Capítulo 7

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Capítulo 7:

-Señor Olivé, tiene una reunión con el equipo de contabilidad, lo esperan.-

Elías había notado como llamaban a la puerta e indicándole a Jade que se sentara en una de las dos sillas que tenía delante de su mesa vio cómo su secretaria le dejaba varias carpetas en la esquina del escritorio.

-Gracias Sofía, aun no te vayas quiero presentarte a alguien.-La joven algo menudita y con un estilo de moda algo peculiar llamó la atención de Jade.

Incluso antes de que les presentara, las dos mujeres se miraron en silencio.

-Ella es Jade, la joven de la que te hablé; quiero que le enseñes la empresa y que seas su profesora. Antes de navidades me gustaría que estuviera preparada para adquirir tu puesto.-

A la pobre Sofía se le cayó el alma al suelo, algo que a ninguno se le pasó desapercibido.

-Pero señor creía que me renovaría el contrato.-Pudo articular en apenas un susurro.

-Elías no he venido aquí a quitarle el puesto a alguien, yo pensaba que acabaría limpiando el edificio, le juro que con ese trabajo estaría contenta no espero nada más.-

Escuchar su nombre dicho por ella consiguió que una sonrisa apareciera en su rostro.

-Mi madre no te ha comprado medio centro comercial para que lo luzcas limpiando los suelos de esta planta, ¿de acuerdo?

Un fuerte sonrojo la sacudió mientras agachaba la mirada y frotaba sus manos con bastante desesperación.

"Por Alá estoy al borde de un infarto, necesito que deje de mirarme así."

-Sofía no pienso despedirte, quiero que la prepares en tus últimos meses hasta que tengas tu ascenso después de las vacaciones de navidades, ¿te parece?

La joven mucho más relajada y con una sonrisa que a Jade le pareció de lo más graciosa asintió contenta.

¡Eso sí que era una buena noticia!

-La veré a la hora de comer.-

Como pudo asintió y se levantó de la silla.

-Espero que le guste la empresa y se adapte bien. Después la buscaré para rellenar algunos papeles que son necesarios. Mucha suerte.

"¿Qué papeles?"

Se despidió con una media sonrisa y anduvo hasta la puerta del despacho donde una sonriente Sofía la esperaba.

La siguió hasta su escritorio y vio como al lado de su mesa había una vacía.

Se fijó en como esas dos mesas estaban pegadas al despacho del joven Elías, bastante alejadas de las demás; no eran ni de lejos tan grande como la que había visto en el despacho pero lo bastante grandes como para trabajar sin problemas.

-Vamos toma asiento, después de enseñarte tu lugar de trabajo me queda una empresa entera.-La animó mientras se sentaba en su silla y la miraba expectante.

Cuando se sentó se fijó en lo vacía que se veía su mesa en comparación con la de Sofía. Apenas tenía un ordenador un teclado y un portapapeles.

-Tranquila poco a poco podrás poner tus cosas.-Se fijó en las cuatro tazas que tenia y los dos marcos de fotos que adornaban la mesa a su lado. Se veía a una Sofía contenta con lo que parecía ser su madre, un joven bastante parecido a ella y un perro.

"Yo no tengo nada que poner ahí."

Ese pensamiento hizo que se hundiera en la silla.

-No se qué hago aquí.-Pudo articular mientras observaba a su alrededor.

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