Un hecho atroz había ocurrido en el poblado de Morioh, y el oficial Ryohei Higashikata era testigo de ello. Había sido una jornada laboral extenuante y terrible. Se encontraba cerca de su domicilio, cuando la comisaría recibió una llamada de unos vecinos alarmados que habían escuchado un grito espeluznante de una mujer proveniente de las viviendas locales. Al ser una hora avanzada de la noche, no dudaron en contactar a la policía, y él fue asignado para investigar la escena debido a su proximidad al lugar.
El oficial Ryohei se dirigió al sitio donde supuestamente se había producido el suceso. Al llegar, no observó nada fuera de lo común, solo un vecindario apacible. "¿Sería una llamada falsa?" Se preguntó el oficial mientras inspeccionaba el lugar. Estaba a punto de retirarse para continuar con su patrullaje nocturno, cuando escuchó unos sollozos débiles que provenían de detrás de un árbol en un sector poco iluminado del vecindario. Intrigado, se acercó con cautela para averiguar el origen de aquel sonido.
Con linterna en mano, pero manteniendo la apagada, avanzó sigilosamente hacia el origen del sonido, tratando de hacer el menor ruido posible. Cuando estuvo lo suficiente cerca, pudo distinguir una pequeña silueta al pie del árbol. Encendió la linterna para iluminar a un niño pequeño que estaba en posición fetal, llorando desconsoladamente. El niño, al verlo, entró en pánico y empezó a balbucear entre sollozo y sollozo.
"Po-por favor n-nome hag-ga daño" dijo el niño mientras lágrimas se desprendían de su pequeño y pálido rostro.
Cuando el oficial vio al pequeño niño en la oscuridad de la noche, sintió una oleada de alerta y preocupación. Se dio cuenta de que la llamada que habían recibido no era una simple broma, sino algo mucho más grave. Se apartó brevemente del niño para solicitar refuerzos por radio y luego regresó a su lado para intentar consolarlo. "No tengas miedo, niño. Soy el oficial Higashikata y estoy aquí para ayudarte. ¿Cómo te llamas? ¿Estás herido?" Le preguntó al niño mientras se agachaba para estar a su altura.
"Me llamo... me llamo..." El niño tartamudeó, incapaz de pronunciar su nombre. Se frotó la cara con el dorso de su mano y el oficial vio que tenía una herida sangrante en el brazo. "Me duele mucho el brazo y... y... mi niñera... mi niñera Reimi..." El niño rompió a llorar de nuevo y entre sollozos repetía el nombre de Reimi. El oficial no sabía qué le había ocurrido al niño o a su niñera, pero tenía la certeza de que se trataba de un caso de violencia o de algún tipo de abuso.
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12:30AM...
Los refuerzos llegaron al lugar de los hechos poco después de que el oficial Higashikata solicitara la ayuda. El niño fue trasladado a una patrulla para poder ser atendido por paramédicos posteriormente, mientras que el resto de los oficiales en servicio entraron en la casa con sus armas preparadas. La puerta trasera presentaba signos de haber sido forzada, lo que indicaba que el agresor había entrado por ahí. Los oficiales avanzaron con cautela por la casa, siguiendo el rastro de sangre que conducía al segundo piso. Allí se encontraron con la grotesca escena del crimen.
Un homicidio múltiple...
La escena era espantosa y macabra. Parecía reciente, ya que la sangre aún estaba húmeda y el olor a hierro impregnaba el ambiente. La sangre salpicaba las paredes, el suelo y los muebles, creando un contraste cromático con el blanco predominante del lugar. Se podían distinguir varios cuerpos sin vida, con heridas de arma blanca y signos de lucha. Se trataba de una masacre...
Al entrar a la primera habitación, el horror se apoderó de la escena. En el suelo, el cuerpo sin vida de una joven adolescente de entre 16 y 18 años de edad yacía despedazado.
se hallaba en el interior de una habitación que presumiblemente era su dormitorio. Presentaba múltiples heridas realizadas por un objeto punzo cortante, siendo la más resaltante una incisión profunda que le atravesaba el torso desde la región cervical hasta la lumbar, seccionando órganos vitales y causando una hemorragia masiva.
Su sangre salpicaba las paredes, los muebles y los juguetes que había en la habitación. Su rostro, deformado por el dolor y el terror, reflejaba la agonía que había sufrido antes de morir.
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•I promise you [Josuhan]
FanficRohan tiene 6 años (casi 7) sus padres se fueron por asuntos urgentes de trabajo fuera de la ciudad. cómo no podían llevar a su hijo consigo, pidieron a sus vecinos que cuidarán de rohan por unos días ... Sin saber que a poco de su partida todo ca...