Un gran portón de puro metal negro con extravagantes decoraciones se erigía frente a mis ojos perplejos. Aquel lugar era incluso más siniestro que como lo describían.
Llamé a la puerta, como me indicó el director la tarde anterior que hiciera. Tras diez minutos de espera donde cientos de remordimientos rondaron por mi cabeza, aquel portón se abrió, dando paso a un interior incluso más lúgubre que el mugroso exterior. Me tomé unos segundos para examinar la escena: el recibidor, de altos techos, daba paso a un gran hilado de escaleras, hacía arriba y abajo. En el centro se encontraba un lujoso mostrador, con panfletos y promociones. Tras de él, para mi sorpresa, una niña pequeña. Aparte ese interrogante para después y seguí. A mano izquierda la inmensa pared estaba tapada por cientos de buzones a rebosar de cartas. Supuse que era uno para cada paciente y trabajador. En el lado derecho se encontraba una gran puerta que daba paso al comedor común. Ahora si, vamos a por la niña.
Me acerqué a ella por la larga alfombra roja que decoraba el suelo y le pregunté, con voz dulce:
- Buenos días pequeña, ¿cómo te llamas?
- No lo sé, el Ente me llama niña. ¿Y usted?
- ¿El Ente? ¿Quién es el Ente?
-¿¡Y USTED!?- me repitió ella, alterada.
Tras eso decidí pasar por alto ese tema. -Luna Haygsbell, tenía ahora una entrevista de empleo con el superior Marcus Hill.
- Perfecto, le dirigiré a su despacho.- me respondió ella con una personalidad totalmente distinta a la que tenía segundos antes.
Intenté contar cuántas escaleras subíamos y bajamos durante el trayecto pero me fue imposible. Demasiadas para mi gusto. A ambos lados de todas ellas, las paredes de terciopelo oscuro estaban cubiertas por cuadros de personajes serios, con letreros de información a su lado. Traté de leer alguno por encima, solo por mera curiosidad, pero me fue imposible. Tras una larga caminata siguiendo a mi pequeña y saltarina guía, llegamos a una puerta de madera de caoba con aires señoriales y respetables.
Niña se fue corriendo, sin decir ni una palabra, y me dejó allí sola ante el peligro. Estaba muy alterada pero intenté suprimir ese nerviosismo con todas mis fuerzas. Me aclaré la garganta, me coloqué la camisa y el pelo adecuadamente y llamé suave pero decididamente a la puerta.
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El psiquiátrico
Mystery / ThrillerDesapariciones extrañas. Muertes repentinas. Habitaciones secretas. Enfermedades no descubiertas. Nadie recomienda entrar en el Psiquiátrico de Browill Hill por demasiados sucesos extraños que han pasado allí. Sólo unos pocos de valientes se atreven...