Capítulo 8

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El viento soplaba dándole en la cara elevándose algunos de sus cabellos negros, mientras se recostaba en el tronco de aquel inmenso árbol de flores rosadas pastel mirando a lo lejos a los demás alumnos de su escuela. Cerró los ojos.

Tan sólo ha pasado unos meses y aún le duele la ida del rubio.

Lo único que lo consolaba era saber que, Félix cumpliría su sueño de ser un gran bailarín. Asistir a una buena academia de danza y brillar como él siempre hacía.

- Hasta que te encuentro.

Abrió los ojos. El chico peli-morado se sentó junto a él, sonrió y siguió con su tarea de pensar en el rubio.

- ¿Pensando en él verdad? - canturreo su nuevo amigo. Minho.

- Claro que no - respondió.

- Ay ajá - lo miro pícaro y Hyunjin sólo le miró mal.

Sólo eran amigos ¿Por qué no lo comprendían?  Es decir, no había posibilidades de que ellos dos estuviesen juntos. O que siquiera Félix, el chico más lindo del mundo se fijara en alguien como él.

Sus inseguridades y miedos lo atemorizan tanto que, se siente insuficiente en el fondo. No se sorprendería si más adelante Félix le presenta a algún novio o novia en su regreso, porque bien sabía que el rubio era muy lindo tanto como para hallar una buena pareja. Tan dulce como lo era él.

Ese día, comprendería que Félix y él no eran destinados a ser. Y antes de que eso pasara va a restringirse de que todo posible sentimiento que no sea de pura y mera amistad hacia el rubio aparezcan. Porque eso eran.

Amigos que se aprecian mucho.

Pasaron unos segundos antes de escuchar como el peli-morado bufaba molesto, lo miro y luego con su mirada viajo hasta dar con lo que sea que tenía de malas a su amigo.

No se impresionó cuando dio con el clavo. Era Wang Hyundai, otra vez.

- Ese hijo de puta...- mascullo Min molesto.

- Deberías ignorarlo - soltó.

Minho lo miró, molesto y luego volvió a mirar al castaño a lo lejos. Frunció su ceño al recordar las palabras de éste: "eres demasiado flaco como para entrar al equipo de fútbol, si llegarás a desmayarte no sé lo que haría. Mejor ríndete, no perteneces aquí, nerd"

Lo odiaba tanto.

- Algún día...me vengaré - musitó y Hyunjin lo miró.

El pelinegro miró a lo lejos al chico castaño. Siempre siendo "perfecto" perseguido por muchas chicas, aceptándolas, luego tirándolas como basura o desperdicios. Hizo una mueca ¿Por qué la gente dotada de belleza eran unos arrogantes e hijos de puta?

Mi ángel, tú eres la excepción.

Fijó su mirada en su amigo peli-morado. Otro más que había sido tachado como "fenómeno" puesto a que, a diferencia suya, Minho era más bajo, pequeño, tan delgado que podrías aplastarlo con una sola mano, según. Y es por eso que Hyundai no lo aceptó en el equipo de fútbol, también porque quizás, él era su amigo.

Otra vez, por su culpa, hablan mal de otros.

- Hyunjin...- alzó su mirada - Debemos cambiar.

El pelinegro ladeó su cabeza confundido. ¿Cambiar? Pero supo que su amigo iba enserio cuando miro su rostro serio y esa mirada llena de determinación.

Como un león esperando a salir de su jaula.

- ¿Cambiar? ¿Cómo? - preguntó no comprendiendo del todo.

Minho sonrió de labios, se levantó del césped limpiando su ropa, miró a Hyunjin desde ahí y habló.

- Cambiando nuestro aspecto - respondió - Al menos yo lo haré ¿Y tú...que dices?

Hyunjin sabía a qué se refería con eso. Dudó unos segundos, a punto de negarse se detuvo un segundo cuando la imagen de Félix llegó nuevamente a él.

Él tiene una meta.

¿Por qué él no?.

Miro la mano extendida de Minho, apretó los labios y la tomó. Si Félix podía cumplir sus sueños y metas, él también iba a hacerlo.

Les iba a demostrar a todos aquellos que una vez se burlaron de él que Hwang Hyunjin también podía llegar lejos.

Sólo esperen y verán.

- ¿Entonces....aceptas?

Hyunjin asintió.

¿Qué más podría pasar? Sólo era ejercicio y ya. ¿No?

- Acepto - respondió firme. Minho sonrió.

Una sonrisa que Hyunjin no supo descifrar. No hasta que el peli-morado habló.

- ¿Qué te parece una apuesta para hacerlo aún más divertido? - dijo mirándolo de nuevo - El que logré cambiar más físicamente gana ¿Juegas?

Hyunjin miró nuevamente la mano extendida, su amigo se veía tan confiado, tan decidido que, sintiendo un poco de valentía no dudo y estrechó su mano en la contraria. Dentro suyo también quería cambiar.

- Que el mejor gané Minho, o sea yo.

No supo de dónde sacó esa firmeza en su voz que hasta lo asustó y más al darse cuenta de lo que había dicho. Mierda.

Minho por su parte sólo sonrió.

- Ya lo veremos Hyunjin, no pienso perder.

Fue ese apretón para cerrar la apuesta que hizo darle cuenta a Hyunjin que ya no había vuelta atrás.

No quería perder, ni humillarse ante el peli-morado que estaba seguro que no iba a dejarla fácil para él. Así que, con seguridad pensó que lo iba a lograr.

La meta, su meta ya ha sido propuesta.

Tan sólo anhelaba poder hacerlo y no rendirse en el intento.

Cambios físicos ¡Ahí voy!

^._.^

Todos los créditos a la autora original @Songjae_Choi

Todos los créditos del fanart de portada a su autor.

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No juzgues un libro por su portada ʰʸᵘⁿˡⁱˣDonde viven las historias. Descúbrelo ahora