fingió revisar los problemas que bien sabía estaban correctos. Tan sólo que los ojos del rubio lo ponían nervioso, su corazón estaba a punto de salir de su pecho.
¿Por qué era tan lindo?
- Creo que debería pedirte ser mi tutor en matemáticas Hyunnie, realmente eres muy bueno - recostó su cabeza en sus brazos sin dejar de mirarlo - De verdaderes...increíble.
Hyunjin sólo asintió lentamente sin despegar su vista del cuaderno. Ah juraría que podría romper el lápiz por los nervios, pero por suerte no sucedió.
El chico de cabellos rubios tan sólo se permitió mirar un poco más al pelinegro. Su mirada se fijó en sus labios, rosados, pequeños y bonitos. Sus ojos azules eran preciosos también. Hyunjin era un chico muy lindo a sus ojos ¿Eso estaba mal?
Sonrió y ocultó su rostro en sus brazos, de repente se sintió avergonzado al mirar tanto a una persona. No quería parecer un acosador.
Y luego pensó. "Hyunjin de cerca es guapo".
^._.^
Todos los créditos a la autora original @Songjae_Choi
Todos los créditos de la portada a @emilyette de @Maniac_Editorial_
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No juzgues un libro por su portada ʰʸᵘⁿˡⁱˣ
FanficEl único que me amó antes de cambiar fuiste tu, mi ángel. Eres el único que no me juzgó cuando no era nadie, el único que me quiso tal como era, el único que estuvo ahí para mi... El único que se atrevió a conocerme, a leer cada parte de mí hasta el...